La policía bonaerense practica con SWAT
En General Rodríguez se realizó un ejercicio de alto riesgo; actuaron el grupo Halcón y dos instructores de la famosa unidad
GENERAL RODRIGUEZ.- La negociación con los delincuentes había fracasado y ahora sólo quedaba un camino: el táctico, o sea, una entrada violenta en la casa. Esa era la consigna de la práctica. Había 25 efectivos del grupo Halcón, de la policía bonaerense, y dos del GEOF, de la Federal.
También había dos integrantes e instructores de la unidad táctica de la policía de los Estados Unidos, SWAT, José Jalomo y Joe Lombraña. Llegaron a la Argentina el viernes último para participar de un intercambio de formación con la fuerza provincial.
Todos llevaban cascos, guantes y chalecos antibalas. Y portaban subfusiles de 30 tiros, pistolas calibres 9 y 40 mm -de entre 16 y 18 tiros-, granadas y bombas sonoro-lumínicas, que dejan ciegos y sordos durante diez segundos a quienes estén cerca de donde explotan.
Los policías estaban repartidos en las dos entradas de la casa, una en el frente y otra en un lateral. Inmutables, como si no sintiesen el peso del plomo que llevaban encima.
Una voz metálica repetía por un equipo de radio: "Control, control. Tenemos el control". Esto se escuchó durante ocho segundos, acaso diez. Después, la misma voz de acero inició una cuenta regresiva.
Cuando dijo "¡cero!", una explosión seca en la puerta lateral hizo vibrar el piso y las paredes de la casa y un humo blanco y acre inundó el ambiente. Al mismo tiempo, en la entrada del frente, alguien voló de un tiro el pomo de la cerradura.
Los uniformados entraron en la casa por ambos accesos y se abrieron en abanico. "¡Policía!", gritaban. Y el estrépito de los disparos y de las bombas no se detuvo hasta que las ocho habitaciones de vivienda estuvieron registradas. "¡Muerto!": esta palabra se oyó doce veces. Una por cada blanco, lleno de agujeros en el pecho y en la cabeza.
Un policía dijo por el equipo de radio: "Doce cuervos abatidos, cero cotorras, cero canarios".
Los "cuervos" son los delincuentes; las "cotorras", los sospechosos, y los "canarios", los rehenes, explicaría después el dueño de la voz metálica, el comisario Claudio Pereyra, a cargo de la práctica e instructor de la Unidad Táctica Halcón. Este policía fue uno de los creadores de ese grupo especial, en 1986.
Alto riesgo
El ejercicio, realizado en el Centro Argentino de Seguridad (CAS), situado en General Rodríguez, duró unos cinco minutos. Y se utilizaron municiones de guerra. Por eso, explicó Pereyra, se las llama "prácticas de alto riesgo".
Para hacer este tipo de entrenamiento, el predio del CAS cuenta con una construcción, llamada casa de fuego, que no tiene techo. Los ejercicios pueden ser observados desde una plataforma de metal que cruza la vivienda. Desde allí pudo observar este cronista de LA NACION la práctica, con chaleco antibalas y protector de oídos.
También asistió el juez Héctor Yrimia, que dirige el programa de Delitos de Alta Complejidad Sistema de Seguridad Inteligente (Dacssi), del Ministerio del Interior.
Elogios de SWAT
Jalomo y Lombraña, que pertenecen a una repartición de SWAT ubicada en Laredo, una ciudad de 200.000 habitantes situada en Texas, en la frontera con México, elogiaron la pericia de los integrantes del grupo Halcón.
"Nos ha sorprendido la capacidad de estos hombres. En táctica, hablamos el mismo idioma en los Estados Unidos. Además de aportar nuestra experiencia, hay que decir que hemos aprendido mucho aquí", dijo Jalomo, que no sólo comparte el idioma táctico, pues habla en perfecto español, como su compañero.
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