
Vecinos de Belgrano Chico, contra las torres
Quieren conservar su estilo de vida
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Los vecinos de Belgrano Chico, una exclusiva zona residencial caracterizada por magníficos inmuebles unifamiliares en extensos terrenos, empezaron a movilizarse en contra de una norma aprobada por la Legislatura en primera lectura que permitirá la construcción de edificios y, según ellos, arruinará así el estilo de vida de ese sector del barrio de Belgrano.
Se trata del rectángulo comprendido entre La Pampa, Figueroa Alcorta, Monroe y las vías del ferrocarril Mitre, hoy protegidas con la categoría U23 (urbanización determinada) por el Código de Planeamiento Urbano, que sólo autoriza la construcción de viviendas unifamiliares.
La ley en cuestión -que aún debe ser evaluada en audiencia pública, en la que los vecinos podrán expresar su opinión, y volver a ser sancionada por los diputados porteños- promueve una modificación de la zonificación que, entre otras cosas, modifica la U23 y habilita la instalación de torres.
El texto fue aprobado un par de semanas atrás, en medio del malestar existente entre moradores de distintos barrios de la ciudad por la desordenada propagación de edificios altos.
También ocurrió en momentos en que está vigente un decreto del jefe de gobierno, Jorge Telerman, que prohibió -a mediados de noviembre y por 90 días- la extensión de permisos de obra en seis barrios porteños: Villa Urquiza, Coghlan, Núñez, Palermo, Villa Pueyrredón y Caballito. Así respondió el Poder Ejecutivo a los reclamos de los vecinos en contra de las torres.
Sorprendió por eso saber que la iniciativa que permite la construcción de edificios de vivienda de hasta seis pisos en Belgrano Chico, en contra de la opinión de cientos de vecinos, había sido enviada a la Legislatura por la misma jefatura de gobierno.
"No es un caso como el de Caballito o el de Palermo; es un caso totalmente distinto, de vecinos que participaron en forma activa en un proceso de rezonificación, lo respaldaron y ahora están arrepentidos", respondió el ministro de Planeamiento y Obras Públicas de la ciudad, Juan Pablo Schiavi.
Y no cerró las puertas a una posible revisión del texto: "Los vecinos todavía tienen la instancia de la audiencia pública para reclamar. Y si cambiaron de opinión, serán escuchados, por supuesto".
En realidad, hay dos agrupaciones distintas de vecinos, según explicó a LA NACION Mabel García, vecina de la zona: "La de «Bajo Belgrano» es la que se opone al cambio de zonificación, y la de «Belgrano Chico» es la que tomó iniciativa con el proyecto que modifica el Código de Planeamiento". Según García, a las reuniones de los opositores al cambio ya acuden 150 personas, que lograron, además, juntar 600 firmas de vecinos sumados a la protesta.
Como Schiavi, el presidente de la Comisión de Planeamiento Urbano de la Legislatura, Alvaro González (aliado al macrismo), también transmitió calma. "Que se queden tranquilos los vecinos, que van a ser escuchados en la audiencia y analizaremos sus propuestas", dijo a LA NACION.
Por las dudas, algunos vecinos ya empezaron a mandar mails a los legisladores con su reclamo. Como Diego Decloux, que vive sobre Blanco Encalada al 1200 y que escribió: "No creo que sea necesario decirles que han sido elegidos por nosotros para defender nuestros intereses y no los suyos".






