Bocas del Toro cumple el sueño de quien busca naturaleza exuberante en parajes poco explorados. ¿Estuviste allí? Contanos tu experiencia.
Mucho antes de que los surfers y mochileros descubrieran este archipiélago caribeño en el extremo oeste de Panamá, cerca de la frontera con Costa Rica, los cayucos eran la única forma de trasladarse de isla en isla y los pobladores se dedicaban a arponear ostiones y almejas. Después llegó la carretera Interamericana, se inauguró el aeropuerto y los productores de televisión encontraron aquí la escenografía ideal para filmar series como Survivor o el local Expedición Robinson. Bocas del Toro dejó de ser un secreto. ¿Cómo no deslumbrarse con este racimo de islas y cayos prácticamente vírgenes, colmados de estrellas de mar, ranas rojas y delfines? Hoy Bocas es la joya del caribe panameño, un destino tan exclusivo como poco promocionado, y también el último refugio de especies en peligro de extinción; la rica diversidad de criaturas marinas es un festín para biólogos.
Bocas town
Para recorrer la ciudad, lo mejor es quitarse el reloj de la muñeca y hacer el intento de adaptarse a los ritmos locales. Hay que saber que, en este húmedo clima, no hay brushing ni planchita que resistan. Esa humedad es justamente la responsable de que todo se mantenga verdísimo. La explosión vegetal es tan desmedida que ni siquiera afloja en la ciudad de Bocas del Toro, dentro de la Isla Colón, la más "urbanizada" del archipiélago. Entre jardines tropicales florecen las pintorescas casas de madera, muchas sobre pilotes. Varias obedecen a la influencia victoriana, conocida como "gingerbread" (pan de jengibre), con el plus multicolor del estilo caribeño. El pueblo es además el lugar para conocer el carácter amable y carismático del bocatoreño, escuchar reggaeton hasta decir basta, tomarse un jugo espirituoso en un puesto callejero, probar la sopa de rondón (de pescado con leche de coco), aprovisionarse en un supermercado chino (aquí también la comunidad asiática tiene ese monopolio) y asumir la primera tarea para descubrir el resto de las islas: conseguir una lancha, porque es donde transcurre la mitad del tiempo. Aquí sobran las playas y, si bien es difícil decidirse cuando se dispone de pocos días, algunas son más imperdibles que otras.
Boca del Drago y Punta Caracol
El norte de la isla Colón es un buen arranque para explorar la biodiversidad bocatoreña. Los tours en lancha recalan en Boca del Drago, el punto más cercano a tierra firme, con pequeñas playas de arenas tibias, aguas tranquilas y una costa ondulante dibujada por las ramas despeinadas de las palmeras. Dicen que éste fue el primer lugar que tocó Cristóbal Colón en su viaje desde Costa Rica. Conviene saber que es bastante concurrido porque aquí hay una feria de artesanos y está el restaurante Yarisnori, donde se apiñan los turistas para tomar una limonada y saborear algún plato de frutos de mar, a pasos de la playa. Muy cerca y sobre la misma costa, en una bahía de aguas turquesas, se descubren decenas de estrellas de mar, bien cerquita de la orilla.
Corales, delfines y ranas rojas
Todos los requisitos de la postal caribeña se cumplen a la perfección: aguas que cambian de azul a verde rodeadas de una plataforma de coral, marea de peces de colores y una frondosa vegetación que se prolonga hacia adentro en un bosque tropical. Por todo esto, los Cayos Zapatillas, dos islitas mínimas enfrentadas que pertenecen al Parque Nacional Marino Isla Bastimentos, son las favoritas de los extranjeros. Nada que ver con el calzado, el origen del nombre se debe a una fruta de la zona. Cuatro especies de tortugas marinas (verde, carey, caguama y canal) nidifican aquí entre los meses de abril y julio. Con suerte, se las puede ver entrando en la isla para desovar o quizás se lleguen a discernir sus huellas. Aquí no hay mucho más que sentir la caricia de la arena tibia y el suave vaivén de las palmas, o hacer la plancha en un mar de olitas serenas. ¿Qué más se puede necesitar? Los que bucean dirían "una inmersión" y éste es lugar para despuntar el vicio. Muy cerca de los Cayos se encuentra Coral Cay, un spot obligado de snorkel por la baja profundidad de los arrecifes y la buena visibilidad. Al norte de la isla Bastimentos, otra playa fetiche de los jóvenes es Red Frog, además de la aledaña Polo, elegida por los surfers. Largas extensiones de arenas blancas, oleajes y remansos, hamacas de madera que cuelgan de los troncos retorcidos de los almendros, un par de duchas, una cancha de voley y un puestito donde ocasionalmente venden algo para tomar. Eso es todo. Aquí las protagonistas son las ranitas rojas, una especie del tamaño de un botón que los niños del lugar suelen mostrar a los turistas. Estas diminutas criaturas corren peligro de desaparecer por la construcción de un mega resort sobre la playa, que irónicamente se llama Red Frog Beach Club (www.redfrogbeach.com), e incluye villas lujosas, condominios, un hotel con golf y varias marinas. Se teme, claro, por el impacto ambiental que un proyecto de esta envergadura causaría. Por último, hay que salir a mar abierto y llegar a la Bahía de los Delfines. Allí, es cuestión de apagar el motor de la lancha, dejarla al garete y esperar a que aparezcan los cetáceos. Y aparecen. Ni dos ni tres: son montones. Con sus saltos perfectos, casi ensayados, se desplazan a gran velocidad al lado de las lanchas, debajo, no dan respiro. Increíbles.
