¿Qué pasa con el topless en el mundo?
En Europa ya es una costumbre consolidada desde hace tiempo, pero en algunos países de América latina aún es tabú y puede implicar una contravención; las diferencias con el nudismo
Italia
En las playas italianas el topless es una costumbre consolidada desde hace ya varias décadas y está legalmente permitido desde el 20 de marzo del año 2000. Entonces, una histórica sentencia de la Corte de Casación hizo una distinción entre topless y nudismo, legalizando de hecho el primero y concluyendo, así, una batalla judicial iniciada casi 30 años antes en favor de la libertad de los pechos al viento.
Fue en década del 70, en efecto, cuando comenzó a difundirse en las playas de la península el topless. Si bien en 1973 comenzaron a registrarse las primeras denuncias por “ultraje al decoro público”, en 1977 también llegaron las primeras absoluciones a dos chicas de Voltri, en Génova, que sentaron jurisprudencia. Las polémicas legales, sin embargo, se intensificaron cuando algunos alcaldes de localidades balnearias de renombre, como Tropea, en Calabria, y Pantelleria, Sicilia, con ordenanzas de los más extravagantes decidieron en 1982 que el topless sería admitido solamente para mujeres con un “lindo seno”.
La costumbre del topless está más que arraigada en Italia, donde incluso en piletas públicas pueden verse pechos al aire, de todas las edades. Tan permitido está quedarse sólo con la parte de abajo del bikini que, hace unos años, una madre que denunció “por actos obscenos en lugar público” a una joven porque se había puesto crema solar en sus pechos delante de sus hijos, terminó condenada por calumnia.
España
Las costas españolas se rindieron al topless hace más de 20 años. Es una costumbre tan extendida que en algunas playas del Mediterráneo cuesta encontrar a una bañista tomando sol con el bikini completo.
Una encuesta de alcance internacional que encargó la empresa de turismo Expedia reveló el año pasado que el 42% de las españolas había hecho topless alguna vez, muy por encima de la media de los países analizados (cercana al 20%). El 73% de los españoles respondió que se siente cómodo o muy cómodo ante la presencia de mujeres con el pecho descubierto en la playa.
A nivel legal el cambio fundamental para naturalizar este hábito fue una reforma del Código Penal de 1989 en la que se eliminó la figura de “escándalo público”, que se usaba hasta entonces en algunas zonas contra veraneantes que se exponían al sol sin ropa. Diversos fallos posteriores regularon que no puede prohibirse el topless en las playas, aunque algunos municipios –cada vez menos— han reclamado la potestad para establecer áreas restringidas.
En cambio el topless suele estar prohibido en las piletas municipales y en las de los edificios privados. En algunas ciudades de tradición liberal, como Barcelona, empiezan a permitir que las mujeres tomen sol y naden con el torso al aire en esos espacios. En esa misma línea, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, autorizó el verano pasado un “día de bañador opcional” en los centros recreativos bajo gestión de la ciudad, a pedido de una ONG naturista.
Aunque el nudismo es también bastante habitual, el Tribunal Supremo falló en 2015 que no puede practicarse en espacios públicos a excepción de las zonas fijadas específicamente para eso. Eso sí, para que las fuerzas de seguridad intervengan debe mediar una denuncia y, en la práctica, no es nada extraño cruzarse con nudistas en una playa “común”.
Francia
Las francesas, que popularizaron el topless en los años 60, cada vez son menos adeptas a esa práctica. “En los años 90, todo el mundo practicaba el topless en la playa. Mi madre, mis tías, mis amigas… Por entonces no había nada de transgresivo. Lo hacíamos sobre todo para evitar la marca de los breteles”, recuerda Gaëlle, nativa de Cannes, en la Costa Azul.
Hoy, las cosas cambiaron sensiblemente. Cuando en los años 60 las feministas quemaban sus corpiños en las ventanas de la universidad para hacer avanzar una causa, hoy las mujeres parecen haber regresado a una suerte de puritanismo: 63% evitan desvestirse delante de sus amigas, 40% confiesan sentirse incómodas con la desnudez de otras mujeres en las salas de deportes y 37% denuncian las publicidades que muestra mujeres con los senos desnudos.
