Murió Carlos Vilar Castex, referente del yachting en la Argentina

Más difícil que hallar un náufrago en noches privadas de luna en alta mar, ha de haber sido identificar alguien reticente en el mundo del yachting a desear “buenos vientos” a Carlos Vilar Castex. Cuando “Charly”, con 18 años, y Jorge, su hermano, con 17, ganaron en 1948 en Mallorca el campeonato mundial de la clase Snipe, dejaron por sobre todo en evidencia las cualidades reconocidas por sus colegas de la actividad náutica a lo largo de la vida: sencillez, modestia, aplomo, inteligencia.

Tan silenciosos y juiciosos en esa temprana adolescencia que llamaban paradójicamente la atención en medio del fragor entusiasta en amarraderos y competencias. “Imberbes campeones”, tituló El Gráfico, al encabezar un texto en el que reproducía los comentarios extranjeros no sólo por la pericia de esos jóvenes deportistas, sino por el temperamento que suscitaría la simpatía que los acompañó siempre en sus carreras.

Fue una coincidencia apropiada para estas vidas que el abuelo de ambos, Antonio, hubiera emigrado a la Argentina desde la Coruña, a los 12 años, precisamente en un velero. “Charly” aprendió desde los 6 años a disfrutar del río con un bote de madera hecho en la propia casa por el padre, arquitecto. El Club Náutico San Isidro se convirtió con el tiempo en el segundo hogar, y perduró así hasta su desaparición, a los 91 años, el 29 del mes último. Allí se conserva, debidamente restaurado, el famoso snipe “Pamperito” con el que triunfó en numerosas competencias. En 1951, fue medallista de oro en los Juegos Panamericanos realizados en Buenos Aires.

La conquista lograda en Mallorca con Jorge constituyó uno de los mayores logros del deporte amateur argentino hasta ese momento, época sin sponsors, y en que los arreglos de los barcos “se pagaban en cuotas”, como alguna vez memoró Charly. En 1951, los hermanos obtuvieron en la clase Snipe un segundo lugar en la carrera corrida en La Habana y salieron, más tarde, quintos en Mónaco.

Con Jorge, que murió en 2014, se turnaba en los papeles por cumplir a bordo. Ganaron cuatro campeonatos nacionales con “Charly” como patrón, y Jorge, como tripulante; y, otros tres más, con esas funciones, pero en reverso.

Tal fue el prestigio de “Charly” como caballero de mar y tierra, que uno de los orgullos de Estanislao Kocourek, propietario de los famosos “Matrero” y Victoria”, ha sido haberlo contado como tripulante en numerosas ocasiones. “Charly” fue dos veces comodoro del Náutico San Isidro y en 2019 el Concejo Deliberante de San Isidro distinguió su trayectoria. Había obtenido en 1980 el premio Konex en la categoría yatching.

Fue arquitecto como su hermano Jorge y como su padre, Antonio Vilar, cuya firma, entre otras, figura en la construcción de la sede central del Automóvil Club Argentino, en la Avenida Libertador, concebida en el estilo arquetípico de lo que se denominó “nuevo monumentalismo”. Estaba casado con Malena Castro Videla con quien tuvo dos hijas, Mariana y Rosario.

“Charly” Vilar Castex había nacido en Buenos Aires, el 9 de junio de 1930.