Tiña: cómo protegerse del hongo que puede contagiarse por una prenda, una mascota o en una peluquería
Esta micosis superficial es más común de lo que parece y se transmite fácilmente por contacto directo o a través de objetos o animales
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La tiña, una de las micosis superficiales más comunes, son infecciones causadas por hongos que afectan la piel, el pelo y las uñas. Su contagio está vinculado principalmente al contacto con animales, superficies contaminadas y la humedad en ambientes con poca higiene.
En los últimos meses, expertos han alertado sobre un aumento de casos relacionados con peluquerías. De hecho, un estudio del Hospital de Clínicas de la UBA advirtió que la falta de higiene en los instrumentos de algunos de estos establecimientos generó un aumento en la transmisión de estas infecciones.
“La tiña o dermatoficia es una infección de la última capa de la piel y de las mucosas producida por hongos como los dermatofitos y las levaduras”, explicó Gabriel Noriega, jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Británico.
En sus formas más frecuentes, aparece como una lesión rojiza, descamada y con picazón, que muchas veces se confunde con otros cuadros dermatológicos.

Según el especialista, esta infección no se limita únicamente a la piel. “Cuando afecta las mucosas, como la oral o genital, los síntomas característicos son el ardor y la inflamación”, indicó.
La variedad de síntomas y zonas del cuerpo donde puede presentarse hace que sea necesario el diagnóstico médico para evitar errores de interpretación y tratamientos inadecuados.
Ramiro Heredia, médico clínico del Hospital de Clínicas de la UBA, advirtió que la infección por dermatofitos puede derivar en complicaciones como infecciones bacterianas secundarias, reacciones alérgicas y, en casos menos frecuentes, tiña incógnita o granuloma de Majocchi. “Estas últimas ocurren cuando se confunde la tiña con otras patologías como el eccema y se la trata con corticoides, lo que agrava el cuadro y provoca una infección más profunda”, explicó.
Además, señaló que en pacientes inmunocomprometidos existe mayor riesgo de progresión hacia formas severas como el granuloma de Majocchi (una forma de tiña que afecta capas más profundas de la piel).
Uno de los aspectos más importantes que remarcó Noriega es la capacidad de contagio de la tiña. “Es una infección contagiosa que se puede transmitir de persona a persona, de objetos a personas o de mascotas a personas”, afirmó.
Las zonas del cuerpo más afectadas por esta micosis varían según los hábitos y las exposiciones de cada persona. “Las áreas más comprometidas suelen ser las axilas, las ingles y los pies. En el caso de los deportistas, lo más frecuente es que aparezca en el tronco. También es común que las lesiones se localicen en la cara cuando hay contacto frecuente con animales”, señaló Noriega.
La amplia posibilidad de presentación de esta infección, sumada a su alto nivel de contagiosidad, obliga a estar atentos ante los primeros síntomas. No obstante, Noriega subrayó que no siempre se trata de una enfermedad grave, y que la mayoría de los cuadros se pueden tratar con eficacia si se detectan a tiempo.

Contagios en peluquerías
Un estudio del Hospital de Clínicas de la UBA advirtió por el avance de la tiña capilar. Según los datos del hospital, el 95% de los casos detectados corresponden a varones y adolescentes, quienes suelen compartir prácticas comunes, como la visita regular a barberías o peluquerías.
A su vez, un trabajo publicado tiempo atrás en Dermatología Argentina —la revista científica de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD)— ya alertaba sobre el cambio en el patrón de contagio: una infección típicamente infantil estaba empezando a aparecer con frecuencia en adultos mayores que concurren a barberías.
En ese estudio, se analizó a un grupo de 27 personas que asistían a estos establecimientos o mantenían contacto estrecho con quienes lo hacían. De ellos, 22 presentaron resultados positivos en exámenes directos o cultivos que confirmaron la presencia del hongo.
“La llamada tiña de las barberías se propaga en lugares donde se comparten herramientas de corte y se descuida la higiene del instrumental. También es un foco de contagio, ya que una vez que la persona tiene este hongo, esta puede dispersarse entre el grupo familiar, amigos y parejas. Esta diseminación de hongos está proliferando en este tipo de ambientes, cuando antes no eran comunes” comenta Ariel Sehtman, de la División Dermatología del Hospital de Clínicas de la UBA.
¿Cómo curarse?
En cuanto al tratamiento, Noriega fue claro: “El diagnóstico y el tratamiento deben ser indicados por un médico. Se tienen en cuenta la extensión de la tiña, su localización, los síntomas y los antecedentes del paciente, como su estado inmunológico”.
De acuerdo con el caso, el tratamiento puede consistir en la aplicación de medicamentos locales o en la administración de fármacos por vía oral.
Noriega también fue tajante respecto a los tratamientos caseros o sin supervisión médica. “Se desaconsejan porque pueden empeorar el cuadro y retrasar su cura”, alertó.
Algunos remedios populares o el uso incorrecto de cremas pueden irritar aún más la piel o enmascarar los síntomas, dificultando el diagnóstico posterior. “Algunos usan cualquier crema que le recomiendan en la farmacia, otros lavan la zona con antisépticos o hasta se aplican lavandina pura. Es muy importante no hacer eso y acudir a un profesional”, destacó Noriega.

La prevención, como en muchas enfermedades dermatológicas, cumple un rol clave. “La mejor manera de prevenir el contagio o la reaparición de la tiña es higienizar el cuerpo luego de jornadas de transpiración o actividad física, utilizar vestimentas limpias, aplicar antimicóticos locales según indicación médica y mantener un seguimiento veterinario de nuestras mascotas”, sostuvo Noriega.
Además, hizo una advertencia especial sobre los animales exóticos o poco convencionales, que pueden ser portadores de hongos sin mostrar síntomas evidentes: “Se recomienda evitar especies no tradicionales, como conejos o reptiles”, agregó.
Por su parte, Paula Carolina Luna, médica del Servicio de Dermatología del Hospital Alemán, explicó que ciertos brotes están asociados a modas o contextos específicos. “Hubo una época en la que era muy común tener conejos como mascotas y, en ese contexto, veíamos con relativa frecuencia un tipo inflamatorio especial de hongo: el Trichophyton mentagrophytes, variedad mentagrophytes”, indicó.
También recordó una epidemia distinta vinculada a otra mascota popular: “Tuvimos una epidemia de Trichophyton benhamiae que venía de unos bichitos que ahora conocen como hedgehogs —no son hurones, sino puercoespines— que por un tiempo estuvieron de moda, y esos también transmitían un tipo especial de hongo”.
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