
El desafío de contar
COMO UNA BUENA MADRE Por Ana María Shua-(Sudamericana)-201 páginas-($ 15)
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Una buena madre, afirmaba un prestigioso psicólogo, no es aquella que nunca siente impulsos de matar a sus hijos..., sino la que no los concreta. La sentencia del estudioso suele circular como consigna entre las mamás apenas la conocen, porque no hay ninguna que, alguna vez, sobrepasada y desbordada, no haya imaginado la posibilidad de estrangular a sus críos o de tirarlos por el balcón. La fantasía, claro, no viene sin culpa, porque según dicta la moral social, una buena madre siempre cuida a sus hijos, siempre los protege, los calma y los tolera, siempre sabe descifrar sus llantos y necesidades.
"Como una buena madre" es justamente, el título del primero y el mejor de los cuentos del último libro de relatos de Ana María Shua y el que da nombre al volumen. Un cuento terrorífico en el que una madre, desbordada y a punto de enloquecer, se debate entre los sentimientos amorosos y hostiles hacia sus tres hijos, unos pequeños monstruos demandantes, caprichosos, celosos, perversos.
Del cuento de terror a la narración erótica, del relato tradicional al realista, del cuento fantástico al de anticipación, con impasibilidad, humor o acidez, Ana María Shua se maneja con habilidad en distintos registros, estilos, temáticas. En Como una buena madre hay lobizones y hay caballeros, dragones y princesas; hay zoombies y extraterrestres; hay niños angustiados y parejas en peligro; hay deportistas, ex militantes y psicoanalistas; hay muertes, nacimientos y transmigraciones.
Situado en el futuro, "Viajando se conoce gente" revela cómo un cuento de ciencia ficción puede devenir en relato erótico: en uno de sus viajes por el hiperespacio, Marga Lowental Sub-Saporiti, una mujer nunca del todo hastiada de esa ficción de viajar que es el turismo, presencia un encuentro sexual entre seres de otro mundo que le despierta un deseo enloquecido, y emprende así un único y verdadero viaje del cual los otros no han sido más que remedos.
El estereotipo del modo masculino y argentino de abordar a una mujer soporta una dura crítica en "Forastero en el sur", una versión de la guerra de los sexos desde la mirada extrañada de un extraterrestre transmutado en varón humano, que debe aprender a relacionarse con las mujeres y salir a buscar hembra.
"La revancha" ofrece una versión alternativa de una historia real: el vertiginoso ascenso deportivo de Carlos Monzón y su estrepitosa caída fuera del ring, con el asesinato de su ex mujer y su propia muerte en la ruta. Un tono coloquial que cruza el delirio con la ingenuidad convierte al lector en el atento oyente de la confesión del narrador.
Imperdible resulta "La mujer herida", una historia en la que una pareja que empieza a sentir la erosión de la convivencia se ve obligada a transportar en su auto a una mujer agonizante.
Capaz de resolver cualquier desafío que se proponga, