Una plaza para lectores
Leer al aire libre, sentado en un banco o sobre el pasto, con música funcional que se mezcla con el sonido del agua que cae en una fuente y con la vigilancia constante de agentes de seguridad. Hasta hace unos días parecía una idea curiosa; desde ayer, una realidad que ya empezaron a disfrutar los vecinos de Barrio Norte.
Con un acto que encabezó el presidente Carlos Menem y al que concurrió una gran cantidad de vecinos, fue inaugurada la denominada Plaza del Lector, situada en la esquina de Las Heras y Agüero. Este es el primer proyecto terminado del plan de ampliación de la Biblioteca Nacional, que incluye la construcción de otro espacio verde idéntico y un centro cultural en la manzana que ocupa el edificio de esa entidad.
La nueva plaza, un espacio de 2800 m2, comenzó a ser edificada en enero último en un predio perteneciente a la biblioteca que se había convertido en un baldío. Las reiteradas quejas de los vecinos de la zona por el estado de esas tierras apuró un acuerdo entre la Biblioteca Nacional y el Gobierno de la Ciudad para definir la concreción de la obra, prometida por primera vez hace tres años.
Un enrejado de dos metros de altura bordea la plaza, que estará abierta al público todos los días, de 8 a 21. La gente podrá retirar libros del departamento de canje de la biblioteca y los diarios del día, de la hemeroteca. Las autoridades del organismo pedirán a los medios gráficos porteños que envíen una decena de copias cada día para que puedan ser consultadas directamente dentro de la plaza.
Una escalera que nace en la avenida Las Heras conduce al espacio verde. También se puede acceder desde Agüero, por medio de una rampa.
Arriba, el visitante se puede encontrar con unos 140 bancos de madera blancos, una cabina de teléfono público y una fuente en el centro de la plaza. Faroles de estilo colonial funcionan desde que cae el sol. Fueron instaladas cámaras de video para controlar eventuales situaciones de inseguridad. De fondo suena música funcional, que sólo se escucha dentro de la plaza, ya que proviene de unos parlantes ocultos, situados a la altura del suelo.
El proyecto, que demandó una inversión del orden de los dos millones de pesos, fue financiado por la empresa Parking Lot, que administrará dos plantas de estacionamientos -con capacidad para 160 vehículos- situadas debajo de la plaza y que están a punto de terminarse. Dentro de cinco años, esa edificación podrá ser utilizada por la biblioteca como depósito de libros.
El predio de Agüero y Las Heras albergó una casona de estilo francés, comúnmente denominada quinta Pueyrredón, expropiada en 1960 para utilizar los terrenos para la biblioteca. Esa mansión fue derribada hace unos años. Sólo quedó en pie una parte que será refaccionada para que allí funcione un minibanco.
"Este emprendimiento es un ejemplo. No costó un centavo a los vecinos y sirvió para demostrar cómo dos gobiernos de signo político opuesto -el de la Ciudad y el nacional- pueden ponerse de acuerdo para una obra que beneficia a todos", expresó el director de la biblioteca, Oscar Sbarra Mitre, en su discurso inaugural, poco después de las 10.
En nombre del gobierno porteño concurrió al acto Enrique Olivera, vicejefe a cargo del Ejecutivo. Además, participaron los ministros de Defensa, de Educación y del Interior, Jorge Domínguez, Susana Decibe y Carlos Corach, respectivamente.
La segunda parte
Según informó Sbarra Mitre, hoy comenzarán las obras de construcción de la continuación del proyecto de la plaza del Lector: un "centro cultural-ecológico" que incluirá un edificio con 12 salas de cine, un patio de comidas, salones de exposiciones, un teatro y más espacios verdes.
En la esquina de Las Heras y Austria se refaccionará la plazoleta allí situada. Dentro de cuatro meses será gemela a la del Lector. También se inicia el levantamiento de un anfiteatro en el actual estacionamiento de la biblioteca y se colocará una empalizada que cubrirá dos edificios semiabandonados situados sobre Las Heras, entre las dos plazas, que serán demolidos en los próximos días para el futuro centro cultural.
El otro edificio situado en esa cuadra será derribado una vez que se traslade la embajada de Paraguay, que actualmente lo ocupa.
El plan, según informó Sbarra Mitre, contempla que todo el frente de la avenida Las Heras sea ocupado por terrenos verdes y que la sede del centro cultural sea levantada detrás de ese espacio.
"Creemos que toda la obra estará terminada antes de diciembre de 1999 y será inaugurada cuando Carlos Menem aún sea presidente", indicó el funcionario.
La inversión total rondará los 25 millones de dólares, que correrán a cargo de la misma empresa concesionaria de los estacionamientos.
Circuito cultural
Enrique Olivera destacó que, una vez terminada la iniciativa, el barrio "ampliará aún más su oferta cultural y se sumará un espacio más al circuito que ya conforman el Palais de Glace, el Centro Municipal de Exposiciones, el Museo de Bellas Artes y el Centro Cultural Recoleta".
Unos 200 vecinos del barrio se acercaron para presenciar el acto inaugural. A muchos les llamó la atención la gran cantidad de funcionarios nacionales que concurrieron.
Menem dio su total apoyo al proyecto, pero sólo bromeó cuando le preguntaron si estaba practicando para inaugurar plazas, en clara alusión a la intención del diputado nacional Daniel Scioli de que el Presidente se postule para la Jefatura de Gobierno porteña en el 2000. "Estoy proscripto porque soy riojano", afirmó.
El fervor de los vecinos dejó también su costado negativo. Hoy la plaza estará cerrada: habrá que arreglar el pasto y algunas flores que soportaron demasiados pisotones. Mañana sí estará abierta.
Los vecinos dieron el sí
Raúl Lepe, un vecino de Recoleta, de 67 años, se puso su mejor traje y llegó, a las 10, al acto de inauguración de la plaza del Lector. Cuando se fueron las cámaras y los políticos, se sentó al sol y extrajo un libro de un bolsillo de su saco.
Era una antología de poemas de Pablo Neruda. "Me pareció todo un símbolo releer estos versos aquí. Durante muchos años protestamos porque esta esquina era un basural y ahora estoy realmente contento", relató el vecino, que aseguró no acostumbrarse a leer con la música que salía por los parlantes. "Esos músicos de ahora...", agregó.
Mario Foster fue otro de los que no quiso perder la oportunidad de "estrenar" la placita. Con sus 72 años, se vanagloria de ser estudiante de Filosofía y Letras en la Universidad de Buenos Aires (de hecho, mostraba su libreta de calificaciones a quien lo consultaba).
"Es una idea genial esta de habilitar un espacio para leer al aire libre", sostuvo, con el obligado libro apoyado en su falda.
En el soleado mediodía de ayer no fueron sólo lectores los que poblaron la flamante plaza. Por ejemplo, hubo parejas de novios que utilizaron los bancos para descansar, charlar y escuchar un poco de música.
El lugar preferido por los visitantes pareció ser la zona cercana a la fuente. Allí se pudo ver a dos vecinas de Recoleta, María Carreño y Juana Capri, que fueron especialmente "a ver al Presidente y a charlar un poco" en la nueva niña mimada del barrio.
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