Test drive: Renault Alaskan, con el sello y la tradición del rombo
Se suma al competitivo segmento de las pickups con un diseño atractivo, un confort de marcha superlativo, una mecánica de muy buena respuesta y el respaldo de una marca que está en el corazón de muchos argentinos gracias a su rica historia
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Hace una década Volkswagen se animó a entrar en el reino de las pickups. Hasta ese momento un mundo restringido a las marcas norteamericanas (Chevrolet, Dodge y Ford), que las inventaron, y a las japonesas (Toyota, Nissan, Mazda, Isuzu) que se hicieron un lugar desde los ’80 para acá.
Además, las pickups era vehículos para regiones y países con grandes extensiones rurales como América del Sur, Sudáfrica, Australia, Nueva Zelanda y otros, pero no Europa. ¿Qué llevó a un fabricante europeo atacar ese segmento? Primero, que las grandes marcas son desde hace tiempo jugadores globales; segundo, que los usuarios, desde los ’90, prefieren vehículos más utilitarios y aventureros (reales o aspiracionales) que los automóviles: deportivos (los famosos SUV) y pickups medianas.
Por otro lado, hubo muchos intentos de alianzas entre grandes fabricantes en la historia de la industria automotriz, pero salvo la unión entre Renault y Nissan, todas hasta aquí no han sido fructíferas. Todo esto viene a cuento porque hoy la Argentina es un polo de fabricación de pickups y ese es uno de los segmentos más vigorosos del mercado. ¿Por qué no entrar en él con el apoyo de un aliado experto y el prestigio de una marca que muchos argentinos llevan en el corazón? Además, con una extensa red de venta y talleres en todo el país.
La respuesta es la recientemente lanzada Renault Alaskan, la primera pickup en la larga historia de la marca francesa del rombo, que se produce en la fábrica de Santa Isabel junto con la Nissan Frontier (cuya versión nacional se lanzó hace dos años), con la que comparte chasis, mecánica y casi todos los componentes.
Por supuesto que la estética del frontal (la parrilla se “integra” a los faros full LED) tiene la impronta de Renault y quedó muy bien resuelta, no solo para diferenciarla de la Frontier (que de por sí es bonita), sino también para conjugar un diseño que marca la cancha en el segmento con un estilo atractivo y deportivo, antes que musculoso y “fortachón”. También es diferente el portón trasero (más plano y con el logo Alaskan destacado) y las ópticas posteriores, así como las llantas de 18″ y la barra atrás de la cabina de la versión full Iconic 4x4, con caja automática, que probamos.
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El diseño interior es idéntico al de la Frontier, salvo cambios mínimos en el volante, y resulta muy sobrio, funcional y práctico, con teclas e instrumentos grandes, claros y legibles. La Alaskan ofrece además algo exclusivo para el segmento (que no tiene ningún rival, salvo la Nissan): el techo solar con apertura eléctrica, que siempre aporta luz y aire para un habitáculo amplio y cómodo.
Ofrece una excelente posición de manejo, gracias a la butaca con regulación eléctrica (incluida la lumbar y calefaccionadas ambas delanteras) y a la regulación en altura de la columna de dirección (no mucha y sin ajuste en profundidad). El tablero es clásico: combina velocímetro y tacómetro analógicos con un display central que muestra abundante información de variado tipo. Atrás, el espacio para las piernas es muy bueno, pero el cojín es un poco bajo, lo que eleva las rodillas (compensa el gran apoyabrazo central); cuenta con salidas de aire acondicionado, por lo que un par de adultos se acomodan bien.
Además de climatizador bizona, paquete eléctrico completo, pantalla táctil de 8″ con multimedia, Android Auto y Car Play, esta Alaskan Iconic agrega cámara de 360° con función off-road (para ver los obstáculos), arranque y apertura sin llave y mucho más. Tiene 6 airbags y anclajes Isofix, controles de estabilidad y tracción, asistente de arranque en pendiente y de control de descenso, pero ya hay rivales con ayudas a la conducción (ADAS) de última generación.
La caja de carga viene con lona marítima de serie en esta versión full (en otras marcas es opcional) y tiene 1.503 m de largo por 1,56 m de ancho máximo. Así, con una distancia entre ejes de 3,15 m, la longitud total es de 5,318 m, a lo que suma muy buenos ángulos off-road: ataque, de 29,8°; salida, de 27,9° y un despeje que varía entre 255,2 y 229,1 mm. Esta versión Iconic (más “urbana” y para el esparcimiento) puede cargar 982 kg (otras versiones 1115 kg).
La Alaskan Iconic ofrece el motor dCi diésel de baja cilindrada (2.3 L) biturbo para entregar una muy buena potencia de 190 CV a 4000 rpm y un par de 450 Nm (45,9 kgm) entre 1500 y 2500 rpm. Con una caja automática de 7 marchas (con convertidor de par) de buena y rápida respuesta, acelera de 0 a 100 km/h en 11,3 s; de 0 a 400 m en 18 s; de 0 a 1000 m en 33 s y recupera de 80 a 120 km/h en 8,3 s. Los consumos son buenos para 2 toneladas: 11,3 L/100 km en ciudad y 9 L/100 km a 120 km/h.
Lo que es superlativo en la Alaskan es el confort de marcha: no hay adoquinado o piso desparejo que las suspensiones no absorban. Como la Frontier y a contramano del resto, la Renault dispone de una arquitectura de eje rígido más multibrazos (en lugar de elásticos), que la hacen suave, confortable y, al mismo tiempo, siempre bajo control: nada de idas de trompa o cola, además de frenar correctamente: 100 km/h a 0 en 45 m. La tracción 4x4 seleccionable con un dial (4x2 trasera, 4x4 alta y 4x4 baja) responde muy bien en circuitos fuera del asfalto, con lo que se conjuga un excelente producto tanto para la familia como para el trabajo. El precio de esta Alaskan Iconic es de $4.134.300.