Disney+ se sumó a la batalla del streaming con 50 millones de suscriptores

En el contexto de la crisis de salud global provocada por el coronavirus, la mayoría de las noticias que llegan desde Hollywood son de regulares a malas. Estrenos postergados, grabaciones y filmaciones detenidas y un futuro incierto para muchas de las películas y series que tenían que estrenarse en los próximos meses. Sin embargo, en el medio de los cambios y ajustes que todos los jugadores más importantes de la industria audiovisual están haciendo para adecuarse a los tiempos de pandemia, los servicios de streaming parecen correr con ventaja. El entretenimiento hogareño, que antes debía disputarle horas al sueño para hacerse un lugar en la agenda de los espectadores ahora, con las salas cerradas y las cuarentenas impuestas en todo el mundo, es rey. Y en la competencia entre las diferentes plataformas la que consiguió dar un gran paso adelante es Disney+.

La semana pasada, el estudio anunció que cinco meses después de lanzar su servicio de streaming ya habían llegado a la marca de los 50 millones de suscriptores pagos en todo el mundo. Una cifra que superó las proyecciones de la compañía y que la pone en la primera línea de batalla frente a Netflix, que en la actualidad cuenta con más de 160 millones de suscriptores y tiene presencia en 189 países. Una expansión que Disney + planea para la segunda mitad de 2020.

La marcha de la plataforma, que cuenta con una biblioteca compuesta por todas las producciones del estudio tanto en cine como en TV -que incluyen a Marvel, Pixar, LucasFilm y Fox-, comenzó en noviembre cuando se lanzó en los Estados Unidos, Canadá y Holanda y continuó entre marzo y abril cuando llegó a Gran Bretaña, Irlanda, Alemania, Italia, España, Austria, Francia y Suiza. Más allá de Europa, la gran conquista de Disney+ se dio en la India, dónde está disponible desde el 3 de abril y sumó, según anunció el estudio, casi ocho millones de suscriptores. Más allá de que cada territorio tiene sus particularidades, lo cierto es que el éxito en la India supone un cambio ventajoso para la compañía, porque históricamente su presencia en el país asiático era menos contundente que en el resto del mundo.

A pesar de los ajustes a los que obliga la situación actual, la agenda de lanzamientos de la plataforma de streaming continúa firme con la expansión a Europa del Este, América Latina y Japón, prevista para la segunda mitad del año, si bien la fecha exacta de su llegada a la Argentina y el resto de la región aun no fue anunciada.

En el marco de una industria que, como tantas otras, está viviendo una crisis inédita e inesperada, el crecimiento de Disney+ se perfila como uno de los pocos puntos de optimismo y normalidad. Es que la gran pelea entre los sistemas de streaming era uno de los temas de la agenda 2020 y, aunque asumiendo otras formas, esa disputa por atraer espectadores continúa cuando el resto de las actividades del sector están paralizadas.

Por supuesto que, más allá de que las plataformas están mejor posicionadas que otras áreas para pasar la pandemia, también es cierto que tendrán que modificar algunos de sus planes y estrategias para seguir atrayendo nuevos suscriptores y no perder a los que poseen. En ese aspecto, la enorme biblioteca de los estudios Disney, que incluye más de 500 películas y 350 series televisivas, entre las que están las treinta temporadas de Los Simpson, es una ventaja para los meses que vienen. Y la ventaja puede ser más pronunciada si se demoran los estrenos de sus series originales, como la segunda temporada de The Mandalorian.

Mientras el panorama para los estrenos de cine en salas comerciales es cada vez más incierto, Disney aprovechó su nueva y exitosa plataforma para reformular las ventanas de sus lanzamientos y estrenos. Así, mucho antes de lo anticipado, Frozen 2 ya está disponible en Disney+ y se anunció que Artemis Fowl, la adaptación cinematográfica de las novelas juveniles de Eoin Colfer que dirigió Kenneth Branagh, se estrenará directamente en la plataforma sin pasar por las salas. Una estrategia que, de continuar, bien podría definir el liderazgo de la guerra del streaming y modificar para siempre el negocio del cine.