
Los bebes infieren las intenciones de otras personas
Se dan cuenta, sin esfuerzo, de que otros ven las cosas de forma diferente de como lo hacen ellos
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WASHINGTON/BUDAPEST
(DPA).– Los bebes están en condiciones de valorar las percepciones de otras personas y diferenciarlas de las propias, según descubrió un equipo internacional de científicos, tras realizar pruebas en computadoras con adultos y bebes de siete meses.
Hasta ahora se suponía que la capacidad de comprender los sentimientos de otros aparecía sólo a partir de los tres o cuatro años, indican Agnes Melinda Kovács y colegas del Instituto de Psicología de la Academia Húngara de Ciencias en el estudio publicado en la revista estadounidense Science.
Esta capacidad de valorar las intenciones, creencias y sentimientos de otras personas y diferenciarlas de las propias se denomina en el ámbito científico "teoría de la mente".
Se considera que es la base para comprender los comportamientos de otras personas y es importante desde el punto de vista social.
Un test usual para evaluar esta teoría es cambiar algo en un cuarto y ver cómo se comporta una persona. Por ejemplo, si un niño deja su juguete en un armario y sale del cuarto, cuando regrese seguramente lo buscará de nuevo en el armario, aunque su madre haya colocado el juguete en un cesto, sin su conocimiento.
Niños muy pequeños, que observaron cómo la madre cambiaba de lugar el juguete, presumen que otro niño lo buscará allí. Sólo a mayor edad los niños y niñas comprenderán que el objeto será buscado erróneamente en el armario, indicaron los especialistas, cuyo objetivo fue determinar la edad a partir de la cual aparece esta capacidad.
Para sus pruebas, los científicos desarrollaron varios escenarios con animaciones de video. Un personaje de dibujo animado arrojaba una pelota que desaparecía detrás de una especie de pared, rodaba y salía de la pantalla o reaparecía rodando desde atrás de la pared.
El hombrecito desaparecía de la imagen cuando la pelota no rodaba más o aun antes de frenar.
No siempre podía saber dónde se encontraba la pelota. Al final del video se retiraba la pared para ver si la pelota se encontraba allí o no. A veces el personaje informático estaba presente y a veces, no.
Los adultos tenían que apretar un botón apenas podían descubrir la pelota detrás de la pared. En los bebes se medía el tiempo que pasaban mirando la pantalla buscando la pelota.
Los científicos descubrieron que el tiempo era más corto cuando el hombrecito en el video también miraba adónde había llegado la pelota, es decir que también lo sabía.
El tiempo de reacción de adultos y bebes era más corto cuando el hombrecito sabía correctamente dónde se encontraba la pelota.



