Comercio: Polémica por arancel digital, exento farmacéutica

Palabras claras, que cierran la puerta al fair share, la propuesta europea de hacer pagar una cuota justa a las grandes tecnológicas por el uso de las infraestructuras continentales, desde hace meses enmarcada junto al impuesto digital ("web tax") en el capítulo fiscal de la agenda comunitaria.

Una versión que confirma lo que se filtró en la víspera del acuerdo escocés, cuando fuentes europeas habían confiado que el cierre sobre el digital -incluida la "web tax", relanzada en abril por la misma Ursula von der Leyen- había sido reservada para ablandar al magnate.

Sin embargo, Bruselas sigue negando que haya sido objeto de intercambio. Dos narraciones irreconciliables, que también emergen en chips, medicamentos y metales industriales.

CHIPS Y MEDICAMENTOS EN PELIGRO - En la versión de la UE, ambos sectores quedan exentos de la ofensiva arancelaria del magnate a la espera de que concluyan las investigaciones iniciadas por Washington.

Incluso en caso de aranceles adicionales, el límite máximo será del 15%. Este umbral también podría aplicarse al cobre.

Pero la narrativa de Washington es diferente: el tipo del 15% para productos farmacéuticos y semiconductores se da por sentado, al igual que el aumento del 50% del precio del metal rojo.

INVERSIONES - Washington se beneficiará de la tregua comercial con 750.000 millones de euros en suministros energéticos adquiridos a europeos durante los próximos tres años y 600.000 millones de euros en nuevas inversiones industriales privadas. Según la Casa Blanca, esta cifra se complementa con los 100.000 millones de euros anuales ya comprometidos por la UE.

ARMAS - Desde la perspectiva de Bruselas, las compras de armas estadounidenses no están incluidas oficialmente en el alcance de las negociaciones arancelarias: no se incluyó una cantidad específica en el paquete, enfatizaron funcionarios europeos, desestimando el compromiso como una "expectativa general expresada por Trump respecto al aumento del gasto en defensa en Europa", reflejada en el 5% acordado con la OTAN.

Para Washington, sin embargo, el equipo militar es parte integral del acuerdo.

LOS SECTORES MÁS AFECTADOS - El acero y el aluminio siguen cargados con un 50%, aunque se prevé la introducción de un sistema de cuotas en función del antidumping chino.

El vino europeo flota en el limbo: las negociaciones continúan, pero la salvación del 15% -un salto de más del 12% con respecto a hoy- parece lejana. Mientras que hay avances más significativos en el frente de los destilados, del whisky al coñac.

EL AGROALIMENTARIO EN ESPERA - La cadena agrícola se alinea con el tipo de referencia para la mayoría de los productos, con excepciones que aún no se escribió.

En comparación con el vino, los quesos y los productos lácteos podrían absorber el impacto a partir de un umbral similar.

La UE, por su parte, aceptó abrir las puertas a 70.000 millones de euros en importaciones de Estados Unidos eliminando sus aranceles sobre los frutos secos, la soja y el ya famoso acuerdo de la langosta para langostas y pescado. Arancel cero también para los alimentos para mascotas de Estados Unidos. No hay liberalización para las categorías más sensibles: carne, azúcar, etanol, arroz o aves de corral hechas en Estados Unidos.

PACTO ALEMAN - La automoción continental, impulsada por los buques insignia alemanes, sale de las negociaciones sin problemas: Washington reducirá el impuesto sobre los automóviles europeos del 27,5% al 15%, mientras que la UE reducirá el arancel sobre los modelos estadounidenses al 2,5%.

Una apertura recíproca que se extiende también a los componentes.

Bruselas, siguiendo la trayectoria ya trazada por Tokio, fue más allá con el compromiso de un reconocimiento de las normas técnicas de Estados Unidos, desde las emisiones a los criterios de seguridad, hasta los vehículos conectados.

LOS EXENTOS - Los que viajan en primera clase son los aviones civiles y los componentes aeroespaciales, con el coloso franco-europeo Airbus y la estadounidense Boeing celebrando los derechos cero.

Los mismos privilegios también para algunos de los sectores más estratégicos de la economía de alta tecnología: equipos de semiconductores, robótica avanzada, algunos medicamentos genéricos, productos químicos seleccionados y otros productos agrícolas aún por definir. (ANSA).

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