
Quieren una zona roja como en Amsterdam
Lo propuso el kirchnerista Ariel Schifrin para la Ciudad
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Buenos Aires no es Amsterdam. Los canales, aquí, discurren entubados, por ejemplo. Además, en la capital argentina la marihuana no puede consumirse en un banco de plaza, teóricamente. Pero Buenos Aires igual podría alinearse con Amsterdam. Sobre todo, a partir de una de las licencias que hacen de la fantástica ciudad holandesa una urbe diferente: la zona roja.
El tema no es nuevo en la ciudad. La diferencia es que ahora reconquistó actualidad. En medio de la discusión por la sanción de un nuevo Código Contravencional, el legislador kirchnerista Ariel Schifrin tomó uno de los debates más mediáticos -el de la prostitución- y propuso delimitar la zona de trabajo de la oferta sexual.
Schifrin, ex secretario de Descentralización local y ex ibarrista, partió del proyecto contravencional presentado anteayer por el jefe de gobierno, Aníbal Ibarra, que prohíbe la oferta de sexo en zonas de viviendas, establecimientos educativos y templos. Como todo aquello que no se prohíbe está permitido, el texto del gobierno habilita al resto de la ciudad para el ejercicio público de la prostitución.
"El proyecto de Ibarra me parece bueno, pero creo que es incompleto. En lugar de hablar de una no proximidad , debería decir directamente dónde se permite la prostitución", consideró el legislador.
La reaparición del debate no sorprendió en las oficinas del poder porteño. De hecho, en más de un sector la creación de zonas rojas se discutió durante los últimos meses. La conclusión es que la mayoría cree que no hay norma que pueda eliminar la prostitución, pero que sí se la puede limitar para conseguir una mejor convivencia entre vecinos y grupos minoritarios.
Limitar o circunscribir
¿Pues qué significa en este caso "limitar"? En principio, que no haya prostitutas y travestis en las zonas residenciales. Que los chicos no caminen en medio de ofertas sexuales diversas. O sea: no más Godoy Cruz, Núñez, etcétera. ¿Y Constitución? Depende del texto que se acuerde. Si es el que pretende Ibarra, no habría cambios. Si es el que quieren Mauricio Macri y Patricia Bullrich, se prohibiría la prostitución en esa zona.
Algo está claro: ni el oficialismo ni Mauricio Macri ni Patricia Bullrich declaman contra la eliminación de la prostitución. Les adjudican "realismo" a sus opiniones, básicamente. Y parten de otra realidad: la ley argentina castiga a los proxenetas, pero no a quien se prostituye. Y el Código Contravencional cuestiona la oferta en la vía pública, mas no en ambientes privados.
En cuanto a las propuestas, el oficialismo libera toda zona que no incluya viviendas, colegios y templos, como se dijo. Macri ataca el tema como un problema de "intimidad y puertas adentro". Es decir: que la prostitución se ejerza sólo en recintos privados y que se combata la oferta en la vía pública. Y Bullrich no está en contra de las zonas rojas, pero exige antes una consulta popular entre los vecinos.
En síntesis: el debate existe. Y no busca el combate a la prostitución, sino la limitación de la actividad y su inclusión en un contexto de convivencia social. Así, al menos, lo ven el oficialismo y buena parte de la oposición.