“Hay como una sensación de “demasiada” desnudez, explica en sociólogo Christophe Colera, que responde a la toma de consciencia de que una mujer no es un objeto sexual. A eso hay que agregar otros factores: “El más importante es la preocupación por los efectos cancerígenos del sol en la piel, que antes se desconocían. Consecuencia de ese evolución: la palidez se ha puesto de moda. Desde hace unos años, cada vez es considerado más vulgar estar bronceada”, precisa.
Resumiendo: hoy es cada vez más difícil ver a una mujer haciendo topless en cualquier playa francesa.
Contrariamente a lo que se podría pensar, en Francia no se puede hacer topless en cualquier playa. Si bien gracias a la evolución de las costumbres su práctica no constituye un delito de exhibición sexual, penado por el artículo 222-32 del Código Penal, puede sin embargo ser considerada una contravención.
Ciertas playas están reglamentadas por la municipalidad, que puede decidir proscribir el uso del monokini (incluso del string, muy muy poco utilizado en este país). Ese es el caso, por ejemplo, de París Plage, la playa efímera montada cada verano por la alcaldía de París a orillas del río Sena. Su reglamento prohíbe el uso de strings y monokini, consideradas “vestimenta indecente” y pasible de una multa de 38 euros.
La responsabilidad de la reglamentación recae en el alcalde de cada comuna. Es el único con poder para formular ese tipo de decreto, en virtud de los poderes de policía que le son conferidos por los artículos L 2212-2 et L 2212-3 del Código General de Colectividades Territoriales (que trata de la prevención y vigilancia del orden público).
Estados Unidos
Mujeres en topless con el pecho pintado con los colores de la bandera norteamericana en Times Square que se sacan fotos con turistas; mujeres tomando sol en topless en los parques y en Fort Tilden, la playa cool más cercana a la ciudad; y, también, mujeres en topless marchando por las calles por los derechos de las mujeres.
En Nueva York, el topless entre las mujeres es, por sobre todo, un símbolo de la lucha por la igualdad de derechos.
La historia comenzó hace ya más de 30 años, en el solsticio de verano de 1986, cuando nueve mujeres lideradas por Ramona Santorelli y Mary Lou Schloss hicieron un picnic en topless con el único propósito de ser arrestadas. La ley prohíbe estatal mostrar “intencionalmente partes íntimas o privadas de una forma lasciva”, y por ese entonces, para las mujeres, mostrar el pezón estaba prohibido, pero para los hombres no.
Las mujeres llevaron su reclamo a los tribunales, donde argumentaron que era inconstitucional y discriminatorio permitirle a los hombres mostrar sus pezones, pero no a las mujeres. En Estados Unidos, una enmienda constitucional garantiza la igualdad ante la ley.
En 1992, la Corte Suprema de Nueva York falló a favor de las mujeres, pero se preocupó por aclarar que estaba excluido el topless con fines comerciales, para impedir que, por ejemplo, un restaurante intente atraer clientes con mozas en topless.
En los últimos años, el alcalde de la ciudad, Bill De Blasio, ha intentado deshacerse de las “desnudas”, las mujeres con los pechos pintados de Times Square (son latinas), pero la ciudad ha reconocido dificultades para poder hacerlo porque las “desnudas” pueden argumentar que son artistas, y, por lo tanto, están protegidas por la 1ª enmienda constitucional, que garantiza la libertad de expresión.
Ahora, todos los años, en agosto, la ciudad es anfitriona junto con otras ciudades del mundo del “GoTopless Pride Parade”, un día de activismo, donde las mujeres caminan por la ciudad con sus pechos al aire.
Brasil
Por muy raro que parezca, en el relajado Brasil, país famoso por su lujurioso Carnaval y por las diminutas bikinis que abundan en las playas, el topless femenino se mantiene como tabú.
