CATARATAS DEL IGUAZÚ.- Esta fue la noche en que la leyenda guaraní le hizo un guiño a la historia de amor entre Santiago Gómez y Natali Irigoyen.
Según la leyenda, hace muchos años, en el río Iguazú, vivía una enorme serpiente llamada Boi. Cada año, la comunidad debía sacrificar a la mujer más linda de la tribu y arrojarla al río como un tributo a la serpiente. Hubo un año en que la elegida fue Naipi. Para evitar que esto suceda, Tarobá, un joven de la tribu que estaba enamorado de ella, decidió rescatarla y huyeron juntos en una canoa en medio una noche de luna llena.
Boi se enfureció tanto que se dividió la tierra y así se formaron las cataratas. Transformó a Naipi en la piedra de la Garganta del Diablo como un castigo eterno por desobedecer. El agua que cae en la garganta es su cabellera. A Tarobá, por su parte, lo transformó en los árboles que están en la parte superior, del otro lado del río, para que nunca más estén juntos. De ahí viene el nombre "Garganta del Diablo" o "Garganta del Mal": "garganta" por su forma y "diablo" por la furia de la serpiente.
La guía del parque cuenta la leyenda y con eso da inicio a la excursión de luna llena en las Cataratas . "Dicen que la pareja se une cuando se ve el arcoíris. Es como una escalera que se forma entre ellos porque el amor es lo más importante y sin amor no somos nada. Por eso, esta noche, aprovechen los que quieran para comprometerse", lanza.
La propuesta genera risas y miradas cómplices. Se escuchan voces por lo bajo y conversaciones paralelas: "¿Cómo me vuelvo?", dice un hombre; "qué gracioso sería que se les caiga el anillo", bromea otro. En medio de todos ellos está Santiago, que tiembla por dentro pero intenta disimular su ansiedad en silencio. Tomó esa decisión hace meses, cuando sacaron los pasajes para venir a la Argentina desde Ecuador, su país: esta noche le va a pedir matrimonio a su novia, Natali.
Desde la organización del paseo advierten que está nublado y que ese no es el clima ideal para este paseo, pero lo dejan a elección de cada uno. Natali duda. Santiago insiste en hacerlo. Hace cinco meses que esconde el anillo.
La guía continúa la presentación: "Tenemos todo organizado. La filarmónica está ubicada en su lugar. El coro de sapos, ranas, grillos, lechuzas y de algunas cigarras a las que les tocó el turno noche y se olvidaron que tienen que dormir…". Con esta música de fondo, los turistas se dirigen al tren que los acercará a la Garganta del Diablo. De todas las personas que visitan las Cataratas diariamente, solo 120 pueden hacer este paseo en cada uno de los tres turnos en los que se realiza, cinco noches al mes.
Ya en la Garganta del Diablo, Santiago intenta sacar fotos pero se ven muy oscuras. Entonces, se acerca a un hombre que saca fotos profesionales y decide aliarse con él. En ese momento, saca el anillo de la mochila.
El paquete incluye tres fotos suyas y el resto, de archivo. Mientras esperan su turno, Natali sugiere algunas poses. Por dentro, Santiago ríe. Sabe que todo va a cambiar cuando se arrodille para pedirle compromiso.
Primera foto: con una mano, la abraza y con la otra, sostiene fuerte el anillo. Segunda foto: se arrodilla. Natali no entiende qué sucede y repite "no" al ver que su novio no se había acatado al plan. Santiago queda desconcertado pero muestra el anillo. Ahí Natali comprende lo que está pasando y se acerca a darle un beso. Se toma la tercera foto. "Nos están viendo todos, qué vergüenza", cuenta que pensó entonces. Decide mirar solo a Santiago y concentrarse en él para no ponerse tan nerviosa.
El fotógrafo se conmueve y decide regalarles más fotos. Ellos sonríen. Ahora las sensaciones se invierten. Él la abraza, más relajado. Ella siente cómo su cuerpo tiembla dominado por la emoción. En el fondo: las Cataratas, iluminadas por la luna que, al día siguiente, le hace un guiño a la leyenda y le regala un arcoíris a Naipi y Tarobá.
El momento del compromiso, en fotos
Para más información sobre el paseo, ingresar a