Cumbres del Martial
Corría 1983 cuando María Salduna dejó San Isidropara convertirse en maestra del primer colegio privado de Ushuaia. Si bien le encantó el destino, había algo que realmente extrañaba de sus pagos: la ceremonia del té. Más allá de las confiterías y bares, ella buscaba un espacio en el que el ritual de la tarde se celebrara como en casa de su abuela. Entonces se decidió a crear La Cabaña. En una clásica construcción con techos de chapa, montó una casa de té a su medida, que abrió en 2005.
Ubicada al pie del glaciar Martial, la propuesta era alejarse de la ciudad para probar deliciosas tortas ?como la Chocolatón, que María prepara con la receta de su abuela? y admirar el paisaje de la bahía. Decorada con estilo country americano, cuenta con cómodos sillones, una salamandra y un gift shop temático, donde puede conseguirse el libro de recetas de La Cabaña y algunas aportadas por los clientes que hoy forman parte de la carta. Todos los días, de 8 a 20, ofrece tres servicios de té diferentes: el Inglés ?que se sirve con auténtica vajilla de ese origen y cubiertos de plata?, el Royal ?estilo francés? y el Patagónico, con su propia línea de chocolates y bombones. Después de las 20 se convierte en un petit restó en el que se destacan la fondue de queso y la sopa de cebollas.
Si quiere quedarse a dormir hay seis coquetas habitaciones superiores y cuatro inmensas cabañas.
Luis F. Martial Km 5 I T: (02901) 42-4779 / 43-4699 I info@cumbresdelmartial.com.ar I
www.cumbresdelmartial.com.ar
Kaupé
Ernesto Vivian, llegó aUshuaiacomo empleado de Gas del Estado hace 33 años; después que su relación con la empresa llegó a su fin, aquerenciado como estaba, quiso quedarse. Y se puso a cocinar; aprendió solito y sin moverse un tranco de pulga del sendero que iba trazando, hasta criar buena fama. En sala trabajan Tessi, su mujer, y Santiago, uno de los hijos del matrimonio.
Kaupé centra sus fulgores en las vieiras, la centolla y la merluza negra. El resto son unas pocas carnes (carpaccio, vitello tonnato, un par de lomos, un pollo bengalí), una caprese, un abanico breve de postres y ya.
En el salón comedor ?14 las mesas, con capacidad para 36 personas? impera un amable clima mezcla de aire hogareño con escena propia de restaurante; los ventanales permiten fugarse de a ratos pero después la atención vuelve al plato, en el que se lucen la sutileza del ceviche de vieiras, la centolla de impresionante aspecto ("es el show", dice Ernesto), la merluza negra de punto perfectísimo ("la verdadera estrella", confiesa). De lunes a sábado, a partir de las 18:30. Precios altos.
Roca 470. T: (02901) 42-2704 I reservas@kaupe.com.ar
Chez Manu
El restaurante, ubicado en el camino al Martial, tiene el privilegio de una vista magnífica. Y la cocina, por lejos, califica como la mejor de Ushuaia. Su artífice es todo un profesional, además de talentoso. Emmanuel Herbin llegó a la Argentina en el 95, trabajó en el restaurante La Bourgogne e hizo dos temporadas de verano en Las Hayas. En octubre de 1999 abrió Chez Manu.
En la cocina de Herbin subyacen el entendimiento esencial de cada materia prima, la sensatez aplicada a la fusión de los productos locales con los preceptos de la cocina burguesa, y la sensibilidad de quien la ejecuta para que esa amalgama redunde en un equilibrio matemático de sabores excepcionales y belleza estética.
La estructura de la carta está planteada en francés: Entrées, Terre de feu, La Mer, Profondeur de l? océan, Tentations de Calafate, Dessert Traditionnel. En total, 37 buenas ideas que provocan un torbellino de dudas a la hora de elegir. La fantasía es querer comérselo todo. Por empezar, los ahumados, una delicia de elaboración propia que interviene en unas cuantas propuestas como la ensalada de pejerrey (ahumado) con espárragos de mar y el risotto cremoso con merluza negra (ahumada). Y para seguir todo lo demás, sin esquivar ni los postres. Junio a septiembre, de martes a domingo sólo noche. Precios altos.
Luis Fernando Martial 2135 I T: (02901) 43-2253 I info@chezmanu.com I www.chezmanu.com
Volver
Una cocina económica funciona como estufa y las paredes, empapeladas con diarios del año 40, encierran el "caos ordenado" de Lino Adillón. Máquinas de escribir, tarjetas de crédito olvidadas, camisetas de rugby y un sinfín de objetos se aglutinan en esta especie de museo gourmet. Sanjuanino y autodefinido como "junta cosas", Lino confiesa que al abrir el restaurante "no sabía ni siquiera cómo cocinar un huevo". Entonces contrató a distintos chefs de los cuales aprendió y hoy es él mismo quien prepara deliciosos platos con frutos de mar. Según le gusta proclamar, sus creaciones tienen tres ingredientes clave: temperatura, sal y limón. Su búsqueda es intervenir la materia lo menos posible. Ejemplo de este concepto son los destacados de la carta: el ceviche de merluza negra y el carpaccio de castor (un intento de Lino de ayudar a controlar la sobrepoblación de este roedor que ha diezmado el ecosistema fueguino).
