Sube el tono en redes sociales la polémica por la obra de la artista Carrie Bencardino que se expone en Malba
El reconocido artista Ciruelo había mostrado en una publicación el parecido entre una pintura suya de un dragón y otra de la joven artista; “No es un plagio: no voy a pedir perdón”, ratificó ella, asediada desde entonces por una ola de mensajes agresivos
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Luego de que el reconocido artista Ciruelo subiera el jueves un posteo en su cuenta de Instagram donde expuso su sorpresa por la clara similitud entre una obra suya de 2005 y otra actualmente exhibida en el Malba, firmada por Carrie Bencardino, en el marco de la exposición El desentierro del diablo, una ola de mensajes agresivos asedió en las redes a la joven artista.
La publicación de Ciruelo cosechó miles de likes y comentarios, y muchos de sus fans y seguidores reaccionaron en contra de Bencardino en posteos, mensajes privados, historias e incluso vía WhatsApp. Además de insultos por el “plagio”, recibió amenazas de golpes y palizas (“Ojalá te caguen bien trompadas”, entre muchos otros mensajes); alusiones a violaciones y muerte, y demás manifestaciones de odio. En uno de los posteos, dirigido a ella y su prima, se lee: “Comparten el mismo gen gitano” y “por amor a las aberraciones de sus ancestros…”. En otros, se burlan de ella con vehemencia.

En diálogo con LA NACION la artista había sostenido que la obra en cuestión se trataba de un homenaje tácito.
A pesar de que desde el mismo jueves en la sala del museo colocaron un texto explicativo, la polémica no se apaciguó. En un párrafo del escrito, el Malba sostiene: “La obra pictórica de Carrie Bencardino se nutre de imágenes encontradas en revistas, tapas de discos, videoclips, internet y de su archivo personal de objetos y otros materiales visuales que circulan en la cultura de masas y sus medios. Sus referencias provienen de aquello que consumen determinadas subculturas urbanas: las estéticas de las adolescencias freaks de su generación, los códigos visuales de escenas contraculturales (como el punk, y los distintos subgéneros del metal), el comic y la ilustración (entre otros autores, Ciruelo), el imaginario fantástico de William Blake y J. R. R. Tolkien, los cuentos de César Aira y los gustos compartidos dentro de comunidades LGBTQIAPN+, entre otras referencias”.
“Estoy siendo hostigada sin parar”, dijo la artista en diálogo con LA NACION, tras recibir cientos de mensajes. “Mi obra no es un plagio: no voy a pedir perdón. Incluso si hubiera sido un plagio, me parece de una violencia desmedida desearle a alguien que lo violen, lo lastimen o lo maten por una acusación infundada de copia”. Y amplió: “Muchas de las frases de hostigamiento las escribieron en su post: él [Ciruelo] sabe las atrocidades que están poniendo y dejó el posteo. Ya está mi cara, mi nombre y apellido en muchos medios de comunicación, en todas las redes sociales. Hay youtubers, streamers e influencers libertarios, como el caso de Tipito Enojado, subiendo videos y llamando a la gente a hostigarme”.
Además, Bencardino mencionó que fue señalada de kirchnerista: “La acusación de una identidad política partidaria para cebar odio es un juego muy sucio: no soy ni kirchnerista ni peronista. Soy de izquierda y apartidarie”, señala. Y añade: “Las agresiones hacia mi persona rápidamente se desplazaron del tema del arte hacia mi identidad de género, mi aspecto, con todo tipo de violencias e incluso amenazas. Los días pasan y estoy sufriendo muchísima exposición, sin mi consentimiento”.
En este caso, a diferencia de otros, las repercusiones no hicieron lugar al debate sobre el apropiacionismo, el plagio y la cita en el arte contemporáneo. Desde el Malba, publicaron en Instagram que “los museos son espacios de debate y reflexión, abiertos a la discusión y la pluralidad de ideas. El intercambio, el desacuerdo y la discrepancia siempre son bienvenidos dentro de un marco de respeto y empatía. Repudiamos cualquier forma de acoso o violencia derivada de esos debates”.

El museo, además, informó a LA NACION que mantuvo una conversación con Ciruelo para hacerle saber que durante los recorridos guiados y las distintas entrevistas que brinda con motivo de la exposición El desentierro del diablo, Bencardino y el equipo educativo de Malba mencionan estos procedimientos artísticos y las referencias explícitas a artistas como Ciruelo, Victoria Francés, Luis Royo, Boris Vallejo y Magalí Villeneuve, entre otros. En el catálogo que acompaña la exposición, la historiadora Ana Longoni hace referencia a la influencia de los artistas del fantasy en los dragones que ella pinta.
Consultado por este diario tras el posteo inicial donde expresaba su sorpresa -una comparación en imágenes de su obra y la de Bencardino-, Ciruelo había manifestado que a él no le gustan los conflictos ni quiere perjudicar a Carrie Bencardino ni al museo con esto, sin embargó señaló que en ningún lugar se explicita que se trata de “un homenaje.” Como aquellos otros, también hay que señalar que existen cantidad de mensajes respetuosos que manifiestan su apoyo al artista de fantasy, quien -señalan- nunca expuso en Malba, piden al museo que reconozca el “error” o critican a Bencardino tanto por no “transparentar” su tributo como por haber llamado a Ciruelo “fantasma”.
Desde Mendoza, donde dará una serie de charlas invitado por la Universidad de Cuyo, Ciruelo reitera a LA NACION su postura: “Este tipo de cosas no me interesan. Hice el posteo, sin nombrar a la artista, para informar. Respecto a los comentarios públicos, cada uno puede opinar lo que le parece. El debate que puede armarse, puede ser positivo para dejar claras algunas cuestiones de derechos de autor. Pero estoy lejos de demandas y acusaciones”.
Respecto a los mensajes violentos que está recibiendo la artista, Ciruelo señaló: “Eso escapa totalmente a mi responsabilidad, lo que ocurre no tiene que ver conmigo. En algún caso leí que también me culpaba alguien o varios amigos de ella. Lo que ocurre en las redes sociales no tiene que ver con mi responsabilidad. Soy antiviolencia, siempre prefiero el diálogo y las cosas transparentes”.
Por otro lado, las trabajadoras del arte reunidas en Nosotros Proponemos (NP) compartieron un posteo de apoyo a Carrie Bencardino. “Los debates en el arte son necesarios. La violencia y el acoso hacia lxs artistas por su trabajo, no”. Y remató: “Estar en desacuerdo con el trabajo de unx artista no puede ser, de ninguna manera, una excusa para el hostigamiento y la agresión sin límites”.
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