Diez años de viaje en bicicleta para concientizar sobre el medio ambiente
Salieron de Buenos Aires en bicicleta rumbo a Alaska, y después de pedalear más de diez años, llegaron a… Córdoba.
En diciembre de 2009, Cecilia Graña y Alejandro Aubain partieron desde Buenos Aires en bicicleta con la idea de pedalear hasta Alaska. Bautizaron a su proyecto Mundo en bicicleta, pero lo curioso es que después de 10 años de viaje ininterrumpido, por estos días se encuentran en La Cumbre, Córdoba, luego de recorrer otras siete provincias argentinas: Buenos Aires, Catamarca, Santiago del Estero, Tucumán, Jujuy, Salta y Chaco.
"Nuestro plan original era realizar el trayecto Argentina-Alaska de forma regular, es decir empleando 2 o 3 años para concretarlo, y la verdad es que nuestra labor eco-educativa y el querer conocerlo todo se apoderaron del viaje, que se transformó en algo fantástico", señala Alejandro, que desde su bautismo en la India, en 1991, adoptó el nombre de swami Dhyan Anala.
En cualquier caso, Mundo en bicicleta es sobre todo una cruzada en bicicleta a favor del medio ambiente, para la cual se valen de dos herramientas fundamentales: el proyecto educativo Arboles por Siempre –un registro fotográfico detallado de árboles que encuentran a su paso (arbolesporsiempre.com) y diferentes charlas y talleres de educación ambiental que brindan gratuitamente en instituciones educativas.
"La filosofía del viaje está marcada por nuestra labor eco-educativa y por querer prolongarlo tanto como sea posible", explica Cecilia.
Más de 25.000 kilómetros
Otra curiosidad: desde su partida, en 2009, llevan recorridos entre 25 mil y 26 mil kilómetros, es decir la distancia existente entre Buenos Aires y Alaska, ida y vuelta.
"A veces nos preguntan si andamos en círculo o si recorremos los mismos caminos para juntar kilómetros. La verdad es que nunca volvimos sobre nuestros pasos excepto para dar la vuelta en aquellos caminos donde ya no se puede seguir, como nos sucedió en las Cumbres Calchaquíes y en otros caminos del Impenetrable Chaqueño y la selva de yungas", señala Anala.
Naturista autodidacta, sus conocimientos en jardinería y botánica se remontan también a Japón, donde vivió cinco años, convivió con maestros y monjes, profundizó en la espiritualidad y la meditación zen y desarrolló su conocimiento en el arte de la jardinería zen. Su especialidad es la dendrología, es decir, el reconocimiento a través de la morfología de las diferentes especies de árboles que habitan en este planeta. De regreso al país, hoy continúa brindando apoyo psicológico y espiritual, labor que el realiza desde 1991 y que él denomina jardinería del alma.
Cecilia es diseñadora gráfica, se dedica al desarrollo de sitios web de comercio electrónico, sitios en Internet, promoción y publicidad, productos y servicios en redes. Y después de muchos años trabajando junto a Anala, también se especializó en dendrología.
Cecilia y Anala se conocieron en 2000 en la casa de un amigo común, en Buenos Aires. En ese momento Anala recién llegaba a la Argentina luego de su estadía en Japón. Viajar ha sido una constante en sus vidas, al igual que sus diversos proyectos y actividades donde se proponen contagiar su entusiasmo por el cuidado del medio ambiente.
Con lo imprescindible a cuestas
Claro, viajar de esta manera sólo les permite llevar con ellos lo que pueden cargar en sus bicis, y esto de tener pocas cosas pero fundamentales también forma parte de una visión compartida. Su equipo de viaje se compone esencialmente de todo aquello que les permite vivir el día a día, es decir, cocina, dormitorio, botiquín y varios atuendos como deportistas, viajeros, maestros y profesores, según la ocasión, un compendio de elementos que incluye desde broches para la ropa hasta zapatos de oficina.
"Este viaje de bajo impacto ambiental nos permite ambas cosas, es decir, viajar y sembrar la semilla de la eco-cultura. La vida en bicicleta te obliga a vivir con pocas cosas pero imprescindibles. En nuestra mentalidad, tener lo necesario para vivir con dignidad es hermoso mientras que tener cosas en exceso muestra vulgaridad y muchas veces avaricia. La avaricia es fuente principal de muchas calamidades a nivel mundial, incluso del fenómeno que vivimos hoy en todo el mundo", reflexiona Anala. La preparación del viaje demoró poco más de dos años. Las dos bicis eran usadas y parte del equipamiento también era de segunda mano, otra forma de cuidar el medio ambiente.
El viaje también cumplió otro importante objetivo que se habían planteado: abandonar la ciudad como una forma de dejar de colaborar un poco con el impacto que toda urbe tiene sobre el ambiente y sobre las personas. Dejar la gran ciudad fue otro de los disparadores del viaje.
"Podría enumerar varias razones más que fueron inspiración para que se produjera en nosotros la elección de esta forma de vida, pero todas tienen las mismas connotaciones relacionadas con ganas de viajar, de cuidar el planeta donde vivimos y de generar acciones que permitan alternativas para vivir en una humanidad menos egoísta", explica Anala desde La Cumbre, donde por estos días se encuentran trabajando en la producción y edición de nuevos capítulos de Mundo en Bicicleta, un website donde llevan registro de su itinerario a través de imágenes, relatos y videos, y la realización de dos libros en preparación referentes al viaje. En cualquier caso, conseguir sponsors para sus proyectos es una de las mayores dificultades que deben sortear.
