
En Catalinas Norte ya no hay más lugar
En el 2000, cuando se inaugure la torre del Boston, la capacidad edilicia estará cubierta.
1 minuto de lectura'
Con la inauguración de la torre del BankBoston, prevista para el año próximo, la zona de Catalinas Norte, la más cara de la ciudad, ingresará en el próximo milenio con su capacidad edilicia completamente cubierta.
Ese trapecio de 50.700 metros cuadrados, que sobre la avenida Madero exhibe la arquitectura más moderna del microcentro porteño, se ha convertido en el enclave preferido por las grandes firmas internacionales.
Catalinas Norte, cuya urbanización comenzó hace más de tres décadas con la construcción del hotel Sheraton, frente a la terminal de trenes de Retiro, entrará en el tercer milenio con diez edificios de más de 20 pisos que, utilizados en forma casi excluyente como oficinas comerciales, albergarán a unas 15.000 personas.
Edificios inteligentes
Así como la explosión edilicia en esta zona fue favorecida, a partir de 1991, con el exitoso reciclado de Puerto Madero, su agotamiento dio impulso a la construcción de torres de alta tecnología en las adyacencias.
Así, la zona de Catalinas Norte estará dominada, entrado el año 2000, por los llamados edificios inteligentes, por los cuales deberá pagarse un alquiler que oscila entre los 25 y 30 pesos por metro cuadrado.
No hay más lugar para edificar en Catalinas
Exitoso: las empresas se instalan en la zona atraídas por los edificios inteligentes, la facilidad de acceso y su cercanía al río.
No se puede construir más en la zona más cara de la ciudad. El trapecio de 50.700 metros cuadrados denominado Catalinas Norte es el lugar más pedido por las empresas internacionales que vienen a instalarse en Buenos Aires. Y con la inauguración de la torre del BankBoston, prevista para el 2000, la capacidad constructiva quedará colmada.
La urbanización de la zona comenzó hace tres décadas y el primer edificio que se construyó en Catalinas fue la torre del hotel Sheraton, cuya obra se inició en 1968 y terminó cuatro años después.
En el proyecto que había ideado entonces la Municipalidad de Buenos Aires para ese sector limitado por las avenidas Córdoba, Madero, Leandro N. Alem y San Martín se preveía la construcción de plazas, restaurantes, cines, locales comerciales y hasta viviendas. Terminó siendo un conjunto de altas torres con un único fin: oficinas.
La zona debe su nombre al convento de las Catalinas, situado en lo que se denominaba "la bajada de las Catalinas", en San Martín y Viamonte, que funcionó allí hasta 1974.
Los operadores comerciales coinciden en señalar que la clave de este éxito es la facilidad de acceso, las comunicaciones y la cantidad de transportes que pasan por la zona, además de una vista privilegiada.
Lo que hoy conforma el frente de rascacielos más característico de Buenos Aires es un terreno ganado al Río de la Plata a fines del siglo pasado, cuando la empresa inglesa The Catalines Warehouse construyó allí, en 1872, sus galpones portuarios.
Los terrenos de Catalinas fueron dejando su uso portuario a partir la inauguración del Puerto Nuevo de Buenos Aires. Para la década del treinta ya no quedaban depósitos en la zona.
Pero antes de comenzar su transformación en el área urbana más cara de la ciudad, Catalinas albergó un pedazo de historia: se instaló allí el predio de atracciones denominado Parque Japonés.
A principios de los años sesenta, la municipalidad compró los terrenos y desalojó el parque de diversiones. Fue durante la intendencia de Hernán Giralt cuando los urbanistas consiguieron la aprobación municipal del conjunto de Catalinas Norte. Otros urbanistas de aquella época decían que el plan iba a ser un fracaso, porque económicamente era inviable construir torres en un lugar que no tenía los servicios y la conexión necesarios con el resto de la ciudad.
Capacidad agotada
Pero el paso del tiempo demuestra que Catalinas llegará al 2000 con 10 torres de más de 20 pisos construidas y su capacidad agotada, donde trabajan más de 15.000 personas.
El último empuje se lo dio a la zona el exitoso reciclado de Puerto Madero, iniciado en 1991.
Una de las razones de la excelencia de esos edificios es que entre sus constructores se destacan algunos de los mejores arquitectos de la Argentina. La última que está en construcción es una obra del renombrado César Pelli.
Los contratos de alquiler suelen ser por más de cinco años, debido al alto costo. Se paga entre 25 y 35 pesos el metro cuadrado por mes. Así, un piso puede costar cerca de 30.000 pesos mensuales, según explicó Luis Papávero, director comercial de la firma Richard Ellis, que comercializa cuatro de las torres de la zona.
Las empresas que se instalan piden espacios amplios sin columnas, con buena iluminación y detalles de los denominados edificios inteligentes. Esto es, piso flotante (para poder instalar enchufes y líneas telefónicas en cualquier punto del suelo). El mismo requerimiento es solicitado en el techo, que por un sistema de cielo raso suspendido permite instalar luminarias y bocas de aire acondicionado y calefacción.
Otra característica de las torres inteligentes es el centro de cómputos, desde donde se controlan las alarmas, la temperatura ambiente y los ascensores, que en caso de incendio cierran sus puertas y se dirigen automáticamente hacia la planta baja.
Respecto del futuro edificio del BankBoston, que coronará la zona, César Pelli dijo: "Será una torre que responderá bien a las características de Catalinas Norte: una cara hacia la ciudad y otra diferente hacia el río".
La falta de espacio en el trapecio de los viejos terrenos portuarios hizo florecer torres de características similares en las adyacencias, como la torre Fortabat (Bouchard 680), el edificio República (Tucumán 1), la torre Bouchard (en Lavalle al 200) y el edificio de Telecom (en Puerto Madero). Próximamente, en Bouchard 710, se construirá otro edificio de oficinas en donde estuvo la sede del diario Democracia y que lleva años de abandono.
1
2Stefano Marconi Sgroi, el niño de 9 años que es fan de los autos y tiene el coeficiente intelectual más alto del país
3Una joven argentina fue premiada por la paz en La Haya y recibió una ovación por su emotivo discurso: “A los héroes de América”
4Qué implica “dormir bien” y por qué a algunas personas les cuesta lograr un sueño reparador



