
Cortázar como dramaturgo
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JEAN BOILLOT, actor y régisseur , ha venido a Buenos Aires para conocer el movimiento teatral argentino y, más específicamente, para acercarse a la patria de Julio Cortázar, cuya pieza Nada a Pehuajó se propone dirigir en Francia.
-¿Cómo llegó a sus manos la pieza de Cortázar?
-Yo había leído Rayuela, Las armas secretas e Historias de cronopios y de famas, libros que me gustaron mucho. Un día descubrí que Cortázar había escrito piezas teatrales. Marcia Romano, la hija de Jacobo, me acercó Nada a Pehuajó . Como ocurre a menudo con las cosas importantes, en el primer contacto la obra no me entusiasmó, pero luego me fue interesando cada vez más. Yo acababa de montar una pieza de Robert Pinget y estaba preparando una versión del Decamerón de Boccacio. Buscaba un texto distinto. Lo que me atrae de Cortázar es que es un narrador que sueña con el teatro. Generalmente, en su teatro hay cosas casi imposibles de montar. Y eso es siempre un desafío interesante porque exige que el director sea realmente creativo.
-¿Conoció a Aurora Bernárdez, la primera mujer de Julio?
-Sí y me ayudó muchísimo. Primero me acerqué a ella para obtener los derechos de la pieza. Luego decidimos que hacía falta una nueva traducción. Se la encargamos a Françoise Thanas, una especialista en el teatro del Río de la Plata, que ha hecho muchísimo por difundir el teatro argentino en Francia.
-¿Aurora quedó satisfecha con la traducción?
-Muy satisfecha. Aprobó en especial que, a diferencia de muchas traducciones que tienden al uso de frases largas y líricas, se respetara el empleo de frases cortas. Françoise realizó un espléndido trabajo.
-¿Con qué libro de Cortázar relacionaría Nada a Pehuajó ?
-Creo que tiene alguna similitud con Historias de cronopios y de famas . Hay mucho humor y, también, una tendencia a hacer pasar lo fantástico a través del humor.
-¿Cuántos personajes intervienen en la pieza?
-Diecinueve, y hay entre ellos marginales, enamorados, asesinos, poetas... La acción transcurre en un restaurante de lujo, una especie de microcosmos, y, como suele ocurrir en Cortázar, también en otro lugar. Las relaciones entre los personajes son muy particulares: dominante-dominado, acusador- acusado, víctima-victimario. Aunque la obra no tiene una referencia política directa, hay una crítica de la sociedad. El tema es quizás cómo una persona llega a devorar a otra.
-¿Qué vino a buscar a Buenos Aires?
-Hace un año estuve en Rusia con un amigo ruso. Cada vez que le preguntaba acerca de detalles de la manera de ser de los rusos que yo no comprendía, él me contestaba invariablemente: "Eso es muy ruso". Lo mismo me ocurrió al leer la obra de Cortázar. Cuando no entendía ciertas actitudes de los personajes, le preguntaba a Jacobo Romano y él me respondía: "Eso es muy argentino". Por eso viajé a Buenos Aires, para tratar de averiguar qué significa que algo es "muy argentino". Creo que ahora he comprendido el sentido de esa frase y sobre todo, el humor argentino. Llegué así a entender cuestiones de Nada a Pehuajó que me habían parecido contradictorias y, al comprenderlas, me encontré con un humor muy extraño, que podría calificarse de absurdo.
-¿Cómo se llega a ser régisseur en Francia?
-A diferencia de lo que ocurre en los países de Europa oriental, en Francia no existe una carrera de dirección teatral. En general, los directores son escritores, actores o ex asistentes de dirección. Yo, por ejemplo, me formé como actor. Estudié en el Conservatorio de París y más tarde con Georges Lavaudan, actual director del teatro del Odéon. La formación actoral en Francia es muy completa y eso facilita que un actor pueda convertirse en director.
-¿Puede vivir de su profesión?
-En Francia existe algo excepcional: el Assedic, una pensión mínima que el Estado paga a los desocupados. Por supuesto, para obtener esa pensión hay que cumplir con ciertos requisitos, en mi caso, haber trabajado 507 horas como actor. Yo me arreglo con eso. También se puede obtener un subsidio para un proyecto y, en algunos casos, hay gente interesada en comprar un espectáculo.
-¿Qué cambios observa en la composición del público teatral en Francia?
-Por un lado, es cada vez más numeroso y, sobre todo, cada vez son más los jóvenes que concurren al teatro. Por otra parte, se interesan especialmente en el teatro no convencional, el que se hace en las Universidades, en las bibliotecas, en los colegios y hospitales.





