La depresión que sigue a tanta euforia y fantasía
Frustración, tristeza y hasta depresión son los sentimientos que, según especialistas consultados por LA NACION, aflorarán más tarde o más temprano en muchos argentinos a partir de la eliminación de la selección Argentina en el Mundial de Fútbol de Sudáfrica 2010.
"La derrota tiene un impacto en todos los niveles, tanto en cuanto a las fantasías individuales como a la construcción que hacen grupos familiares, barriales y laborales", explicó a LA NACION el doctor en psicología Marcelo Halfon, especialista en deportes, y agregó: "La sobrecarga de expectativa era enorme. Esto quiere decir que la caída frente a tanta expectativa también puede ser enorme. Puede aparecer, en consecuencia, una frustración importante".
Por su parte, el médico en psiquiatría Harry Campos Cervera, opinó: "Básicamente, es una desilusión, desde un sentido psicodinámico, ya que todos teníamos construido un ideal de que el equipo argentino sería campeón por el momento que atravesaba. Al haberse frustrado esto, se produce una desilusión por no alcanzar un objetivo que se creía posible".
Campos Cervera argumentó: "Esto tiene como efecto una situación de duelo, de pena y, en casos extremos, hasta de depresión", y agregó: "Esta sensación no es sólo de la Argentina; lo mismo pasó [a los brasileños] con la derrota de Brasil. En general, todo el mundo pone a su país en una situación ideal, que en nuestro caso crece por la calidad de los jugadores que se tienen".
En tanto, el doctor en psicología Ricardo Rubinstein, autor del libro Deporte al diván explicó: "Habrá distintas reacciones que van de la desilusión a la tristeza. En otro caso, los detractores van a confirmar lo que decían. Pero la gran mayoría va a tener una sensación de desilusión y fin de fiesta".
Según Rubinstein: "La fiesta tiene que ver con lo que está en el espíritu de esta gente que se reúne y lo toma como un hecho social en el que se reflejan aspectos de lo nacional a través de la identificación con los jugadores. Hay una situación de recreo compartido donde, además de poner la cabeza en esto y no en los problemas de cada día, se puede compartir.
"El bajón -dijo Rubinstein- es algo momentáneo que dura lo que dura el Mundial. Sin duda, lo único que valía para los apasionados era salir campeón. Si uno lo mira desde una óptica más fría, se pueden analizar los aspectos positivos. Pero, para el apasionado, sólo servía salir campeón."
Maradona, una agravante
Los tres especialistas consideraron que la presencia de Diego Maradona como director técnico de la selección Argentina fue una agravante.
"La presencia de Maradona acentúa los elementos polémicos. Más aún por su condición de ídolo argentino, reconocido en todo el mundo. Como símbolo nacional, esto hace que la situación se realce", aseguró Rubinstein.
En opinión de Campos Cervera: "Maradona como DT provoca una situación ambivalente. Por un lado, ha sido un ídolo como jugador y, por otro, ha generado desilusiones en todos. Por suerte, en este momento ha hecho una transformación muy importante. No sólo por salirse de todo lo que lo aquejaba, sino que el Maradona de ahora no es el mismo de la clasificación. Se lo ve medido y sin actitud revanchista".
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