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Cómo hace Google para desenterrar libros poco conocidos
El buscador más utilizado de Internet explora las nuevas posibilidades que le brinda digitalizar obras impresas; luego de algunos litigios por infracción de copyright la firma pule su estrategia
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Por Motoko Rich
The New York Times
Ben Zimmer, productor ejecutivo de un sitio web y de un paquete de software llamado Visual Thesaurus , estaba realizando una búsqueda de los primeros usos de la frase "no eres mi jefe". Utilizando la base de datos de un diario, había encontrado una referencia del año 1953.
Pero mientras usaba el motor de búsqueda de libros de Google recientemente, halló la frase en una historia en "The Church" ("La Iglesia"), un periódico publicado en 1883, el cual había sido escaneado en la Biblioteca Bodleiana, en Oxford.
Desde que Google comenzó a escanear libros impresos, hace cuatro años, académicos y otras personas interesadas en el tema han podido utilizar un tesoro de información que había estado guardado en las polvorientas estanterías de bibliotecas y anticuarios.
Según Dan Clancy, el director de ingeniería del motor de búsqueda de libros de Google, todos los meses los usuarios ven, al menos, 10 páginas de más de la mitad del millón de libros sin derecho de autor que Google ha escaneado en sus servidores.
El motor de búsqueda de libros de Google "le permite buscar cosas que serían muy complicadas de encontrar de otra manera", dijo Zimmer, cuyo sitio es visualthesaurus.com .
Un acuerdo, que tuvo lugar en el mes de octubre, con autores y editores que habían entablado dos juicios por derechos de autor contra Google hará posible que los usuarios lean una colección de libros mucho más grande, incluyendo muchos que todavía se encuentran bajo protección de derechos de autor.
Asimismo, el acuerdo, que un juez debe aprobar este año, allanó el camino para que ambas partes obtengan ganancias de las versiones digitales de los libros. Se desconoce exactamente qué clase de oportunidad comercial representa el acuerdo, pero pocos esperan que genere ganancias significativas para los autores. Incluso Google no espera que el programa de libros necesariamente contribuya de manera significativa con su principal objetivo.
"Nosotros no necesariamente pensamos que podríamos ganar dinero", dijo Sergey Brin , uno de los fundadores de Google y también su presidente del área de tecnología, en una breve entrevista llevada a cabo en las oficinas centrales de la compañía. "Simplemente sentimos que esto es parte de nuestra misión principal. Hay información fantástica en los libros. Con frecuencia, cuando hago una búsqueda, lo que hay en un libro está mucho más adelantado de lo que encuentro en un sitio web".
Las ganancias se generarán a través de las ventas de publicidad en páginas donde aparecen las vistas preliminares de los libros escaneados, por medio de suscripciones de bibliotecas y demás interesados a una base de datos de todos los libros escaneados en la colección de Google y a través de ventas a consumidores de acceso digital a libros que poseen derechos de autor. Google se quedará con el 37 por ciento de estas ganancias y dará el 63 por ciento a editores y autores.
Quizás el acuerdo reviva, en forma digital, los libros con derecho de autor que ya no se imprimen y permita a los autores ganar dinero gracias a los títulos que han estado fuera del circuito comercial durante años. De los siete millones de libros que Google ha escaneado hasta el momento, aproximadamente cinco millones están incluidos dentro de esta categoría.
Aun cuando Google hubiera ido a juicio y ganado los pleitos, dijo Alexander Macgillivray, asesor general asociado para productos y propiedad intelectual de la compañía, hubiera ganado el derecho a mostrar solamente vistas preliminares de los contenidos de estos libros. "Lo que la gente quiere hacer es leer el libro", señaló Macgillivray.
Los usuarios ya están sacando ventaja de libros que no se imprimen y que ha sido escaneados y se encuentran disponibles para bajarlos de manera gratuita. Recientemente, Clancy se encontraba monitoreando búsquedas cuando una le llamó la atención: "moldes de fuentes de concreto". La búsqueda se convirtió en la versión digital de un desconocido libro de 1910 y el usuario había pasado cuatro horas examinando 350 de sus páginas.
Para los académicos y otras personas que buscan temas que no hallan en Wikipedia , el acuerdo proporcionará acceso a millones de libros solamente haciendo clic con el mouse. "Una mayor cantidad de estudiantes de pequeñas ciudades de Estados Unidos van a tener mucho más material al alcance de su mano", afirmó Michael A. Keller , el bibliotecario de la Universidad de Stanford . "Eso es realmente importante."
Cuando el acuerdo se anunció en el mes de octubre, todas las partes lo consideraron como un acuerdo histórico que permitió a Google continuar con su proyecto de escaneo y que a la vez protege los derechos e intereses financieros de autores y editores. Ambas partes acordaron no respaldar la actividad si el escaneo de libros violaba los derechos de autor de los autores y editores.
