
Recuperar el tiempo libre, uno de los desafíos que se enfrenta tras el divorcio
Las mujeres separadas suman 30 minutos de ocio y los hombres, 11; en la mayoría de los casos las tareas de cuidado se reparten más luego de la ruptura
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La diseñadora Paula Sánchez, de 42 años, dice que desde que se divorció reconquistó su agenda. El fin de semana largo anterior se fue con cuatro amigas a Colonia. Ese feriado le tocaba a su exmarido quedarse con sus hijas, Isabella y Rocío, de seis y nueve años. Desde su separación hace dos años y medio, ella volvió al gimnasio, va al teatro y está haciendo un curso de cerámica. "No sé si hago más actividades, pero sí que en mi agenda hay más cosas para mí", cuenta. Lo contrario opina Guadalupe Marino, de 39 años y separada hace seis: "Cuando te separás, corrés todo el día. No hay tiempo libre en mi agenda. Ahora todo me toca a mí. Los días que están con el papá, estoy tan cansada que no tengo ganas de nada", dice.
¿Quienes se separan tienen más tiempo libre y vida social? Ese debate se instaló hace unos días en Twitter. Los datos objetivos que miden el uso del tiempo y la satisfacción indican que los divorciados tienen más momentos libres y les cuesta menos desconectarse después de trabajar. Pero, los casados, aunque viven agotados, se autoperciben con mayor frecuencia como personas más felices.
Divorciarse devuelve tiempo a la agenda: más de media hora por día para las mujeres y 11 minutos para los hombres, según los datos de la Encuesta del Uso del Tiempo que hizo el gobierno porteño en 2016. Hasta allí, el dato. Pero la percepción de si se gana o se pierde tiempo resulta muy dispar porque, como explican la mayor parte de los entrevistados para esta nota, no es lo mismo tener los hijos a cargo gran parte del tiempo que compartir el cuidado. O, agregan, tener autonomía económica que padecer la incertidumbre de la cuota alimentaria. "Cada divorcio es distinto, por eso las percepciones y las experiencias varían tanto", explica la especialista en relaciones de pareja y miembro didacta de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), Mónica Cruppi.
Un informe del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), sobre los datos de la encuesta del uso del tiempo, indica que las personas divorciadas tienen 14 minutos más de momentos libres a diario que las casadas y una hora menos que las solteras. Pero, entre los hombres, la diferencia entre divorciados y casados es menor.
Mientras que una mujer casada tiene cuatro horas y seis minutos libres diarios, la divorciada cuenta con cuatro horas y 37 minutos. La brecha entre una y otra es de más de tres horas y media semanales. Por supuesto que las solteras son las que más disponen de su agenda: cinco horas y 14 minutos a diario.
Tareas compartidas
"Esta brecha entre casados y divorciados se explica porque los nuevos adultos con hijos pequeños están involucrados simultáneamente en las tareas de cuidado. Al producirse el divorcio, se genera un efecto de sustitución o relevo que libera tiempo. Si la tarea de cuidado parental se asume de forma compartida, se produce un recambio que antes no existía", explica Gala Díaz Langou, directora de Protección Social de Cippec. "El uso del tiempo responde a dos variables: la participación en el mercado y las tareas de cuidado. Y justamente el trabajo no remunerado dentro del hogar es el que compite con el tiempo libre", explica.
Las personas casadas son a las que más les cuesta desconectarse de su día laboral y vincularse con el ocio. En cambio, los divorciados y solteros son los que más rápido lo logran, según una encuesta sobre la base de 1000 personas hecha por la Universidad Siglo 21. Leonardo Medrano, secretario de Investigación del Observatorio de Tendencias Sociales de esa casa de estudios explica que quienes están casados y en pareja resultaron ser los que evidenciaban mayores niveles de agotamiento y, entre ellos, aparecen las mujeres.
La satisfacción vital es un indicador que se usa para medir calidad de vida y es una medida cognitiva de felicidad, explica Medrano. Es decir, permite conocer cuán feliz se siente una persona consigo misma, más allá de las emociones que lo atraviesen durante el día. Los casados fueron los que dijeron ser más felices y los divorciados, los más insatisfechos con su vida. "No se trata de una felicidad en términos hedonistas, sino de la percepción de autorrealización", argumenta.
¿Qué hacen unos y otros con su tiempo libre? Los separados son los que más miran televisión y series. En cambio, los solteros dedican más momentos a reunirse con amigos y a ir al cine. La segunda actividad recreativa que lidera la agenda de los divorciados es ir al cine y la tercera, hacer actividades al aire libre. En todas las categorías, el tiempo dedicado al esparcimiento por los divorciados supera al de los casados.
Según la encuesta del uso del tiempo, las casadas insumen casi cinco horas diarias en actividades como cocinar, ocuparse de los hijos y adultos, tareas domésticas de limpieza y logística, entre otras. En cambio, las divorciadas dedican cuatro horas y 41 minutos. En los hombres también se registra una brecha. Mientras que los divorciados destinan dos horas y 15 minutos, los casados, dos horas y 43 minutos diarios. Es decir que divorciarse los libera de una media hora de trabajar en casa. En tanto, los solteros dedican apenas una hora y 20 minutos diarios al trabajo no remunerado y ellas, dos horas y 11 minutos.
"Después del divorcio, y una vez superado el duelo, aparece con más frecuencia en las mujeres una sensación de libertad y de ganas de recuperar ?el tiempo perdido'. Algunas usan ese tiempo que tienen los días que no están los chicos para salir, hacer cursos, verse con amigas. Hay una sensación de empoderamiento", explica Cruppi.
Franco Leguisa: "Ahora tengo más tiempo para hacer deportes"

Franco Leguisa, de 38 años, es padre de cuatro hijos y cuenta que desde que se separó, hace cuatro años, volvió a conectarse con algunos proyectos que tenía postergados. Una de las primeras cosas que hizo fue mudarse más cerca de su trabajo, en una escuela de Olivos. Antes, vivía en Ituzaingó, y tenía que levantarse a las 4.45, para estar en la escuela a las 7. Ahora, que vive cerca, hace ese trayecto en bicicleta, y como mucho, en media hora está en el trabajo. También decidió volver a estudiar: está rindiendo las materias que le quedaron para terminar el secundario. "Hoy tengo más tiempo para hacer otras cosas. Al mudarme cerca del trabajo, pude recuperar muchísimo tiempo en horas de viaje. Además, al tener mi propio espacio, tengo más tiempo para hacer otras cosas y encarar emprendimientos personales. Hago algunas actividades deportivas y lo más importante es que disfruto más de mis hijos cuando ellos están conmigo", dice.
Natalia Viñez: "Si no tenés una red familiar, tu agenda se sobrecarga"

Natalia Viñes tiene una agencia de comunicación, 41 años y se separó hace diez, cuando su hijo tenía dos años y medio. Ella es de las que opinan que separarse no te da más tiempo libre. "Todo lo que antes era tarea compartida, pasé a hacerla yo. Eso consume mucho tiempo y energía, se duplica el trabajo. Cuando mi hijo era más chico, hasta cronometraba los minutos que duraba mi ducha, para optimizar el tiempo", dice. Las cuestiones más básicas, al abandonar la vida en pareja, señala, recaen en uno solo. "La economía hoy está pensada para que un hogar se mantenga con el ingreso de dos adultos. Cuando te separás y no contás con una red familiar o una situación económica que te permita contratar ayuda permanente en casa y en el cuidado de los hijos, tu agenda se recarga al punto de no tener minutos para vos. Y los días que mi hijo está con el papá, no tengo fuerzas para salir", afirma.




