Los cachorros se juegan la vida como rescatistas en Mar del Plata

MAR DEL PLATA.- Una seña de su entrenador alcanza para que Ayke, una cachorra Terranova de apenas once meses, salga despedida hacia el mar. Enfrenta olas, se pierde bajo la espuma y reaparece a la par de la supuesta víctima, lista para socorrerla y arrastrarla hacia la costa.

El simulacro sirve para confirmar la capacidad de reacción y efectividad de los perros guardavidas que, además de ser una nota de color en la zona de La Perla, se afirman como un complemento importante para quienes tienen a su cargo la seguridad de los bañistas en estas aguas.

"Había escuchado la historia, pero si no lo veía, no lo creía", admiten Francisco y Antonia, un matrimonio de turistas que siguió paso a paso la labor del can en el rescate de un supuesto nadador en problemas.

Rubén Schamberger, experimentado guardavidas, es hoy el responsable de formar a estos ejemplares que ya se han ganado el cariño y el respeto de los que frecuentan el balneario Saint Michel. Es el mismo que hace cinco años presentó en sociedad a Chupete, que quedó en la historia -murió hace dos temporadas- como el "primer perro guardavidas" del país.

Por ahora son tres los animales que están preparados para asistir en los rescates: Ayke, su hermana Amaxi y la mamá, Noha. "Con tres años ya sabe casi todo para actuar ante la emergencia en el mar", asegura Schamberger, responsable de la Escuela Argentina Canina de Salvamento y Rescate en el Mar.

Tras la muerte de Chupete, Schamberger se propuso buscar un nuevo can para que lo acompañara en su labor. Optó por la raza Terranova. "Son muy dóciles y completos, con una gran capacidad de aprendizaje y condiciones naturales muy aptas para su desplazamiento en el agua", dice. Por ejemplo, en la canadiense isla de Terranova son utilizados para arrastrar hasta la costa las pequeñas lanchas de pesca.

Guardianes marítimos

Conocidos como los "guardianes del mar", los perros Terranova "resultan muy aptos para el rescate y tienen un instinto de salvamento innato", según afirmó Luis Alberto Aguirre, de la Veterinaria Güemes. "El Terranova -acotó- es considerado el San Bernardo de los mares."

El entrenamiento para Noha, Ayke y Amaxi es riguroso. Cada mañana, a primera hora, acompañan a Schamberger en la incursión mar adentro. "Todos los días aprenden algo nuevo", explica el entrenador, que ahora se preocupa para que las órdenes que les da requieran apenas de una seña.

Para el rescate, los perros acompañan al guardavidas y toman con los dientes la cuerda a la que está atado un salvavidas plástico al que debe aferrarse la víctima. "De ahí en más, arrastrarla hasta la costa les resulta un trámite", dice el entrenador valorando el porte y la fuerza natural que poseen estos animales.

En noviembre último, Schamberger y Noha salvaron a una pareja que estaba siendo vapuleada por las olas contra uno de los espigones del balneario.

"Yo me llevé al hombre y salimos por la playa lindera, y la perra hizo el recorrido inverso y trajo hasta la costa a la mujer", recordó el entrenador.

La labor de estos canes aún no está reglamentada. "Por lo pronto, para nosotros cada uno de estos animales es un colaborador del guardavidas", explicó a LA NACION Esteban Ramos, responsable del balneario Saint Michel. "No reemplaza al hombre -destacó-, pero lo acompaña."

Por Por Darío Palavecino <br/> De nuestra Corresponsalía

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