Desde entonces, todas las partes involucradas (al igual que quienes, como los bibliotecarios, se verán afectados), han tenido la oportunidad de examinar el documento del acuerdo, de 303 páginas, y tratar de discernir sus posibles efectos.
Bibliotecarios expresaron en privado sus temores de que Google podría cobrar mucho por las suscripciones a la base de datos de libros a medida que ésta crezca. A pesar de que grupos sin fines de lucro como la Alianza para Contenidos Abiertos (Open Content Alliance, en idioma inglés) están creando sus propias colecciones digitales, no hay en el negocio ningún competidor significativo del sector privado. En mayo, Microsoft finalizó su proyecto de escaneo de libros, dejando de este modo a Google con el monopolio corporativo de esta actividad.
David Drummond, el principal funcionario que se encarga de los aspectos legales de Google, dijo que la compañía deseaba incorporar la base de datos de libros a la mayor cantidad de bibliotecas posibles. "Si el precio se encarece demasiado", señaló, "simplemente no vamos a tener bibliotecas que puedan adquirirla".
Para los lectores que podrían desear comprar acceso digital a un libro escaneado determinado, expresó Clancy, probablemente Google podría vender al menos la mitad de los libros por $5,99, o menos. Los estudiantes y académicos de universidades que se suscriban a la base de datos podrán obtener los contenidos completos de todos los libros de manera gratuita.
Para los autores comunes, "esto no es publicidad" en sentido económico, dijo Richard Sarnoff, presidente de la Asociación de Editores de Estados Unidos y presidente del grupo de inversiones en medios digitales de Bertelsmann, la compañía matriz de Random House , el grupo editor de libros más grande del mundo.
"Se les pagará por el uso de sus libros pero que ganen tanto como para dejar de trabajar… creo que eso es simplemente una fantasía", señaló Sarnoff. "Pienso que habrá algunos pocos autores que sí ganen buen dinero con esto, pero habrá una gran cantidad de autores que ganen muy poco también."
"No obstante", agregó, "unos pocos cientos de dólares para un autor pueden equivaler a una considerable suma de un editor que posee derechos por 10.000 libros".
Hasta el momento, los editores que han permitido a Google ofrecer versiones digitales de sus nuevos libros impresos, las cuales se pueden buscar en la red, han recibido poco dinero. Macmillan , la compañía que es propietaria de editoriales tales como: Farrar, Straus & Giroux y St. Martin’s Press y que representa a autores como: Jonathan Franzen y Janet Evanovich, ofrece 11.000 títulos en Google. En 2007, Macmillan estimó que Google ayudó a vender aproximadamente 16.400 copias.
Los autores ven la posibilidad de que los lectores hallen sus libros que ya no se imprimen como una victoria cultural más que como una victoria financiera.
"Nuestra cultura no es sólo la novela más reciente de Stephen King o el nuevo libro de Harry Potter ", dijo James Gleick, un miembro del directorio del Authors Guild (Gremio de Autores). "También son 1.000 libros completamente desconocidos que llegan no al millón de personas que compró el libro de Harry Potter sino a 100 personas a las vez."
Algunos académicos están preocupados por que es más probable que los usuarios de Google busquen escasa información y no lean un libro con detenimiento. "Tengo que decir que considero que pedagógicamente y en términos del avance del conocimiento, estoy preocupada por que la gente será alentada a usar libros de esta manera muy fragmentaria", dijo Alice Prochaska, bibliotecaria de la Universidad de Yale .
Otros dijeron que pensaban que los lectores continuarían apreciando los textos largos y que la búsqueda de libros de Google simplemente ayudaría a los lectores a encontrarlos.
"No existe una manera abreviada de apreciar a Jane Austen, y espero estar en lo cierto", dijo Paul Courant, bibliotecario de la Universidad de Michigan. "Pero se leerá mucho en las pantallas. Una de las cosas importantes de este acuerdo es que trae de vuelta la literatura del siglo 20 en una forma en la cual los estudiantes del siglo 21 podrán hallarla."
La búsqueda de libros de Google ya ha ingresado a la cultura popular en la versión cinematográfica de "Twilight" ( Crepúsculo , como se conoció localmente), basada en la novela de Stephenie Meyer sobre una adolescente que se enamora de un vampiro. Bella, uno de los personajes principales, usa Google para hallar información sobre una tribu india estadounidense. Cuando la búsqueda la lleva a una obra determinada, ¿qué hace?
Va a una tienda de libros y lo compra.
© NYT Traducción de Ángela Borghetti