También de noche
Los mochileros se aglutinan en los balcones de los hostales, echados en las hamacas paraguayas. Las parejitas caminan de la mano entre artesanos y músicos callejeros. Los espíritus sibaritas se aseguran su reserva en Guarí-Guarí, probablemente el mejor restaurante de la isla, administrado por una valenciana y su marido alemán. La acción no termina ahí, sino todo lo contrario. La gira nocturna suele arrancar en La Iguana, un bar de onda surfer con una terraza sobre el mar. De ahí se sigue para el Barco Hundido, el reducto más popular de la isla. Entre las mesas y debajo del agua se ven los restos del famoso barco, iluminados por reflectores. En esas horas no faltarán la rumba, un poco de calipso, algo de salsa y merengue. Y quizás tampoco algún brusco chaparrón que parezca amenazar la noche para que, cinco minutos después, la fiesta bocatoreña vuelva a su ritmo habitual.
SI PENSÁS VIAJAR...
CÓMO LLEGAR
Copa Airlines. T: 0810-222-2672 www.copaair.com
DÓNDE DORMIR
Crowne Plaza Av. Manuel Espinosa Batista. T: (0507) 206-5555/56 www.cppanama.com
Bristol Av. Aquilino De La Guardia, Bella Vista. T: (0507) 265-7844 www.thebristol.com
Intercontinental Miramar Av. Balboa y Plaza Miramar. T: (0507) 206-8888 www.ichotelsgroup.com
The Canal House Calle 5» y Av. A. Casco Antiguo. T: (0507) 228-8683 www.canalhousepanama.com
Gamboa Rainforest Resort Orilla del Río Chagres. T: (0507) 206-8888 y 314-5000 www.gamboaresort.com
DÓNDE COMER
Las Tinajas Calle 51, Bella Vista. T: (0507) 263-7890 y269-3840. Shows de martes a sábados, a las 21. Reducto folclórico para degustar platos panameños y presenciar una exhibición de danzas típicas. Conviene reservar.
La Posta Calle 49 y Calle Uruguay. Bella Vista. T: (0507) 269-1076 Lunes a sábado, mediodía y noche. Risotti, pastas, carnes y mariscos con un giro innovador. Calidad sobresaliente y precios acordes.
La Casa del Marisco Calle Manuel María Icaza. Área Bancaria. T: (0507) 223-7755 Restaurante estilo bodegón con amplia trayectoria, con cocina española. Platos emblemáticos, pulpo a la gallega y langosta.
Market Calle 47 y Calle Uruguay. T: (0507) 264- 9401 Todos los días, mediodía y noche. Sábados y domingos, brunch. Flamante restó y wine bar con onda norteamericana.
La Mostaza Calle 3» y Avenida A, Casco Antiguo. T: (0507) 228-3341 Martes a domingos, de 18:30 a 24. Especialidad en carnes, bacalao, langosta y corvina. Los fines de semana, música en vivo.
Las Bóvedas Plaza de Francia, Casco Antiguo. T: (0507) 228-8058 Lunes a sábados, desde las 17.30. Cocina francesa en las ruinas de las antiguas cárceles. La propuesta se complementa con jazz en vivo.
K.yu.co Popular y bullicioso, para tomar cerveza en la barra. Comidas rápidas a precios asequibles.
PASEOS Y EXCURSIONES
Centro de Visitantes Miraflores
Lado este de las esclusas de Miraflores. Lunes a domingos y feriados, de 9 a 16:30.
Gamboa tourswww.gamboatours.com Empresa líder de turismo. Excursiones a medida por los principales atractivos de la ciudad y alrededores.
PARA TENER EN CUENTA
* La moneda oficial es el balboa, que coexiste con el dólar estadounidense y vale lo mismo.
* Los taxis suelen ser compartidos y de tarifas asequibles. En cuanto a los "diablos rojos", son buses pintorescos pero no recomendables para turistas.
* La ciudad está concebida para el auto: las veredas céntricas son angostas (cuando no, inexistentes). Los mejores lugares para caminar son la cinta costera y el Casco Viejo.