Un medicamento alivia el pánico en diez minutos
Lo desarrolló un laboratorio argentino y es único en el mundo
"Pasar una hora con un ataque de angustia aguda, con sensación de muerte inminente y otros síntomas terribles es una situación insoportable para quien la padece. El ataque de pánico es una emergencia médica y debe ser tratado como tal. Se debe actuar rápidamente para disminuir el enorme sufrimiento del paciente", dijo ayer el doctor Alberto Monchablon, profesor titular de la cátedra de Psiquiatría del hospital Braulio Moyano, durante la presentación de la nueva forma farmacológica de un conocido medicamento para tratar los ataques de pánico.
Totalmente desarrollado por un laboratorio argentino, es la única versión sublingual de la benzodiazepina alprazolam, y tiene una particularidad: es absorbida por la mucosa bucal y pasa directamente al torrente sanguíneo. Por eso, actúa a los diez minutos de haber sido ingerida.
"Así como disponemos de un medicamento que permite dilatar la arteria coronaria y evita el infarto, que tiene riesgo de muerte inminente -agregó Monchablon-, ahora existe un medicamento para el equivalente psicológico de la muerte inminente. Hasta el momento, en las urgencias por ataque de pánico siempre recurríamos a las benzodiazepinas inyectables, de más rápida acción que las de vía oral. Pero de todos modos había que esperar una media hora para notar mejoría." El doctor Miguel Márquez, jefe de Psiquiatría del Hospital Francés y presidente de la Sociedad Argentina de Trastornos de Ansiedad, señaló que la utilización de este fármaco en versión sublingual es útil no sólo en ataques de pánico, sino en todas las situaciones de ansiedad aguda episódica.
"Por ejemplo -explicó el psiquiatra-, alguien que tiene determinada fobia, como hablar en público o viajar en avión, y debe enfrentar una situación donde eso se pondrá en juego, o en casos en que existe un trastorno llamado obsesivo compulsivo (TOC), en que la persona que lo padece no puede dejar de repetir determinados actos o rituales y en determinado momento no es capaz de manejar la ansiedad que le produce su obsesión. Existen individuos que necesitan volver a su casa para ver si cerraron la llave del gas, o bajar hasta el estacionamiento para ver si las luces del auto están encendidas, y no pueden dejar de hacerlo."
Esas antiguas conocidas
Las benzodiazepinas son drogas fundamentales en el tratamiento del pánico y de otros trastornos de ansiedad, ya que junto con los antidepresivos (especialmente los inhibidores de recaptación de la serotonina) ayudan a evitar las falsas alarmas que el individuo interpreta (de su entorno interno o externo) y que disparan una catarata desesperante de síntomas emocionales, psíquicos y físicos.
"Algo así -ejemplificó Márquez- como cuando suenan sin motivos las alarmas de autos y casas, ante estímulos que no deberían causarlo."
La medicación no cura los trastornos de ansiedad, pero en forma simultánea con un tratamiento psicoterapéutico -los especialistas recomiendan que en estos casos se utilice la modalidad cognitivo-conductual, especial para superar fobias- permite enfrentar mejor los problemas. Señalan que la literatura médica norteamericana agrega, dentro de la metodología para tratar los trastornos de ansiedad, alguna técnica que permita la relajación, como por ejemplo meditación trascendental o yoga.
"La ventaja de una droga que actúa rápido -dijo Márquez- es que la persona puede llevarla en el bolsillo y utilizarla para atenuar los síntomas en caso de producirse. Eso le da seguridad, algo que le falta."
Es que uno de los aspectos que más condicionan la cadena del "miedo a tener miedo" (tal como es caracterizado a veces el ataque de pánico) es que el problema se presenta de golpe. "Si las crisis de angustia inesperadas y recidivantes son seguidas por el miedo al miedo, ya no tenemos ataque de pánico, sino trastorno de pánico -agregó Miguel Márquez-. El pánico viene muy acompañado por fobias y depresión."
Para el doctor Monchablon, el sello de la época, la angustia, es especialmente peligrosa. "Los pacientes consultan cada vez más, y un factor que incrementa esa demanda es el dramático panorama laboral. Si la angustia se introduce en el cuerpo, lo enferma y puede producir síntomas impresionantes. Hay que cortar con ella. Así como hoy día no hay razón para soportar un dolor de muelas porque existen medicamentos para evitarlo, tampoco tenemos que soportar la angustia. Bien indicados, los ansiolíticos pueden evitar esa penosa y dramática sensación que nos llega desde la garganta hasta la boca del estómago y que limita nuestras vidas."
El ABC de los trastornos de ansiedad
"Del 12 al 15% de las personas padecen actualmente algún trastorno de ansiedad. Pero se estima que entre el 20 y el 25% de la población sufrirá, en algún momento de su vida, un trastorno de este tipo. Es decir, una de cada cuatro o cinco personas está expuesta al problema", explicó el médico psiquiatra Miguel Márquez.
Los trastornos de ansiedad agrupan un abanico de distintas patologías: crisis de pánico (o angustia), agorafobia, trastorno de pánico (o angustia) con o sin agorafobia, fobias específicas, fobia social, trastorno obsesivo compulsivo (TOC), trastorno por stress postraumático, trastorno por stress agudo, trastorno por ansiedad generalizada (TAG), TAG debido a enfermedad médica y TAG inducido por sustancias.
En cuanto a los síntomas del ataque de pánico (cuya incidencia oscila entre el 1,5 y el 3,5% de la población, más mujeres que varones), incluyen palpitaciones o elevación de la frecuencia cardíaca, sudoración, temblores o sacudidas, sensación de ahogo, sensación de atragantarse, opresión o malestar torácico, inestabilidad, mareo o desmayo, náuseas o molestias abdominales, sensación de despersonalización, miedo de perder el control o de volverse loco, escalofríos o sofocos, hormigueos, sensación inminente de muerte y miedo de morir.