No hay ninguna legislación que explícitamente prohíba el topless o el nudismo, pero el artículo 233 del Código Penal (aprobado en 1940), prevé penas de detención de entre tres meses y un año o multa para aquellas personas que “practiquen un acto obsceno en un lugar público, abierto o expuesto al público”. Aunque la norma no define en qué consiste un “acto obsceno”, para las autoridades e incluso muchos brasileños, que las mujeres tomen sol con sus pechos al aire es interpretado como una obscenidad.
Las primeras tentativas de liberar el topless en Río de Janeiro, durante el “verano del amor” de 1972, fueron de inmediato reprimidas por la dictadura militar de aquel entonces. Poco tiempo después, en 1980, la telenovela “Agua Viva”, de Globo, volvió a abordar el tema, pero cuando un grupo de jóvenes actrices intentó grabar una escena con sus senos al descubierto en las arenas de Ipanema, fue expulsado de la playa por bañistas puritanos y policías.
El conflicto más famoso sobre el asunto ocurrió recién en 2000, cuando la representante comercial Rosimeri Moura Costa quiso asolearse en topless en la playa de la Reserva y terminó arrestada en una comisaría, acusada de atentar contra el pudor. Hubo protestas y se instaló una fuerte polémica, que llevó al alcalde carioca de entonces, Luiz Paulo Conde, a permitir la práctica en las playas de Río. Las autoridades del norteño estado de Bahía se sumaron a la iniciativa, pero la tendencia duró poco porque Moura Costa no tuvo muchas seguidoras que se atrevieran a tomar sol sin la parte de arriba del traje de baño.
Más recientemente, la periodista Ana Paula Nogueira creó el grupo Topless In Rio basado en el movimiento internacional FreeTheNipple (LibereElPezón), y organizó en diciembre de 2013 un “toplessaço” en Ipanema. Decenas de miles de personas la apoyaron por las redes sociales y confirmaron su presencia; sin embargo, el día marcado para la manifestación “en defensa de la libertad del cuerpo femenino”, apenas un puñado de mujeres se atrevió a exhibir sus pechos ante la masiva presencia de curiosos y fotógrafos. La acción fue repetida en los últimos veranos, pero la moda del topless no parece interesar demasiado a la mayoría de las mujeres brasileñas. Y las que quieren tomar sol sin marcas de bikini, directamente prefieren ir a las escasas playas nudistas que existen en el país.
Chile
La que no sabe, puede llevarse un mal recuerdo de sus vacaciones en Chile. El año 2009 le pasó a una turista holandesa en la playa de Reñaca. Nadie le avisó que el topless en este país es ilegal y a los pocos minutos dos uniformados de la Armada, la institución que administra las playas, lagos y ríos, la invitaron a cubrirse o retirarse. Ella no entendió mucho los motivos, pero encontró una solución justa para todos: volteó sobre la toalla y así quedó boca abajo, disfrutando igual del sol.
No es un delito tomar sol en topless en Chile, pero sí constituye una falta. Las leyes más famosas, y que todo chileno conoce, son el artículo 373 y 495 del Código Penal, que sancionan las ofensas públicas a la moral, el pudor y las buenas costumbres. Cada año miles de personas son detenidas en nombre de estas leyes.
Además, el Código Civil, en el artículo 496, establece multas a quienes se bañen con poca ropa en lugares públicos. Esta última es considerada una de las normas más anacrónicas del país.
Para que se configure la falta hay que ofender en público la moral o las buenas costumbres, y muchas personas tienen que molestarse. Para evitar ese criterio, el movimiento naturista de playa Cau Cau, al norte de Reñaca, pidió a la autoridad trasladar su refugio y así fue como el año 2000 se creó Playa Luna, la primera playa nudista de Chile. Son cientos los que ahora en verano andan en cueros sin ningún problema.
Otras playas chilenas que reservan parte de la arena para practicar el nudismo (autorizadas y no) son Playa Luna Norte (Tarapacá), Playa Luna Sur (Coliumo), Playa Escondida (Antofagasta), Playa Blanca (Togoy) y una playa secreta en Pichilemu.
