
Consejos para padres preocupados por mejorar la ortografía de sus hijos
Disminuir los niveles de ansiedad y evitar el castigo ante un error son algunas de las claves
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Lo dicen las últimas evaluaciones nacionales de lengua del Ministerio de Educación: cerca del 40% de los chicos del secundario no comprende lo que lee y casi el 60% no puede usar correctamente los signos de puntuación.
El dato preocupa a la mayoría de los padres y más de uno culpa a las corrientes pedagógicas que prevalecen hoy, que promueven una flexibilidad en la corrección de los errores ortográficos, sobre todo en los primeros años.
LA NACION consultó a especialistas en enseñanza de la lengua y, de sus opiniones, se sintetizaron diez consejos prácticos para los padres preocupados por la ortografía de sus hijos:
1. Calmar las ansiedades . Los padres presionan a los chicos con exigencias y plazos que ellos mismos imponen. El ingreso del primer hijo en la escuela es la segunda crisis que atraviesa una pareja, pues en este momento la sociedad juzga por primera vez cómo educa a los niños. Sin embargo, aunque la primera infancia es la etapa en la que los chicos incorporan la mayor cantidad de saberes, tienen todavía por delante muchos años para aprender las reglas del idioma.
2. Ponerse en contacto con la maestra. Es imprescindible que los padres visiten a la maestra de su hijo para saber cómo es su propuesta pedagógica, cómo y cuándo corrige los errores de ortografía, los plazos normales de aprendizaje y en qué pueden colaborar en este proceso. Así se evitarán contradicciones que confundan al chico. El padre puede sentarse con su hijo y revisar, juntos, los deberes diarios.
3. Convencer al chico de la importancia de escribir correctamente. Si los mismos chicos no logran valorar la función de la ortografía, cualquier esfuerzo será inútil. La psicopedagoga Ana María Kauffman describe a la ortografía como "un proceso muy alcahuete : o está 100% bien, o directamente está mal cuando el texto tiene sólo un error". Si no se valora todo esfuerzo del niño por progresar, no reconoce que se trata de un aspecto que debe ser respetado y que merece una atención minuciosa. Piensa que las reglas de ortografía son un capricho de sus maestras cuando, en realidad, permiten una mejor relación y entendimiento con el otro. Si escribo papá sin tilde, el otro entenderá otra cosa y se provocará un cortocircuito en la comunicación.
4. Dictarles pequeños textos . Algunos especialistas recomiendan que los padres dediquen un tiempo a dictar textos cortos a sus hijos, como la lista del supermercado o de útiles del colegio. Cuando el chico vaya a hacer las compras, comprobará si ha escrito bien los nombres de los productos, por ejemplo. También proponen que la madre deje al niño carteles indicadores, como: "Te dejé las milanesas en el horno", así tendrá que arreglárselas para entender el mensaje que lee.
5. Estimular la lectura. Leer cuentos a los niños despierta el gusto por la lectura. La literatura ayuda a mejorar la ortografía. De todos modos, para algunos especialistas no es suficiente. Basta recordar que Roberto Arlt tenía terribles faltas de ortografía en los originales de sus obras.
6. Aprender jugando. Mediante actividades divertidas, los chicos aprenden con más facilidad y se predisponen de una manera relajada y atenta. Los padres pueden proponer a sus hijos juegos con el lenguaje, como el tuti fruti de palabras que comiencen con una letra -se recomienda elegir aquellas que presenten dificultades, como la c-s, b-v-, alternativas para armar familias de palabras y actividades con el diccionario. Buscar palabras que empiecen con "bur" y "bus", por ejemplo.
7. No al chat, sí a la PC. Los especialistas critican el chateo porque promueve, debido a la velocidad de la producción del texto, una escritura sin corrección, plagada de errores. Sin embargo, la tecnología no es enemiga de la redacción correcta. Algunos pedagogos consideran que los chicos tendrían que tener acceso a la computadora desde que aprenden a escribir. El corrector marca los errores ortográficos y gramaticales con distintos colores. Pero el niño debe controlar lo que se plantea como incorrecto y preguntarse por qué y cómo remediarlo.
8. No usar a los adultos como fuente. El chico debe tratar de solucionar por sí solo las dudas ortográficas que le surjan. El adulto debe proveerle todas las herramientas posibles -el diccionario, el diario, un libro- para que el niño pueda saltear, por sí solo, los obstáculos del idioma.
9. Escribir para figuras públicas. Desde la escuela, hoy se trata de enfrentar a los alumnos a situaciones reales de escritura. Si el destinatario de su mensaje es un artista, jugador de fútbol o funcionario que no conoce, el niño pondrá mayor dedicación en la redacción de su texto. Los padres deben expresar el disgusto que causa leer un texto mal escrito, para que los chicos se esfuercen más. Cuando se escribe mal, se le dificulta al otro la posibilidad de entender.
10. No castigarlo antes los errores. Los padres no deben castigar al niño cuando se equivoca en una letra. Hay que trabajar sobre el esfuerzo positivo. Ante la censura por el error, el niño se inhibe más. Hay que promover sus pequeños logros y fomentar su capacidad de revisión constante.
Los especialistas consultados
- Los especialistas consultados por LA NACION para elaborar los consejos son los siguientes: Rodolfo Becerra, director del colegio Sagrado Corazón; Ana María Kauffman, psicopedagoga; Silvina Gvirtz, directora de la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés; Nora Solari, especialista en educación de Flacso; Mirta Torres, docente y especialista en didáctica de la lengua; Mary Kochian, directora de primaria del colegio Jean Piaget; Mónica Carozzi, especialista en didáctica de la lengua; Hugo Salgado, profesor en institutos de formación docente y asesor de lengua en escuelas primarias; Marta Bustos, directora de la escuela Rosario Vera Peñaloza.
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