Merlo: un comedor que da de comer a 100 chicos perdió todo lo que tenía por la lluvia
El temporal que azota a Buenos Aires desde ayer causó estragos en las calles con inundaciones, caída de árboles, destrucción de carteles y demás inconvenientes y el partido de Merlo no estuvo exento. Allí, se decretó el estado de emergencia por la tormenta, son cientos de vecinos los damnificados y entre ellos el comedor Ángel Guardián, un sitio que da de comer a cien chicos a diario.
En una publicación en Facebook , Gustavo Damián Gallo, una persona vinculada al lugar, escribió: "Hola gente, así está el comedor Ángel Guardián luego del temporal, están incomunicados y aislados por el momento ya que hay muchos postes de luz caídos y está prácticamente todo anegado, vamos a ver cómo y dónde podemos recolectar ayuda, ya que necesitamos chapas y la mercadería que tenían se echó a perder, a medida que tenga información se las haré llegar!!".
Horas antes, desde la página del comedor habían asegurado: "Se nos mojó todo, se voló todo el techo, perdimos mercadería, todo, todo perdimos y hay familias perdieron todo todo... ayuda xfa".
Ese todo incluye una heladera, un televisor, un reproductor de DVD, una computadora, varios colchones y mucha ropa.
Eva Rojas, de 43 años, y su marido Héctor González, de 35, son los encargados del lugar. Viven en una casilla de madera en el barrio Agustín Ferrari, tienen siete hijos y sin embargo hace cinco años decidieron crear este espacio para ayudar a los chicos que no tienen recursos.
"Mucha gente se entera por Facebook de nuestro esfuerzo y nos ayuda. También otras personas que pueden del barrio. Pero ahora no sabemos qué hacer. Todavía no se acercó nadie", aseguró Eva de acuerdo a lo publicado por el diario Clarín.
Son muchos los menores que todos los días se acercan al comedor ubicado en García Belloso al 2300. Todos los lunes, miércoles y viernes reciben la cena; martes y jueves, la merienda; y sábados y domingos, el desayuno.
Pero Eva asegura que las autoridades no están pendientes de lo que así sucede: "Esta es una zona olvidada. Ahora estamos sin luz. El agua entraba en las casas y a la gente le llegaba a la rodilla".