
Postergaron el alegato de la fiscal por la muerte del cantante Rodrigo
Sufrió un pico de presión luego de que pidió, de modo confuso, acusar por un delito más grave
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La hora de los alegatos en el juicio por la muerte del cantante cuartetero Rodrigo Bueno sufrió ayer una inesperada postergación: tras un fallido intento por cambiar la calificación de la causa por una más grave, seguido de una serie de enredos argumentativos que llegaron a poner en riesgo su propio esquema acusatorio, la fiscal de Quilmes María Cristina Díaz sufrió una descompensación que, según un certificado médico, la obligará a guardar reposo por tres días.
Así, el tribunal de ese distrito que juzga al empresario Alfredo Pesquera como presunto responsable del accidente en el que perdieron la vida el músico cordobés y el hijo del fallecido cómico Alberto Olmedo, Fernando, fijó para pasado mañana el comienzo de la ronda de alegatos.
La confusa situación generada en los tribunales de Quilmes ayer pareció favorecer, en principio, a Pesquera. Se deduce esto de la ofuscación que no se ocuparon de ocultar los mismísimos abogados querellantes, tras la accidentada actuación de la fiscal Díaz previa a los alegatos a la que, como mínimo, calificaron de "desprolija".
La secuencia fue la siguiente: la representante en juicio del Ministerio Público solicitó al tribunal el cambio de carátula de la causa. Dijo que las pruebas presentadas en el proceso oral le permitían ir más allá del doble homicidio culposo y lesiones con los que el expediente fue elevado a juicio, por lo que, según su visión, estaba en condiciones de acusar a Pesquera por doble homicidio simple con dolo eventual: para Díaz, el empresario debió figurarse el resultado que podían causar sus presuntas provocaciones al volante.
Pero el defensor de Burlando se opuso inmediatamente: consideró que su pupilo procesal había respondido en juicio por una acusación menos gravosa, por lo que el eventual endurecimiento de la acusación lo privaba de una adecuada defensa en juicio, lo que derivaría en una nulidad.
Díaz no aceptó el argumento de la defensa e hizo su reposición. Fue en ese momento en el que se embarcó en una farragosa argumentación que la llevó a donde, seguramente, nunca hubiese querido llegar.
Un enredo tras otro
En el intento por sostener su hipótesis, dijo que correspondía el cambio de carátula en el caso de Rodrigo, pero olvidó hacer extensivo el argumento para el de Olmedo, la otra víctima del accidente.
Burlando vio la grieta y se lanzó de lleno. De modo incisivo, inquirió a la fiscal que precisara qué artículo del Código Procesal le permitía, a esa altura del debate, proponer el cambio de carátula y acusar por un delito mucho más grave.
Afanosamente Díaz buscó en los libros, sin hallar el camino, hasta que intentó una fútil explicación: "Bueno... no hay un artículo determinado... pero en el sistema acusatorio la acción la impulsa el fiscal..." A esa altura, los abogados querellantes -que representan a las personas que sobrevivieron al accidente y a la madre de Rodrigo- estaban perplejos.
Replicó Burlando con su pedido de nulidad, y con la exigencia de que se precisara qué delito se le imputaba a su defendido y sobre cuál debería defenderse, mientras Díaz insistía: "La prueba y mi acusación por dolo eventual están en el debate".
Al final, los jueces destrabaron la situación con una resolución que, de algún modo, resultó salomónica. Rechazaron el pedido de Díaz, por considerar que carecía de una fundamentación precisa, circunstanciada y especificada de los hechos, incluyendo nuevos sucesos y circunstancias agravantes". Y echó por tierra la nulidad solicitada por Burlando por "abstracta".
Pero fue demasiado para Díaz, que sufrió un pico de presión que obligó a la suspensión de la audiencia y alargó la espera.





