“Serafín”, como fue bautizada, tiene una potencia pico de 156 billones de operaciones con números decimales por segundo; podrá ser usada para proyectos de astronomía, química, biotecnología, entre otros
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CÓRDOBA.— La Universidad Nacional de Córdoba (UNC) tendrá la computadora más potente de la Argentina destinada a proyectos científicos. “Serafín”, como la han bautizado, tiene una potencia pico de 156 billones de operaciones con números decimales por segundo. Desde hoy podrá ser utilizada para proyectos de astronomía, química, biotecnología, ciencias sociales, estadística, física e ingeniería, entre otros.
El equipo fue comprado en el marco del Programa de Adquisición de Grandes Equipamientos que impulsa la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la UNC y costó US$ 371.000. Con “Serafín”, la universidad se posiciona como la institución científico-educativa con mayor potencia de cálculo destinado a la investigación de todo el país.
Oscar Reula, director del CCAD, explica que si bien la supercomputadora más grande de la Argentina es la del Servicio Meteorológico Nacional solo se la emplea para las “simulaciones relativas al pronóstico climático”. El equipo del CCAD es abierto a proyectos científicos de todo el país y de naciones vecinas y de empresas. “Esa es una diferencia clave”, dice.
En diálogo con LA NACION subrayó que tienen apoyo del sector empresario y científico que ya vienen utilizando las supercomputadoras del clúster cordobés. Hoy son una “herramienta fundamental” para hacer ciencia.
Equipos como “Serafín” permiten simular una multiplicidad de escenarios y evaluar el comportamiento de miles de variables de manera virtual; emplean en paralelo miles de procesadores para calcular un resultado. Lo que a una persona le llevaría 24 horas reloj, a la computadora le insume milésimas de segundos. “De otra manera, estos cálculos se hacen en el exterior; está bien colaborar, pero se pierde la posibilidad de formar equipos”, apunta Reula.
Reula subraya que estas “herramientas” son cruciales para “competir en ciencia y tecnología; hasta para hacer un auto de carrera o un avión son empleadas, se modela todo en computadoras. Se ahorra tiempo y dinero”.
“Serafín” es apto para técnicas de simulación conocidas como docking molecular, o técnicas donde se testean medicamentos ya aprobados para unas terapias y que son analizados para evaluar su acción contra otras o en simulaciones en física de los materiales. También para el desarrollo de nanotecnología para energías alternativas, el estudio de las ondas gravitacionales o el desarrollo de biosensores.
Puede colaborar con el big data aplicado a redes sociales, el aprendizaje automático o la construcción de indicadores compuestos para evaluar el desempeño económico y financiero. Reula menciona que hay proyectos ya en marcha que podrán agilizarse con la capacidad de cómputo del nuevo equipo.
En noviembre del año pasado, el rectorado de la UNC convocó a una licitación pública para la compra del equipo. Marcelo Mariscal, director del proyecto ganador del subsidio y vicedecano de la Facultad de Ciencias Químicas, plantea que la ventaja de las supercomputadoras es que posibilitan realizar investigación de punta, reduciendo costos y tiempo, a través de simulaciones computacionales.
“Serafín” comparte espacio con “Eulogia”, “Mulatona” y “Mendieta”, todos equipos que están con “Nabuncondonosor II” (se convertirá en el clúster más importante del país para uso de inteligencia artificial). Todos los nombres son de personajes de Fontanarrosa. “Empezamos con Mendieta y seguimos”, grafica Reula.
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