Viagra sigue siendo un récord de ventas en la Argentina

Cuando se estima que más de dos millones de hombres en nuestro país sufren algún tipo de disfunción eréctil, aumenta el número de consultas, y muchos hombres han logrado revertir el proceso gracias a los tratamientos, especialmente el que se suministra por vía oral sobre la base de sildenafil, la droga conocida mundialmente como Viagra, aparecida hace casi dos años en el mercado argentino.

Entre las ventas de medicamentos disponibles para mejorar la función eréctil, el Sildefil (sildenafil original), de Pfizer, y el Lumix, de Bagó, multiplicaron sus ventas por seis desde su aparición en julio de 1998:hoy venden un millón de dólares mensuales. Esta droga participa con el 92 por ciento de las ventas entre las diferentes opciones terapéuticas.

Mensualmente, unos 30.000 hombres de los que concurren a la consulta médica son recetados con esta droga, y se venden 170.000 tabletas, el 71% más que en abril de 1999.

La disfunción eréctil (DE), o incapacidad para mantener una erección suficiente, es mucho más frecuente de lo que se cree. Un tercio de los 2 millones la padece en forma moderada o completa, y podrían ser más los casos, ya que el hombre es reacio a manifestarlo en la consulta médica. Un mito que subsiste entre los argentinos es que esta anomalía se origina en factores psicológicos. Sin embargo, entre las causas más frecuentes que pueden producir la DE se cuentan condiciones que impiden el flujo normal de sangre hacia el órgano sexual, como la presión arterial y el colesterol elevados, la diabetes y la ateroesclerosis.

Los accidentes que afecten la médula espinal, las cirugías de próstata, los antidepresivos y antihipertensivos, el consumo de alcohol, tabaco y de algunas drogas también dificultan el rendimiento sexual del hombre.

Edgardo Becher, presidente de la Sociedad Latinoamericana para el Estudio de la Impotencia, manifestó que si bien en nuestro país no hay estadísticas, en los Estados Unidos la cantidad de pacientes se duplicó en el primer año del medicamento.

"Los clínicos son los que más lo prescriben en nuestro país, el 80% de las recetas no es prescripto por urólogos, lo que no es tan conveniente, ya que no siempre pueden contener al paciente. Hay que acompañarlo en su tratamiento", manifestó Becher.

El urólogo del Hospital de Clínicas explicó que hay muchas opciones terapéuticas para el hombre con DE, pero que el sildenafil probó ser una droga eficaz. Entre quienes no deben tomarlo, Becher enumeró aquellos hombres cuya condición cardíaca no les permite tener relaciones sexuales, o que padecen angina de pecho, los que usan vasodilatadores coronarios con nitritos o nitratos y los que sufren una patología oftálmica llamada retinitis pigmentosa. Aclaró que, fuera de esos casos, se trata de una medicación muy segura.

Ni afrodisíaca ni recreacional

"Hay que aclararles que no es una droga recreacional ni afrodisíaca y que no mejora la performance de una relación normal", enfatizó.

El doctor Amado Bechara, especialista en disfunciones sexuales del servicio de urología del hospital Durand, dijo que el sildenafil es eficaz para entre el 70 y el 90 por ciento de los hombres que consultan por DE.

"Están más cerca del 90% de éxito aquellos cuya patología es de origen psicológico, y cerca del 70% cuando el origen es vascular. Es aún bajo el número de hombres que consultan:entre el 5 y el 15 por ciento de quienes sufren disfunciones sexuales", comentó.

En su servicio, las consultas se multiplican, ya que es centro de referencia de otras clínicas y de todo el país.

Los médicos ¿preguntan hoy más a sus pacientes acerca de su funcionamiento sexual? Bechara piensa que con la mayor información disponible y con esta medicación por vía oral es posible que una mayor cantidad de médicos clínicos se anime a preguntarles cómo es su performance sexual en la consulta.

"De todas maneras, persisten factores como el tabú cultural, tanto en el médico como en el paciente, mitos, prejuicios y desinformación", explicó.

Otros puntos que se anotan en contra del tratamiento de las DE -dice el urólogo- son el factor económico en el paciente, la falta de formación en los médicos (aunque agrega que ha mejorado en los últimos años) y las limitaciones en la duración de la consulta, que no permite ahondar en el tema.

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