Suspendieron las clases en la escuela de Almagro donde aparecieron ratas
Lo reclamaban los padres de los alumnos de la Rosario Vera Peñaloza porque, tras desratizar, volvió a aparecer excremento de roedores
Luego de que la comunidad de la Escuela N° 20 Rosario Vera Peñaloza le expresó su respaldo a la directora, las autoridades escolares porteñas suspendieron ayer las clases a raíz de una inspección que halló excremento de roedores en las instalaciones.
Por la mañana, luego de varias semanas de reclamos de los padres y la cooperadora, los padres se encontraron con un cartel en las rejas de acceso a la escuela que decía: "Suspensión de actividades". Debajo, en un comunicado, que describía el motivo y sin firma, la dirección del establecimiento informaba que "frente a la situación de malestar, inseguridad y preocupación por la presencia diaria de excremento de roedores por todos los ambientes del edificio, y a pesar de todas las intervenciones y gestiones de los equipos directivos de [los niveles] inicial y primario", las autoridades no podían confirmar la seguridad del lugar.
"Estas conducciones no se encuentran en condiciones de dar garantías a la comunidad de padres, docentes y auxiliares de que no existen riesgos para la salud de las personas que asisten o trabajan en el establecimiento escolar", se leía en el texto, pegado sobre una cartulina.
La medida, según se indicó, se fundamentó en la aplicación del Reglamento Escolar de la ciudad de Buenos Aires. En su artículo 51, la norma faculta al director o directora de un establecimiento a suspender las actividades escolares, luego de dar cuenta "con anterioridad o inmediatamente después a su superior jerárquico inmediato". En su inciso cuarto, incluye el caso de "razones sanitarias o de seguridad".
En el comunicado, el equipo directivo también precisó que anteayer, durante la última inspección del Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño, se tomaron fotografías de todos los espacios que ocupan la primaria y el jardín de infantes, en los que se encontró "excremento de roedores".
Pasadas las 16, un mensaje por WhatsApp en los grupos de padres empezó a alertar a la comunidad sobre que un supervisor escolar estaba en la escuela y la directora Nora Reymundo levantaría la suspensión. "¡Tenemos que ir ya!", se convocó.
Durante algo más de tres horas, la tensión fue creciendo en el patio interno de la escuela, frente a la dirección, donde supervisores y directivos permanecían reunidos. Finalmente, se les informó a los padres que las clases permanecerían suspendidas hasta recibir el informe del personal especializado del Instituto Pasteur, que concurrirá hoy a las 7.30 a pedido de la Subsecretaría de Infraestructura del Ministerio de Educación.
El subsecretario, Sebastián Tomaghelli, indicó a LA NACION que los resultados de la inspección del Ministerio de Ambiente y Espacio Público precisaron que las más de 60 trampas colocadas en las últimas semanas estaban vacías. "El informe es claro y dice que no había presencia de roedores", insistió.
Agregó que no solo se convocó al Pasteur para que haga una revisión de las instalaciones y elabore un informe, sino también se instalaron otras trampas -cajas donde el roedor queda atrapado- por recomendación de personal especializado del instituto de zoonosis porteño.
Desde el 13 de febrero pasado, cuando se retomaron las actividades en la escuela tras el receso de verano, los padres y la cooperadora solicitaron a las autoridades educativas que se garantizara la salubridad de las instalaciones. En el subsuelo de la escuela había 13 roedores muertos; algunos, en las trampas que había dejado a finales de diciembre el concesionario SI-AL, a cargo del servicio alimentario.
Las clases empezaron normalmente el miércoles de la semana pasada. La directora informó el resultado de una revisión de la escuela: "Las instalaciones están en perfecto estado", afirmó. Los padres le entregaron una nota y exigieron una solución definitiva. Al día siguiente se suspendieron las clases para desratizar hasta el lunes último, cuando los padres volvieron a encontrar excremento de roedores en dos salas.