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El Pilote Nº 8, en el recuerdo
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Por muchos años, el Pilote N° 8 fue un hito, un tótem para los navegantes, un faro ciego que sirvió para miles de cruces seguros del Canal Emilio Mitre.
En sus cercanías, se advertía la ominosa presencia del Guayacán, un barco hundido marcado por su correspondiente balizamiento, pero éste quedaba situado a buena distancia de resguardo, porque si se quería ir a la vecina orilla o retornar desde ella, el Pilote N* 8 era el exacto punto de convergencia, una especie de baliza de aguas seguras, aunque el propósito original de su colocación no haya sido exactamente así.
Desaparecido en circunstancias poco claras, ha sido removido, y ya nunca más lo tendremos. Queda, por supuesto, su presencia virtual en las memorias de los waypoints de cientos de receptores satelitales GPS.
Una enfilación muy útil
Sin embargo, hay todavía una manera puramente visual de situarse en ese punto fantasma.
Consiste en llevar la embarcación a las inmediaciones del Canal Emilio Mitre, por una enfilación, de manera que el estadio del Club Atlético River Plate quede totalmente eclipsado detrás de la silueta de la Ciudad Universitaria.
Desde allí, la cercana presencia de la boya del Guayacán y de la estructura de El Marciano (una ex torre marográfica), nos indicarán dos posiciones de referencia, pero en el mismo canal, los pares de boyas rojas/verdes en los kilómetros 25,2 y 26,7, respectivamente, marcarán entre ellos uno de los dos pasos carentes de riesgos para atravesarlo; el otro es al Sudeste del km.14.
Costará mucho olvidar la mención, casi obligada, del famoso pilote, cuando de ir o volver de la costa uruguaya se trate. Como en el tango, se fue para no volver.