El 30 de junio del 2002, Spencer Tunick, un fotógrafo estadounidense que retrata desnudos masivos, logró reunir a más de 4000 personas en una de las ciudades más pacatas y tradicionalistas de América latina: Santiago. Con cero grado y en paralelo a la final de la Copa del Mundo, los chilenos corrían desnudos para posar a un costado del Museo de Bellas Artes, en plena calle. Ese día es considerado un hito de liberación en la sociedad chilena.
Ahora existen más movimientos organizados y fechas específicas para promover el topless y derogar los artículos ya mencionados. El 2008, por ejemplo, cuatro chicas de un team playero tomaron el sol en topless durante tres horas en la playa que estaba al frente de donde se jugaba el ATP de Viña. La comuna se vio obligada a discutir si mediante una ordenanza municipal prohibiría o permitiría el desnudo playero. Poco después, pero en Coquimbo, un candidato prometió una playa nudista para la comuna si lo elegían alcalde.
El año pasado, los mismos naturistas decretaron el 29 de agosto como el día del topless libre, siguiendo la tendencia internacional. Ese día hicieron en Valparaíso un topless picnic bastante concurrido, pero el activismo por vivir al natural no suele dar problemas y nadie, excepto algunos pastores evangélicos que cada vez que pueden los combaten, piensa que está horadando los valores nacionales.
La opinión sobre el topless en público suele ser: se puede convivir, pero en espacios separados y sin escándalo. Mientras exista la ley, sin embargo (hay proyectos para derogarla desde el 2007), la policía o cualquier autoridad facultada, puede detener a quien "ofenda" el pudor y las buenas costumbres con los pechos al aire.
Uruguay
En Uruguay no hay legislación clara sobre el topless en la playa, pero hay normas del Código Penal que pueden ser tomadas en cuenta por un juez, ante un eventual caso de denuncia. Sin embargo, no se han registrado conflictos ni denuncias por casos de este tipo. En los hechos, las veraneantes concurren a las playas con trajes de baño.
¿Dónde se hace topless o nudismo? Los que quieren hacerlo suelen buscar playas alejadas, como algunos balnearios de Rocha, o parajes solitarios.
En los accesos a Punta del Este se fue generando en forma espontánea, una zona de playa naturista que fue creciendo en el tiempo: Chihuahua. La Junta Departamental de Maldonado, donde está Punta del Este, reglamentó la actividad de esa playa en 2012, estableciendo límites de espacio para el nudismo.
El vocero de la Suprema Corte de Justicia dijo a LA NACION que el caso no fue establecido en la Ley de Faltas y que en materia de delitos, ante un caso de denuncia, el juez a cargo tomará en cuenta el Código Penal vigente, que está en vías de reforma.
En el Título X de ese código figuran “Los delitos contra las buenas costumbres y el orden de la familia” que en su Artículo 273 figura el caso de “Atentado violento al pudor”. Dice la ley: “Comete atentado violento al pudor, el que (…) realizara sobre persona del mismo o diferente sexo, actos obscenos, diversos de la conjunción carnal, u obtuviera que ésta realizare dichos actos sobre sí mismo o sobre la persona del culpable o de un tercero”. Y establece que “este delito se castigará con la pena de ocho meses de prisión a seis años de penitenciaría”.
El abogado penalista Andrés Ojeda dijo a LA NACION que en el Código hay figuras delictivas que han quedado desactualizadas, y que en muchos casos todo depende de si hay una denuncia que active una acción judicial, lo que en este tema es poco probable. Luego, un magistrado debiera entender que mostrar los pechos en una playa aplica a un delito de “atentado violento al pudor”. Lo que es aún más improbable.
Informes de Elisabetta Pique (Italia), Martín Rodríguez Yebra (España), Luisa Corradini (Francia), Rafael Mathus Ruiz (Estados Unidos), Alberto Armendáriz (Brasil), Federico Grünewald (Chile) y Nelson Fernández (Uruguay)
LA NACION