Horacio Etchegoyen: gran maestro del psicoanálisis argentino e internacional
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El psiquiatra Horacio Etchegoyen, considerado por sus pares uno de los grandes maestros del psico- análisis, murió el sábado pasado a los 97 años.
Desde la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA) aseguraron que "trascendió fronteras, dejando una huella importante en la historia del psicoanálisis en el mundo".
En 1949 obtuvo el título de doctor en Medicina en la Universidad Nacional de La Plata, donde militó en el movimiento de la Reforma Universitaria.
Fue profesor de la cátedra de Psiquiatría y Psicología Clínica de la Universidad Nacional de Cuyo y doctor honoris causa por la Universidad Nacional de San Luis.
Su formación en el psicoanálisis la hizo en la Asociación Psicoanalítica Argentina y en la Sociedad Británica de Psicoanálisis.
Obtuvo la Beca de la Oficina Sanitaria Panamericana para realizar estudios de posgrado en la Clínica Tavistock, de Inglaterra. Y fundó, junto con otros colegas, la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires, que presidió.
Ocupó, además, la vicepresidencia de la Asociación Psico- analítica Internacional durante dos períodos (1985-1987 y 1987-1989). En 1993 lo eligieron primer presidente latinoamericano de la Asociación Psicoanalítica Internacional (API).
Se le atribuye el libro más exhaustivo sobre la técnica psicoanalítica, Los Fundamentos de la Técnica Psicoanalítica (2010), que se tradujo al inglés, italiano, portugués, francés y rumano. Etchegoyen afirmaba que de la ética surgen el sentido y la coherencia de las normas del psicoanálisis.
También escribió varias obras en colaboración con otros colegas.
Como académico, supo valorar y transmitir distintas teorías psicoanalíticas y promover el intercambio entre analistas con distintas corrientes de pensamiento.
Quienes recuerdan su paso por las distintas instituciones que dirigió lo consideran un "político democrático", que "defendió sus ideas con coraje y sabiduría".
Fue miembro honorario de la Sociedad Psicoanalítica de Mendoza, profesor honorario de la Universidad de Buenos Aires e instructor de la Cátedra André Ballard de la Universidad de Columbia, Nueva York (1992). Además, fue distinguido con el Premio Konex al Mérito (1996) y el Premio Mary S. Sigourney (1999).
LA NACION