Alberto González
Falleció ayer, a los 73 años, Alberto González, un hombre de extraordinario empuje, que a fuerza de imaginación y de un trabajo incansable pasó de ejercer oficios sencillos en los estudios de cine Lumiton a ser un empresario destacado en la distribución de películas y uno de los pioneros de la televisión paga en el país.
Mantuvo esa fuerza vital hasta sus últimos momentos, afectado de un cáncer que se detectó a principios de este año. En 1997 había vendido al grupo venezolano Cisneros la empresa Imagen Satelital, que él había fundado a principios de los años 90, en más de 100 millones de dólares. En lugar de retirarse al cabo de toda una vida de trabajo, fiel a su espíritu emprendedor acometió, a los 70 años, grandes iniciativas en un área que hasta entonces desconocía: el desarrollo inmobiliario. Encaró la transformación del dique 3 de Puerto Madero, donde levantó un hotel de su propiedad, unido a la cadena Hilton, y comenzó a construir oficinas, un shopping y otros edificios. Encomendó el diseño al arquitecto Mario Roberto Alvarez y contrató al arquitecto español Santiago de Calatrava para construir un puente gigantesco.
Afectivo, generoso, era una persona querida, que no perdió nunca la humildad de cuando, a los 14 años, ingresó en Lumiton y comenzó a vincularse con el mundo del cine. Luego trabajó en la filmoteca del Canal 7. Más tarde se independizó, formando una distribuidora que vendía películas a todos los canales, y fue líder en el mercado. En la televisión abierta, tuvo su baluarte en Canal 8 de Mar del Plata, de su propiedad, y participó en otros canales del interior, por los cuales accedió a Telefé, hasta su venta en 1998.
Fue un pionero al comprar un espacio en el satélite Panamsat y fundar Imagen Satelital, con sus señales Space, Infinito y Uniseries. Gran amante del cine argentino, abrió la señal Space con una película nacional. La nostalgia de sus comienzos lo había llevado a reunir un archivo de más de mil películas argentinas, entre ellas, todas las de los estudios Lumiton, SIDE y San Miguel, un patrimonio que, tras su venta a un consorcio extranjero, el país debe resguardar.
Casado, González tenía dos hijas, Paula y Silvana. El sepelio se efectuó ayer en el cementerio Jardín de Paz.
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