Así es el Nokia Lumia 1020, el smartphone con cámara de 41 megapixeles
Estuvimos probando este smartphone, que ya se vende en el país; tiene un procesador de doble núcleo, pantalla de 4,5 pulgadas y usa Windows Phone 8
Hace unos días Nokia presentó en la Argentina su inusual smartphone Lumia 1020, con una cámara de 41 megapixeles. Estuve probando este equipo, que la compañía anunció a mediados de año y que en nuestro país ofrece Claro a $ 4899 con un plan de 250 pesos y Personal a 4499 pesos con un plan de 299 pesos (incluye un grip con montura para trípode, disparador de dos tiempos y batería extra). Movistar lo tendrá también, pero no informó el precio.
Resumen para impacientes
El Lumia 1020 tiene hoy la mejor cámara del mercado de telefonía móvil, aun mirando más allá de los megapixeles, pero salvo que quien evalúe comprarlo tenga pasión por la fotografía y el reencuadre, no tiene, como smartphone, algo que lo diferencie del resto, sea en la plataforma Windows Phone o sus competidores. Es muy buen smartphone, pero no mejor -ni peor- que otros; es, por esto, difícil justificar su compra para el fotógrafo casual, que encontrará, dentro de la plataforma Windows Phone o fuera de ella, alternativas de todo tipo y con cámaras razonablemente buenas. Para los que disfrutan con la fotografía es un equipo excepcional.
Primero, la cámara
La aproximación a "un teléfono de 41 megapixeles" suele generar dos reacciones. Una: ¡Faaaaaa, 41 megapixeles! ¡No sé muy bien para qué usarlos, pero es increíble! . La otra: ¿41? Por favor. ¡Una estafa! ¡Verso! ¡Es mucho más importante el tamaño de la óptica y del sensor, que el mito de los megapixeles!
La segunda, sobre todo, es una cantilena que dejó de ser estrictamente cierta hace tiempo. Sí, con 3 megapixeles alcanza para imprimir una foto de 13 x 18 cm sin problemas; una imagen Full HD es de apenas 2 megapixeles. Lo entendió HTC cuando presentó su smartphone One a principios de este año ( aquí, mi reseña del equipo ), con una cámara de 4 megapixeles en una época de teléfonos con sensores de 8 o más. Prefirió beneficiar el tamaño de los elementos (también llamados pixeles) que, en el sensor, registran la luz que pasa por el lente para ofrecer imágenes de mayor riqueza cromática y sensibilidad ante poca luz.
¿Por qué, entonces, Nokia hizo algo como el Lumia 1020, si tiene equipos de 8 megapixeles - como el esbelto Lumia 925 - que toman excelentes imágenes?
Porque todos los fabricantes de teléfonos tienen un problema cuando se trata de la cámara: no pueden ofrecer lentes de gran diámetro ni un zoom óptico, dos elementos que le agregan peso, fragilidad y costo a un teléfono. HTC hizo con su One una suerte de cámara de foco fijo: como se toma la imagen, queda, porque hay poco margen para la edición posterior si se quiere mantener una resolución decente. Samsung, que tiene la espalda para probar cualquier cosa, hizo lo opuesto con el Galaxy S4 Zoom, que tiene zoom óptico y es una cámara de bolsillo con teléfono (con todo lo negativo que implica en términos de portabilidad y comodidad). Nokia buscó hacer un teléfono-cámara: mantener una silueta más o menos esbelta y meter la mejor cámara posible.
Esto, además, sigue el adagio de que la mejor cámara es la que se tiene cuando se la necesita. Sí, una cámara de bolsillo convencional (o una profesional, semi pro, etcétera) toma, en general, mejores imágenes que el Lumia 1020 (aunque a veces sea difícil diferenciarlas, sobre todo en un equipo de bolsillo). Pero uno no suele llevar un equipo así encima todo el día.
¿Pero por qué 41 megapixeles? Porque en una cámara normal la imposibilidad de tener un zoom óptico obliga, si se quiere reencuadrar, a un zoom digital, un truco informático que intercala pixeles inventados entre los originales para agrandar una imagen. Tener 34 o 38 megapixeles en una imagen evita esto.
Para aquellos que sacan una foto con el celular y rara vez la modifican, la cámara del HTC One es óptima: 4 megapixeles equivalen a un tamaño de imagen que se ve bien en cualquier monitor, no pesa mucho, etcétera. En este caso el Lumia 1020 es un despropósito.
La ventaja de los 41 megapixeles pasa por dos lados: una, que en un reencuadre, el detalle de la foto sigue dando como resultado una imagen de alta resolución. Por supuesto, esto es posible también con una foto de 8 o 13 MP, y si se fuerza al máximo el zoom el detalle, como en cualquier cámara digital, la del Lumia 1020 tendrá algo de ruido; aquí, no obstante, hay más paño para cortar. Dos, que cuando genera una imagen de tamaño normal (5 megapixeles) el teléfono usa todos esos pixeles para tomar más muestras de las normales (7 pixeles por cada uno resultante de una imagen de 5 megapixeles); este sobremuestreo redunda en una mayor fidelidad a los colores originales, más sensibilidad con poca luz, etc.
Sí, pero ¿es buena la cámara?
La cámara es excelente, independientemente de la resolución de las imágenes (sea la estándar de 5 megapixeles o la de 34/38 megapixeles); no sólo por la resolución del sensor; también influye su tamaño (1/1,5", cuando el resto de los smartphones en general está en 1/2,3" o más), el lente usado (con una apertura f/2.2; sus competidores suelen tener f/2,4 o más) y demás; en este texto abundé un poco más en ese tema.
