“¡Traidor!“: Pagano y Lemoine se cruzaron en Diputados mientras los exlibertarios acusaban a los Menem por el caso Spagnuolo
El escándalo se desarrolló mientras el jefe de Gabinete exponía sobre la gestión de gobierno
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LA NACIONLaura Serra
La polémica que desataron los audios sobre el presunto pago de coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis) expuso en el recinto de la Cámara de Diputados el estado de convulsión interna que vive el oficialismo. Libertarios y exlibertarios a los gritos mientras exponía el jefe de Gabinete Guillermo Francos, aliados que miraban para el costado y una oposición que se regodeaba del espectáculo fueron postales de otra sesión para el escándalo.
Recién sobre el final, cuando al recinto llegó la noticia sobre la agresión que sufrió el presidente Javier Milei en una caravana proselitista en Lomas de Zamora, los libertarios pudieron levantar cabeza. El episodio les dio el pie que necesitaban para instalar, otra vez, el discurso polarizador con el kirchnerismo e intentar solapar, de paso, el escándalo generado en la Andis.
“Agredir al Presidente es agredir a la democracia y es agredir a la gente que lo votó. Defiendan las instituciones porque después lloran cuando pasa cualquier cosa -exclamó el jefe del bloque de Pro, Cristian Ritondo, con la vista clavada en la bancada de Unión por la Patria-. Debería haber un repudio generalizado”.
En la previa, sin embargo, los libertarios lo pasaron mal. El pico de tensión se desató, paradójicamente, en sus propias filas. Sucedió cuando dos exdiputados de La Libertad Avanza, Carlos D’Alessandro y Marcela Pagano arremetieron contra Francos y el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem por las supuestas coimas.
“Ese apellido Menem viene vinculado a todos los hechos de corrupción, que enfoca directamente sobre el presidente Javier Milei, desgasta la imagen de este gobierno, no solamente por el pedido de coima que dejó trascender Spagnuolo, donde se sube la coima del 5 al 8 por ciento”, acicateó D’Alessandro, lo que desató una batahola en la bancada libertaria.
“¡Traidor!”, le gritó la diputada libertaria Lilia Lemoine. Varios diputados se pusieron de pie y empezaron a gritar. El diputado de MID Oscar Zago pidió un cuarto intermedio. “Esto es un escándalo”, enfatizó. Menem reclamó silencio a los suyos. D’Alessandro, inmutable, continuó.
“Esas grabaciones venían de hace más de ocho meses. Está también el problema de corrupción que se ve en otros lados, como por ejemplo los contratos del Banco Nación asignados a la familia Menem, donde en la obra social intervenida de Osprera, también se ve vinculado a Lule Menem en determinados hechos de corrupción que están haciendo investigadores de la justicia, facturaciones de un socio del doctor Menem, presidente de la Cámara de Diputados”, enfatizó.
Luego fue el turno de la diputada Pagano, quien apuntó contra José Luis Vila, exdirector general de análisis en la SIDE y actual secretario de Asuntos Estratégicos de la Jefatura de Gabinete, a cargo de Francos. Pagano sugirió que Vila fue quien hizo circular los audios clandestinos que se le realizaron a Spagnuolo.
En ese momento, las diputadas Lilia Lemoine, Emilia Orosco y Juliana Santillán se pararon y empezaron a grabar a la legisladora para intentar interrumpirla en el uso de la palabra. La bancada libertaria era un pandemonio mientras la oposición se regodeaba en sus bancas.
A los gritos, Pagano continuó. “Quiero preguntarle, señor jefe de Gabinete, si el agente José Luis Vila tuvo alguna intervención en la filtración de los audios denominados de la corrupción de la Andis, porque estamos frente a un hecho de un grave golpe institucional”, descerrajó Pagano, en una reacción frente a las sospechas del Gobierno de que fue ella y su pareja, el empresario Franco Bindi, quienes hicieron circular los audios en cuestión.
Pagano también le endilgó a Francos que haya reclutado a otros exagentes de la SIDE a la Jefatura y mencionó a Víctor Hugo Armelino -quien, según la legisladora, tuvo participación en la causa de la muerte del fiscal Alberto Nisman-, Gimena Honor, Santiago Carro y Jorge Kurt Dreyssig.
Francos defendió los nombramientos que realizó en su cartera. “José Luis Vila me parece una persona absolutamente capacitada para desempeñar la Secretaría de Asuntos Estratégicos. Lo mismo que Armelino”, respondió.
La oposición miraba el espectáculo entre incrédula y divertida. Los aliados del oficialismo bajaban la vista y varios aprovecharon para escabullirse del recinto. Los que permanecieron en sus bancas aprovecharon la vidriera para echarle más leña al fuego con críticas a la gestión. Incluso se animaron aquellos que, tras ser ninguneados en las listas oficialistas para competir en octubre, se decían dialoguistas.
“Siento que el Gobierno está asfaltando el camino para el retorno del justicialismo -asestó el cordobés Rodrigo De Loredo-. Empezaron atacando al Pro, destrataron al expresidente Mauricio Macri y lo propio hicieron con muchos dirigentes de mi partido que tuvieron la predisposición de ayudar. Escupieron las manos de gobernadores que colaboraron. Empezaron a partirse entre ustedes, primero con la vicepresidenta. Peronizaron su gabinete, peronizaron la mesa chica de la toma de decisiones, peronizaron sus listas”.
La también radical Karina Banfi, a su turno, le reprochó a Francos por la falta de ejecución del fondo que el propio Gobierno destinó para reparar los daños por las devastadoras inundaciones de marzo pasado.
“Estamos en agosto y la pregunta es sencilla: faltan entregar 134.761 millones de pesos. ¿Dónde está la plata que prometieron enviar a Bahía Blanca?“, lanzó.
Desde el bloque del MID -otro bloque que supo ser aliado del oficialismo-, el diputado Eduardo Falcone reprochó que el oficialismo cajonee los proyectos para derogar los regímenes jubilatorios especiales. “Ni siquiera se dignan a analizar el ahorro fiscal que podría generar esta medida”, dijo.
Francos no respondió sobre estos asuntos. También eludió precisar si se vetará la ley que concede un aumento de emergencia a los hospitales pediátricos, entre ellos el Garrahan. Se limitó a decir que se vetará toda aquella norma que vulnere el equilibrio fiscal.
El discurso final de la sesión estuvo a cargo del jefe del bloque oficialista Gabriel Bornoroni quien, frente al escándalo por las supuestas coimas en la Andis, redobló la apuesta
“Pongo las manos en el fuego por el presidente Milei y por Karina Milei, también por Martín Menem. ¿Ustedes ponen las manos en el fuego por Cristina Kirchner?”, exclamó.
Desde su banca Eduardo Valdés buscó responderle. El diputado de Unión por la Patria insistía, en vano, que Menem le dé la palabra, pero el presidente del cuerpo había levantado la sesión. No le importó tener el micrófono apagado. “¡Cristina es inocente!“, exclamó. Fue lo último que se escuchó en el recinto.
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