Descubren una proteína clave para el tratamiento de la calvicie
Al menos un aspecto en la vida del 50% de los varones es cierto: más tarde o más temprano nuestra cabellera nos abandonará. Aunque ese destino puede ser demorado o atenuado mediante el uso de diversos medicamentos, ninguno de ellos ofrece algo parecido a una cura para la alopecia androgenética, la principal causa de calvicie masculina.
Ahora, científicos norteamericanos parecen haber encontrado la forma de hacer crecer pelo nuevo. En un artículo que se publica hoy en la revista especializada Genes & Development, un equipo de investigadores de la Universidad de Michigan muestra cómo las células productoras de pelos (los folículos pilosos) que se encuentran en reposo pueden ser activadas mediante la estimulación de una proteína llamada beta-catenina.
Es más, los autores del hallazgo lograron hacer crecer el pelo de ratones trangénicos carentes de esta proteína, mediante la aplicación de una sustancia que suple su función.
"Los resultados de este estudio no son directamente aplicables a los seres humanos, pero sí sugieren un potencial blanco que permite la activación de la fase de crecimiento del folículo piloso, lo que quizá resulte beneficioso para las personas con calvicie", dijo a LA NACION el doctor David van Mater, investigador del Departamento de Genética de la Universidad de Michigan, y principal autor del estudio en cuestión.
Para el doctor Edgardo Chouela, profesor de dermatología de la Facultad de Medicina de la UBA, "este trabajo es formidable desde el punto de vista de la investigación básica, porque plantea la posibilidad de desarrollar nuevas drogas que actúen sobre la beta-catenina y estimulen el crecimiento de pelo nuevo".
Ratones con pelaje renovado
Para comprender la relevancia del hallazgo de Van Mater, es importante conocer el ciclo de vida de los folículos pilosos. Durante su vida adulta, estas células atraviesan períodos de crecimiento en las que producen pelo, de regresión en las que éste se cae y, finalmente, una tercera de reposo, para luego volver a empezar el ciclo. En la alopecia androgenética, los folículos comienzan a saltar cada vez más rápido de una fase a otra.
El resultado es un proceso denominado miniaturización -en el que los pelos se vuelven cada vez más finitos y se caen más pronto-, que lleva irreversiblemente a la calvicie.
"Estos investigadores han descubierto que la beta-catenina es capaz de volver activos a los folículos pilosos que se encuentran en reposo, ocasionando la producción de nuevo pelo", señala el doctor Chouela.
Para demostrarlo, Van Mater y sus colegas partieron de crear ratones transgénicos, cuyos folículos pilosos carecían del gen de la beta-catenina. Al aplicarles sobre el lomo una sustancia química denominada 4-OHT, vieron que reactivaba el circuito molecular que normalmente es activado por la beta-catenina.
Para comprobar los efectos de la beta-catenina sobre el crecimiento del pelo, los investigadores afeitaron los lomos de sus ratones transgénicos y de ratones comunes, cuyos folículos pilosos se encontraban en fase de reposo. Acto seguido, untaron sus lomos con 4-OHT.
A los 15 días, los ratones transgénicos lucían un robusto pelaje en sus lomos que indicaba que el reposo de los folículos pilosos había finalizado; los ratones comunes que no eran sensibles al 4-OTH seguían pelados.
"Lo que aporta este estudio es que una activación transitoria de la proteína beta-catenina es suficiente para desencadenar los cambios necesarios para generar cabello normal", dijo uno de los colegas de Van Mater en la Universidad de Michigan, el doctor Andrzej Dlugosz.
"Este estudio tiene implicancias enormes para el tratamiento de las distintas formas de calvicie, incluida la forma más común: la alopecia androgenética -comentó el doctor Chouela-. Abre un nuevo marco conceptual para la investigación y la comprensión de los procesos fisiológicos que llevan a la calvicie, así como para el desarrollo de nuevas drogas que estimulen el crecimiento del pelo en las personas con alopecia."
Un hallazgo casual en la investigación del cáncer
El hallazgo de un nuevo blanco para los tratamientos de la calvicie se produjo por casualidad.
Todo comenzó cuando David van Mater y sus colegas de la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan, Estados Unidos, realizaban experimentos con ratones para estudiar la influencia de ciertas proteínas en el desarrollo del tumores cancerígenos.
Cuando el investigador inyectó a los roedores con la proteína beta-catenina, el resultado no fue la aparición de un tumor. En su lugar, los lomos rasurados se poblaron de nuevos pelos, lo que los llevó a profundizar sobre las causas del inesperado fenómeno.
Estudios posteriores revelaron que si bien la estimulación transitoria de los circuitos por los que actúa la beta-catenina lleva a la producción de nuevo pelo, una estimulación más prolongada da como resultado el crecimiento descontrolado de los folículos pilosos, lo que puede devenir en la aparición del cáncer.
"Por eso, las futuras estrategias terapéuticas que actúen sobre la beta-catenina deberán ser usadas con mucho cuidado, ya que sabemos que la activación de esta proteína participa de la formación de tumores en la piel a partir en los folículos pilosos, al igual que en otros órganos como el hígado o el estómago", dijo a LA NACION David van Mater, a través del correo electrónico.