En
El equipo tiene dos modos: de captura de imágenes de 5 megapixeles, normales, o la toma simultánea de dos fotos: una de resolución "normal" para uso diario y otra de alta resolución, de 34 o 38 megapixeles, de unos 10 a 12 MB por foto. Esa imagen es la que luego se puede reecuadrar y modificar a gusto, tanto en el teléfono como en una computadora. Incluso es posible hacer zoom antes de tomar la imagen, hacer la captura y después hacer un reencuadre para atrás, si se me permite el término, incluyendo cosas que antes habían quedado fuera de cuadro.
Esto significa, sin embargo, que al teléfono le toma un par de segundos procesar la imagen; hasta entonces no se podrá hacer más que esperar. Todo el paso previo es muy ágil, no obstante, y la aplicación para controlar la cámara es excelente: permite modificar en forma muy sencilla el balance de blancos, la exposición, el ISO, etcétera, y ver los cambios en tiempo real. Nokia la hará disponible para otros modelos con Windows Phone 8. Como otros equipos de Samsung, HTC o LG, permite activar un modo que toma una ráfaga de varias imágenes para superponerlas, para elegir la mejor, para borrar una parte, etcétera, aunque la de los finlandeses ofrece mayor control sobre el resultado.
El Lumia 1020 saca excelentes fotos con poca luz (y tiene un flash Xenon, como una cámara común, para cuando esto no alcanza), tiene estabilización óptica de imágenes que da muy buenos resultados en los videos, lo mismo que sus tres micrófonos de alto rango dinámico, de muy buena fidelidad en ambientes de mucho ruido (recitales, etcétera). Además del flash Xenón tiene un LED para dar luz de relleno cuando graba video en Full HD a 30 cuadros por segundo. Por supuesto, y como sucede con las cámaras profesionales o semiprofesionales, se luce en situaciones visualmente complejas; en situaciones ideales no ofrece algo mucho mejor que un equipo de 8 megapixeles de buena calidad.
Momento: ¿no era esto un teléfono?
La cámara es el elemento distintivo del Nokia Lumia 1020. Una vez que se deja de mirar eso, el resto es muy bueno, pero no más que otros. De hecho, me resulta más atractivo el Lumia 925, que tiene la misma pantalla y procesador, una cámara más que decente, y es más liviano, más delgado y más barato; y por ese precio se pueden encontrar smartphones con Android de excelente rendimiento y buenas cámaras.
El equipo usa Windows Phone 8 y tiene una pantalla de 4,5 pulgadas (1280 x 768 pixeles, excelente visibilidad al aire libre, colores sólidos) protegida por Gorilla Glass 3, 2 GB de RAM, un chip Qualcomm Snapdragon S4 de doble núcleo a 1,5 GHz, 32 GB de almacenamiento interno (29 GB disponibles para el usuario, no expandibles), 3G, Wi-Fi, GPS, Bluetooth, NFC y radio FM, además de una batería de 2000 mAh, que permite completar una jornada medianamente activa sin problemas (es un teléfono para salir sin estar pendiente del cargador). No tiene salida HDMI.
Pesa 158 gramos y en su aspecto es similar a los Lumia anteriores, con un cuerpo hecho en plástico amarillo, blanco o negro, y con el bloque de la cámara sobresaliendo de su espalda. Aunque es un teléfono grande, va cómodo en la mano, gracias a sus bordes redondeados y a la textura del plástico.
La calidad de las llamadas y la conectividad en general es adecuada.
Es más pesado que la media y no es para quienes buscan el teléfono más delgado del mercado, pero es el precio a pagar por tener esa cámara; de nuevo, no creo que valga esa inversión para quienes no consideran clave la cámara en un celular o no son de editar luego las fotos.
Windows Phone 8 funciona muy bien; es muy fluido, estable y sencillo de usar; en la versión que ofrece Nokia, incluye los mapas guiados por voz que no necesitan conexión a Internet, la pantalla que se desbloquea con un doble toque y más.
La tienda de Windows Phone tiene hoy 200.000 aplicaciones, incluyendo Instagram y Vine; no encontré, en general, aplicaciones o servicios más o menos populares que no estuvieran disponibles, aunque no es menos cierto que tanto Android como iOS tienen una oferta mayor, sobre todo en juegos (aunque títulos como Dungeon Hunter 4 parecen mostrar que la brecha entre unos y otros se reduce).
Los problemas básicos de Windows Phone siguen estando, aunque mejoran: la multitarea es algo limitada, aunque el clásico cartel de "reanudando" que veía el usuario mientras esperaba que una aplicación reaccionara está casi desaparecido; y la interfaz de usuario, aunque sencilla y clara, puede resultar algo rígida (Android es el más maleable en este punto) aunque muy funcional. Los que vivan en Chrome o Firefox extrañarán la sincronización del historial o las contraseñas. Nada de esto es grave, sin embargo, y Windows Phone es hoy una alternativa de buen nivel frente a Android/iOS.
Conclusión: ¿vale la pena comprar este equipo?
El Nokia Lumia 1020 es un excelente smartphone en todos sus aspectos. Pero no es para cualquiera. O en todo caso: no cualquiera lo aprovechará. Para quién es este teléfono: para los que disfrutan con la fotografía, con jugar con ella, con los reencuadres, con las imágenes de óptima riqueza visual, con controlar el tiempo de exposición, las ISO y el balance de blancos. A quién no le aporta mucho este equipo: a los que buscan un smartphone de alta gama y quieren tener una buena cámara, que capture buenas fotos y grabe bien los videos, pero no son de retocar las fotos una vez guardadas; tienen la cámara para algo más testimonial que artístico. Para ellos hay múltiples opciones con cámaras excelentes, tanto en la plataforma Windows Phone (con el Lumia 925 a la cabeza) como en el iPhone o en la vasta oferta de equipos con Android.