
Tecnología para comensales impacientes
Los llamadores de mozos, discos de espera, menúes digitales y tablets para completar encuestas de satisfacción se encuentran cada vez más en los restaurantes porteños
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Toda fantasía se desvanece. La del famoso o el conocido del dueño que llega al restaurante y se queda con la primera mesa que se desocupa, la del mozo que hace como que no ve cuando lo llaman o esa que lleva a pensar que el pedido está listo pero que hace rato se enfría en el mostrador. Es automático: el cliente se vuelve apacible y pierde la ansiedad. Así lo confirman empresarios gastronómicos que sumaron dispositivos tecnológicos para organizar la atención, mejorarla y, principalmente, lograr que los momentos en los que el comensal debe esperar una mesa, retirar un pedido, elegir lo que va a comer o pedir la cuenta sean menos tensos. Los llamadores de mozos, discos de espera, menúes digitales y tablets para completar encuestas de satisfacción pueden verse en restaurantes y fast food gourmet de Palermo, Recoleta, Las Cañitas y Belgrano.
"Con el uso del beeper no hay histeria en el cliente que espera una mesa. Se da cuenta de que no hay favoritismo", resaltan desde el restaurante Dandy, donde a las personas que llegan a sus sucursales les dan discos de espera. Y señalan que a diferencia del listado que se arma a mano, este sistema da "confianza" y "tranquilidad".
"Los comensales saben que cuando el disco les vibra y se ilumina es porque ya tienen un lugar", retratan. Por ejemplo, en la versión grill de Dandy cuentan con 50 dispositivos. Por tener un radio de alcance de 200 metros, hay clientes que salen a dar una vuelta y vuelven cuando el beeper se accionó. "También nos ayuda a retener al cliente que espera por una mesa", reconocen.
El disco de espera se adapta a la necesidad de cada restaurante. En Dean & Dennys los usan en sus locales de Recoleta y Palermo para dárselos a sus clientes una vez que ya hicieron el pedido por caja. "El pager (como también se le dice) permite que el cliente espere el pedido sentado en una mesa y cuando suena, vibra y hace luces sabe que su combo está en el mostrador", detalla Francisco Ribatto, uno de los dueños de esta cadena de hamburguesas que se destaca por sus conceptos fast good y green. "Hacemos 15.000 cubiertos por mes en cada sucursal. Los discos de espera mejoran la rotación y nos permiten mostrarnos sofisticados", dice Ribatto.

Industria nacional
Así como algunos gastronómicos decidieron traer el producto del exterior, como Kansas, otros buscaron distribuidores o fabricantes argentinos. Eduardo Perret, ingeniero industrial y fundador de la pyme Call UP, desarrolla tecnología para restaurantes. Tiene unos 200 clientes y exporta sus productos a Francia, Dinamarca y Hawaii. "A los primeros clientes los conseguí en la feria Hotelga. Generalmente me piden soluciones para evitar que el comensal se sienta mal atendido", cuenta el empresario, de 30 años.
La sensación de poder controlar parte de la atención mantiene al cliente más tranquilo. Sobre todo al que es demandante y se fastidia cuando el camarero no responde a sus llamados, ya sea con la mano, chistando o con un grito tímido. Con los llamadores de mozos, que son unas botoneras instaladas en las mesas o servilleteros, los comensales presionan un botón y se emite una señal. Desde donde esté, el camarero se entera por una vibración o sonido que lo necesitan desde la mesa que le figura con un número en su reloj pulsera. Estos dispositivos es común encontrarlos en restaurantes con mesas en planta alta o en la vereda. En Havanna de Palermo Soho, por ejemplo, los utilizan en las mesas de una terraza. "El cliente se queda tranquilo de que el mozo recibió su llamado", dice Carla, la encargada.
La inmediatez con la que un mozo "baja" un pedido a la mesa de su cliente también influye en la búsqueda de mejorar la relación cliente-personal. Que una porción más de papas fritas u otra botella de agua llegue en el momento justo para que se acople al almuerzo o cena es clave. Para acelerar la respuesta a ese tipo de demanda, en La Dorita de Belgrano el jefe de salón lleva encima una tablet. "Cuando ve que el comensal quiere pedir algo, se acerca y desde la tablet sube el pedido al sistema", explica el gerente Diego Parra.
En ese camino por perfeccionar la toma de pedidos con soportes tecnológicos, además de comercializar llamadores inalámbricos, Eduardo Perret está por lanzar al mercado un menú digital, al que llamó Menú DG, que le permite al cliente cargar desde una tablet lo que quiere consumir. Lo explica así: "Le daríamos el software a los restaurantes y ellos tienen que aportar las tablets. Como el cliente es mucho más cuidadoso al momento de pedir, cuando le entregue al mozo la tablet no habrá chance de que exista un error en la comanda".
Te doy una trivia, dejame tus datos
Por medio de la tecnología, los restaurantes pueden lograr una tarea difícil que no siempre es bien recibida por los clientes: pedirles sus datos para contarles novedades, ofrecerles promociones y conseguir que vuelvan. Desde Godixital, una agencia de marketing digital, ofrecen tablets que contienen una aplicación de encuestas para que los mozos se las den a los comensales con la cuenta. Lo novedoso es que al principio, para que el cliente se prenda, hay trivias hechas a medida de cada restaurante. En la parrilla La Más Bonita, de Palermo, son todas orientadas a la temática "carne". Después del juego, aparece la encuesta de satisfacción con un multiple choice. Y por último les piden los datos personales para enviarles por mail promociones para que regresen. Nicolás Cordeiro, encargado de la parrilla, admite que el anzuelo es la curiosidad: "A los clientes les da intriga y se enganchan".
Agustina Heb
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