A pesar de que, siempre según sus propias palabras, los postres en Volver no son el fuerte, un buen final puede ser el suspiro fueguino: masa de tarta cubierta con crème brûlée y helado de calafate.
Si bien el servicio ?a cargo de mozos con trajes rayados, al mejor estilo preso? no se caracteriza por su rapidez, la espera se distrae con la gran cantidad de objetos que hay para mirar, u observando el ir y venir de los veleros en la bahía de Ushuaia. Volver abre sus puertas todo el año, mediodía ?salvo los domingos? y noche.
Maipú 37 I T: (02901) 42-3977
Tierra de Leyendas
Los destinos del chef Sebastián García Cosoleto y la licenciada en turismo María Paz Muriel (Maia) se unieron en el Marriott Plaza de Buenos Aires. Allí se conocieron, se enamoraron y dejaron todo para recorrer el mundo con la mochila al hombro. El destino final de aquel año itinerante fue Ushuaia, tierra natal de Maia, donde se radicaron y comenzaron a construir sus dos sueños: formar una familia y tener un hotel y restaurante propios. Y no les fue nada mal. Allí nacieron, a falta de una, dos bebas hermosas: las mellizas Abril y Mora. Y también Tierra de Leyendas.
Corría el año 2005 cuando este barrio, en los faldeos del Cerro Susana y parte de la ex estancia Río Pipo, vio surgir este emprendimiento de cinco cómodas habitaciones ?y dos más en construcción?, bautizadas con el nombre de distintas leyendas que escribieron la historia de Tierra del Fuego. La Coqueta, Los Yámanas, El Páramo? en cada una hay un relato que explica su nombre. Todas cuentan con magníficas vistas de la Cordillera o del canal Beagle.
Sebastián es el encargado de hornear panes, muffins y bizcochuelos para el desayuno, que se completa con mermeladas caseras y jugo de naranja exprimido. Las tardes de invierno también amasa medialunas que esperan a los esquiadores acompañadas de chocolate caliente.
El cierre perfecto es la cena. Para probar su cocina, que define como "local con toques mediterráneos", es necesario ser huésped o reservar con anticipación. La carta, de la que no se pueden pasar por alto la trucha patagónica con salsa de champagne o la brochette de cordero, no es la única razón para asegurarse un lugar entre los exclusivos 20 cubiertos. Cada plato es preparado y servido por Sebastián en un cálido espacio decorado con fotos antiguas de la familia de Maia, colecciones de monedas y comodísimas sillas acolchonadas con pieles de cordero. Lunes a sábados de 20 a 23.
Tierra de Vientos 2448 I T: (02901) 44-6565 I info@tierradeleyendas.com.ar I www.tierradeleyendas.com.ar
Kalma
Papas rotas alineadas con pulpo patagónico, vinagreta de tomates y queso ácido. Pincho de langostinos y anillas en tempura de azafrán sobre colchón de hojas verdes y salsa alioli. Merluza negra sobre espejo de suquet patagónico, malfatti de espinaca, ciboulette rizado y mini gajos de naranjas. Estos son tres ejemplos de lo que se cuece en la pequeña cocina de Jorge Monopoli.
Su abuelo, Leonardo Stankevicius, cocinó para el general Perón durante su primera presidencia. Después de haber estudiado en Le Cordon Bleu de París, llegó a Buenos Aires con el embajador francés en la Argentina y a continuación pasó al Palacio San Martín, donde vivió dos años con su familia. De ahí le ha de venir a su nieto la vena cocinera, que en 2001 cambió la geología por la gastronomía.
Ocho años más tarde, Jorge Monopoli (30 años, rionegrino) abrió Kalma, un local chiquito con 12 mesas vestidas de mantel negro y velitas, donde se aplica a afianzarse como un referente de cocina joven en la ciudad austral.
Martes a domingo, de 19:30 a 23:30. Precios medio-altos.
Antártida Argentina 57 I T: (02901) 42-5786 I info@kalmaresto.com.ar I www.kalmaresto.com.ar
Küar
Es el único restaurante fueguino ubicado sobre las costas del Beagle. La propuesta es disfrutar de humeantes platos de pasta casera (imperdibles los ravioles rellenos con salmón ahumado), cordero patagónico o centolla, en una cabaña rústica con hogar a leña y un inmenso ventanal que mira al canal. En plan decontracté, la barra ofrece cerveza artesanal, tacos, tapas y tablas de ahumados. Todos los días desde las 18. Lunes a viernes también de 12:30 a 15.
Av. Perito Moreno 2232 I T: (02901) 43-7396 I reservas@kuar.com.ar I www.kuar.com.ar