Primer encuentro con el Samsung Galaxy S5
Una recorrida en video por las características más destacadas del smartphone de la compañía surcoreana, presentado en el Congreso Mundial de Móviles
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BARCELONA.- El lunes el mayor fabricante de celulares del mundo presentó su teléfono insignia, el Samsung Galaxy S5 ; después de la presentación oficial tuvimos una oportunidad (breve) para probar el equipo.
El Galaxy S5 es hijo directo del S4 y del S3, y se nota; tiene el mismo aspecto general. Es el más grande de los tres: la pantalla de 5,1 pulgadas (Super AMOLED, con excelente visibilidad) y el cerramiento para que sea resistente al agua y al polvo obligaron a la compañía a hacer un equipo apenas más voluminoso: 142 x 72,5 x 8,1 mm contra los 136,6 x 69,8 x 7,9 mm del Galaxy S4. Pero se siente muy bien en la mano. La pantalla, cortesía de una tecnología llamada Assertive Display que debutó con la tableta Nokia 1520, muestra colores vívidos y buen contraste sin importar la iluminación.
El resto del diseño es típicamente Samsung: plástico, borde símil metal (con un look vintage, como de auto antiguo) y un tramado en la tapa de la batería que es más atractivo en persona que en video, aunque no será, lógicamente, del gusto de todos.
Van aquí algunas cosas que el video no muestra: la cámara es notablemente rápida en el autofoco, como dijeron en la presentación, pero también en el disparo y en la vuelta a estar disponible para una nueva foto. El menú de la cámara de 16 megapixeles no cambió demasiado, aunque suma las herramientas para grabar en 4K (que se veía bien, pero era imposible de analizar sin una pantalla de esa resolución) y es posible tomar fotografías con el modo HDR en tiempo real, es decir, sin esperar a que tome imágenes sobreexpuestas y subexpuestas y las combine para evitar zonas oscuras o quemadas.
Sí cambió la estética de todo el sistema operativo, con iconos más planos y coloridos, pero el resto de la interacción con el smartphone es similar, salvo que desaparece el botón de menú (al lado del botón de Inicio), reemplazado por un botón que muestra las aplicaciones activas.
El botón de Inicio es un lector biométrico, de uso opcional; hay que deslizar la yema del dedo sobre él para desbloquear el equipo, activar aplicaciones o los pagos digitales. Configurarlo fue sencillo; lograr que funcionara siempre no tanto, aunque es probable que sea cuestión de costumbre.
Todas las aplicaciones funcionan muy rápido, gracias a Android 4.4.2 y al chip Qualcomm Snapdragon 801, de cuatro núcleos a 2,5 GHz y gráficos Adreno 330. Pero cómo, ¿no hay versión con chip Exynos, para países sin LTE como la Argentina, como sucedió con el Galaxy SIII y el Galaxy S4? Por ahora, no. Un Exynos de 8 núcleos a 2,1 GHz apareció brevemente mencionado en una infografía en el sitio de Samsung, pero desapareció; todos los ejecutivos con los que hablé no conocen más que la versión con el chip de Qualcomm (que igual da soporte a las frecuencias de 3G que usa la Argentina).
El Galaxy S5 no tiene radio FM, usa nanoSIM y tiene una salida MHL 2, es decir, combina un conector HDMI con un microUSB en una misma ficha; la diferencia con el S4 es que el microUSB es 3.0, lo que permitirá una transferencia de archivos más veloz -clave para videos en 4K- y una carga más rápida de la batería de 2800 mAh.
El modo de ultra bajo consumo suena muy bien (apaga los datos y pone la pantalla en blanco y negro; da 24 horas de espera con el 10 por ciento de la batería); tarda varios segundos en activarse; habrá que ver con el tiempo si cumple lo prometido o no. Lo logra gracias al uso del color negro en pantalla, que casi no consume energía.

El monitor de ritmo cardíaco funciona muy rápido (hay que tocar con la yema del dedo el sensor debajo de la cámara) pero es necesario estar quieto y no hablar; será necesario una medición de control para ver qué tan fiel es.
¿Vale la pena el cambio desde un Galaxy S4?
A la pregunta clásica de ¿vale la pena actualizar? la respuesta, más que nunca, es "depende de qué equipo tengas".
¿Es -en un primer vistazo- mejor que el S4? Seguro. ¿Mucho mejor? No, pero esto ya había sucedido con el salto del SIII al S4, o del iPhone 5 al 5S, o del Sony Xperia Z1 al Z2, y está bien; son cambios progresivos, representan una evolución, no una revolución, pero es lógico; no todo el mundo tiene la necesidad de cambiar un equipo que tiene menos de un año de edad. Para los que tengan un equipo de más de un año es una muy buena opción; para los que vengan de la generación anterior no será tan notable el cambio.
Habrá que esperar a ver a qué precio sale a la venta (el 11 de abril en el mundo, en junio/julio en la Argentina) y usarlo un tiempo más para hacer una evaluación más precisa.
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