Develan el contenido de una “carta doblada” de hace 300 años sin abrirla
Durante siglos se usó una técnica para doblar el papel llamada “letterlocking” que transforma al mismo papel en su sobre y evita que pueda leerse el contendio sin romper el lacre o el papel mismo
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La carta se escribió en 1697, pero nunca fue enviada. Ni abierta: conserva sus sellos lacrados intactos. Y es un ejemplo de una técnica que se usaba en la época conocida como letterlocking en inglés, que consiste en doblar el papel de tal manera que se transforma en su propio sobre.
El uso de pequeños tajos en el papel y de una técnica de doblez determinada eran también una forma de asegurar que los contenidos no habían sido leídos (el papel se rompe si no se abre de determinada manera) y de dar una prueba de su origen: más allá de la letra manuscrita, cada persona que usaba esta técnica tenía su manera reconocible de doblar el papel.
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Ahora, un grupo de investigadores de Países Bajos, Inglaterra y Estados Unidos publicó en Nature un estudio en el que da cuenta de cómo hizo para leer el texto de la carta sin alterar el sobre; también creó un sitio donde se enseña a aplicar esta técnica para enviar cartas con papel doblado.
Los investigadores apelaron a una técnica llamada microtomografía de rayos, X, que permite no sólo leer la tinta sobre el papel como si estuviera desplegado, sino entender cómo se hicieron los dobleces para transformarlo en un sobre que mantuviera segura la información.
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Con toda esa información volumétrica fue posible crear un modelo 3D del papel doblado, entender qué parte del texto detectado por los rayos X iba dónde, y recuperar el texto de la carta sin dañarla.
Qué dice la carta de 1697
En la carta doblada, Jacques Sennacques le escribió, el 31 de julio de 1697, a su primo Pierre Le Pers, un mercader en La Haya (Países Bajos), pidiéndole un certificado de defunción de su pariente Daniel Le Pers.
Hasta ahora sólo se conocía el remitente y el destinatario de la carta (que nunca fue entregada), pero no el contenido; esta técnica permite acceder a su texto completo (más allá de los daños sobre la tinta y el papel que impuso el paso del tiempo) sin modificar la carta-sobre.
Más allá de lo banal de este caso, los investigadores hacen notar que esta técnica permite acceder a los textos sin dañar la pieza histórica en sí, algo clave si se tiene en cuenta que, por ejemplo, los Prize Papers tienen 160.000 cartas capturadas por la armada británica a barcos enemigos entre los siglos XVII y XIX, y que cientos de ellas todavía no fueron abiertas.
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