
Una aeronave inadecuada para la policía
Entre mayo y septiembre de 1992, en dos estados norteamericanos, tres helicópteros Robinson 22-Beta, por desperfectos, se precipitaron a tierra y cinco personas murieron.
Esos trágicos ejemplos bastaron para que la Junta Nacional de Seguridad de Transporte de los Estados Unidos alertara sobre "posibles desprendimientos de rotor y de palas" en dicho modelo de aeronave.
Pero la Agencia Federal de Aviación norteamericana fue más allá al ordenar, en dos ocasiones, la clausura de la fábrica situada en la ciudad de Torrence, en California.
Pese a ello, la administración de Eduardo Duhalde, a través del entonces secretario de Seguridad Eduardo Pettigiani, encargó a fines de 1992 la compra de 40 unidades de ese modelo para uso policial, que llegaron a comienzos de 1993.
Desde aquella ocasión, las críticas a dicha adquisición comenzaron a llover. El bloque de diputados radicales de la Legislatura bonaerense puso el grito en el cielo al afirmar que, según los especialistas, los Robinson 22-Beta eran para la policía "tan inadecuados como peligrosos".
El modelo ideal, el cual la policía ya tenía algunas unidades, es el biturbina alemán Messerschmitt-Volko, un helicóptero diseñado exclusivamente para uso policial, pero las autoridades bonaerenses le habrían encontrado un defecto: su elevado precio.
Por entonces, los técnicos de la Fuerza Aérea Argentina (FAA) habían acotado el futuro radio de acción de los nuevos R-22 y ello se fundaba en lo siguiente: en áreas urbanas pueden sobrevolar máquinas que posean dos turbinas. El Robinson 22 sólo tiene una.
Es decir, que los 40 helicópteros adquiridos sólo podían sobrevolar los helicorredores (carreteras aéreas para helicópteros) autorizados por la FAA. Dichos corredores, justamente, son una serie de sectores descampados del conurbano y zonas sobre el Río de la Plata que van paralelas a la ribera.
Ayer, el R-22 de la policía, no se sabe aún por qué, sobrevolaba Adrogué, una zona muy poblada. Otra vez, las advertencias no fueron oídas y se siguen pagando con vidas.
Cinco muertos en cuatro años
La caída de helicópteros Robinson 22-Beta de la policía bonaerense ya han provocado cinco muertes en los últimos cuatro años, a raíz de la caída de cuatro de las máquinas mientras estaban en operaciones.
- En Camet: el 28 de febrero de 1994, en la entrada a Mar del Plata, un helicóptero Robinson con dos ocupantes se precipitó sobre la ruta cuando volaba a cincuenta metros de altura. La caída de la máquina, afectada al Operativo Sol, provocó la muerte de dos de sus ocupantes, el piloto, Gustavo Soanes de Souza, de la policía bonaerense, y Darío César Baliserti, de la Fuerza Aérea.
- Sobre el río: el 26 de abril de 1994, un Robinson cayó sobre uno de los canales del Delta, pero no se produjeron víctimas.
- Aprendizaje: el 22 de agosto de 1995 dos aparatos similares se desplomaron poco después de despegar del aeródromo de San Fernando y cayeron en Escobar. Ambas máquinas se precipitaron desde 300 metros de altura cuando regresaban de realizar un vuelo de entrenamiento. Una de ellas quedó destruida en el jardín de Elsa Cordani y la otra impactó en la esquina de las calles Los Lirios y Los Nardos. Perdieron la vida Marcelo Ricardo Alvarez y Antonio Rodrigo Zampayo, de la policía bonaerense.
- En Adrogué: ayer cayó un helicóptero Robinson-22 cuando perseguía a un grupo de delincuentes. Se investiga si balearon la máquina o si sufrió desperfectos mecánicos. Al caer en el jardín de una casa, perdió la vida el piloto César Natale, que viajaba solo.
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