Con pocos recursos
"La parte económica siempre es lo que más nos cuesta. Nosotros siempre estamos involucrados en actividades que no generan ganancias económicas. Esto es algo que debemos cambiar, sobre todo en el mundo de hoy", explica Cecilia.
"El viaje fue pensado para ser solventado con nuestros propios ahorros y con la ayuda de la solidaridad de la gente que sigue nuestra labor. La verdad que los ahorros se agotaron y la gente que colaboró y colabora con este proyecto, se cuentan con los dedos de las manos", apunta Anala.
Llegar con su labor eco-educativa a una escuela significa llevar el alimento y todo aquello que vayan a usar durante esos días. A veces, además de brindar eco-educación en forma gratuita colaboran en el mantenimiento, la reparación de paneles solares y computadoras; electricidad, instalación de programas, calibración de Internet o tv por cable. Cuentan que a lo largo de su itinerario recibieron mucha ayuda de Bomberos Voluntarios, diferentes municipios o instituciones como la policía y gendarmería que suelen brindarles un lugar para dormir y guardar el equipamiento en lugar seguro cuando se ven obligados a encarar un cerro a pie para llegar a escuelas y ambientes naturales más alejados.
Más de 10 años de viaje son imposibles de resumir en unas líneas, sin embargo, a la hora de mencionar algunas vivencias que los marcaron, pasan lista a un abanico de experiencias, como un tornado que los cruzó apenas unos días después salir de Buenos Aires cuando cruzaban el límite interprovincial en el km 472 de la R 7 (el relato completo puede leerse en el capítulo número 7 de Mundo en Bicicleta); un sicario que les perdonó la vida en Tapso, un paraje en el límite exacto entre las provincias de Santiago del Estero y Catamarca o una hembra preñada de yaguareté que se encontraron cara a cara cuando permanecían extraviados en plena selva salteña.
"Estuvimos unos días desorientados, estábamos muy deshidratados y buscábamos agua, y allí la encontramos. Fue la primera vez que se registró un área de paridera de esta especie (todavía se estudia el caso). Solo unas pocas personas conocen el hecho, entre ellos el intendente del Parque Nacional Baritú que además de conocer el lugar es un gran amigo. Siempre le pido a Dios que nos de salud para seguir adelante con este sueño, con este maravilloso sueño del cual nunca quisiéramos despertar", sigue Anala.
Respecto de la continuidad del viaje, aclaran que el proyecto (ecológico, turístico y espiritual) se divide en tres etapas de diez años de duración cada una, con dos años intermedios para realizar las gestiones necesarias antes de emprender la siguiente. La primera (que acaban de completar) es un viaje de diez años bajo la modalidad ciclo-turismo de expedición. La segunda, que están preparando ahora bajo la modalidad ciclo-turismo híbrido (en bicicleta, pero usando algunos otros vehículos a lo largo del trayecto) y un tercer período de diez años dedicado a compartir su experiencia con auditorios en todo el mundo.
"Recién terminamos los primeros diez años y estamos en medio de los preparativos para los próximos diez años de viaje bajo la modalidad híbrida. Esta etapa se iniciará en Europa y se extenderá por India, Rusia y Mongolia. Acá harán falta varios patrocinadores. Nos gustaría primero iniciar un pedaleo a través de Sudamérica con una consigna educativa. Todo esto está en marcha. La próxima etapa se inicia entre diciembre y enero próximos. Todo depende de lo que pase en el mundo. Como decimos siempre este viaje recién empieza. Para cuando termine, Anala tendrá 78 años y yo unos 69, creo que para ese entonces ya podríamos sentarnos a mirar la tv un poco más relajados", bromea Cecilia.
"¿Qué descubrimos en todos estos años? Que el planeta tierra es enorme y conocerlo puede llevar varias vidas; que la vida es un fenómeno maravilloso y único, la tierra es el paraíso donde evoluciona; que el amor al prójimo sigue siendo el mayor desafío de la evolución humana", apunta Anala.
Para aquellos que quieran interiorizarse más en su viaje, pueden seguirlo en su sitio Mundo en Bicicleta al igual que en las redes sociales. Además, a principio de este año han creado un Instagram para el proyecto Arboles por Siempre donde han comenzado a presentar parte del trabajo que vienen realizando con los árboles autóctonos de Argentina.
-¿Qué les dirían a aquellos que tengan ganas de emprender un viaje en bicicleta?
-Que tan pronto como puedan lo hagan. La tierra es un lugar maravilloso y recorrerla es apasionante. No importa si haces un viajecito de fin de semana o uno de 20 años. Viajar siempre es viajar, no importa la distancia y la duración. También les diríamos a los amigos que quieran viajar que apuren los preparativos (equilibradamente), pues la tierra, debido a la presencia humana y su accionar se vuelve un lugar cada vez más conflictivo para realizar este tipo de travesías. Para aquellos que quieran viajar en bici o a pie estamos aquí para ayudar, no duden en consultarnos..
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