“No se está haciendo nada”. Cuál es una de las provincias más complicadas por dengue y qué se prevé en el corto plazo

CÓRDOBA.- La baja pronunciada de las temperaturas en la última semana descomprimió la tensión por los casos de dengue en la provincia de Córdoba, aunque de ninguna manera los especialistas -como en todo el país- dan por superada la crisis sanitaria. Solo puede haber un amesetamiento. En marzo, la escalada de casos obligaron a las autoridades a extender los horarios de atención en los centros de salud, ya que las guardias se vieron saturadas de pacientes. También se reforzaran las fumigaciones, pero eso ya fue sobre los hechos consumados con una provincia que está entre las más complicadas del país en el manejo de la epidemia más crítica en 15 años.

Según los últimos datos del Boletín Epidemiológico, la provincia suma 66.155 contagiados (14.396 en la última semana) y 40 muertos por dengue. El pico de infectados se registró desde el 24 hasta el 30 de marzo, con 16.290 reportes positivos. La media de edad de los infectados es de 31 años; la mayor cantidad de enfermos se da entre los 20 y 29 años. Para los internados, la edad promedio es de 43.

En lo que va del año, a nivel país se contabilizan oficialmente 215.885 casos y 151 fallecidos. Las provincias con las tasas más altas de infectados cada 100.000 habitantes son Catamarca, Chaco y Formosa. Catamarca tiene 7646 infectados (1646 casos cada 100.000 habitantes), Chaco, 17.133 (1.499) y Formosa, 8814 (1.454).

Del total de casos diagnosticados, el 4% requirió internación (2.661 personas). En Córdoba hay 25 localidades con, al menos, 300 infectados por el virus que transmite el mosquito vector Aedes aegypti. La ciudad de Córdoba, Villa María, San Francisco y Bell Ville son las que más infectados registran.

Esta última semana dos casos que están en investigación impactaron en la opinión pública. Se trata de la muerte de un hombre, de 46 años, y de una adolescente, de 16. Ambos fallecieron el lunes pasado en la calle y sus familiares aseguraron que tenían dengue. El hombre iba caminando por el centro, se descompensó, comenzó a convulsionar y murió. Su hija dijo a los médicos que tenía el virus.

El otro caso ocurrió en el barrio Alberdi cuando una adolescente se desmayó en la puerta de un kiosco. Llamaron a la emergencia y pese a las maniobras de reanimación, falleció. Su madre comunicó a las autoridades que la menor tenía dengue. Desde el Ministerio de Salud de Córdoba indicaron que se esperan los resultados de ambas autopsias para determinar si, efectivamente, estaban contagiados.

Ante la consulta de LA NACION, las autoridades de Salud de la Provincia no hablaron. El viernes hubo, incluso, una reunión del Comité Epidemiológico. De los cuatro serotipos de virus del dengue (DEN1, DEN2, DEN3 y DN4), en Córdoba el dominante, con 57% de los infectados, es el DEN-1; el resto pertenece al DEN-2.

Desde el 21 de marzo, se ampliaron los horarios de atención en los 28 centros de salud de la Municipalidad de Córdoba y en los hospitales provinciales y se comenzaron a aplicar nuevos protocolos para la atención de las consultas.

Desde entonces hay consultorios separados para pacientes con fiebre para agilizar su atención y descomprimir las guardias generales. Además se instrumentó el sistema de triage para definir prioridades de atención, según la gravedad del cuadro. Los casos graves requieren atención inmediata y se los envía al tercer nivel: hospitales y centros que cuenten con atención de complejidad.

Críticas

Oscar Atienza, médico magister en salud pública y docente universitario, es muy crítico de la acción en la provincia: “No se ha hecho nada. Extender los horarios de atención en los hospitales implica esperar que la gente se enferme y recibirla; esta enfermedad se previene con promoción de la salud, explicándole a la gente cómo actuar, dándole información. Es una situación equiparable a la epidemia de cólera. Hay que enseñar a descacharrar, entregar repelentes, fumigar y hacer bloqueo de casos. En Córdoba, la primera alarma la tuvimos cuando los hospitales se llenaron. Ahora están queriendo bloquear casos, pero a eso hay que hacerlo desde los primeros”.

El experto calcula que por el subdiagnóstico que hay de dengue -se estima que los contagios son entre cinco y siete veces más que los registrados- la provincia podría tener alrededor de 200.000 casos. El mismo esquema es válido para todo el país. “El dengue es una enfermedad compleja de contagiarse, por eso es una cantidad inaudita la de casos que tenemos”, enfatiza Atienza.

Desde hace unas semanas, indica, ya hay superposición del dengue con enfermedades como gripes A y B, otras afecciones respiratorias y Covid. “Es lo que llamamos sindemia, la superposición de una o más pandemias o brotes -agrega-. Los pacientes que tengan síntomas que compartan estas enfermedades posiblemente queden en una nebulosa de diagnóstico”.

Atienza entiende que los casos recién comenzarán a bajar a finales de mayo porque, aun cuando haya días más fríos, el mosquito vector de la enfermedad “sigue estando y la lluvia y el agua continúan haciendo eclosionar los huevos”. De junio a octubre es esperable que los contagios disminuyan alrededor de 10% respecto de la temporada alta, lo que implica “un piso alto”.

“Vamos a copiar el modelo brasilero -añade el experto-. Antes en la Argentina los contagios eran más esporádicos, pero no se está haciendo nada y no pareciera que se fuera a hacer nada para prevenir”.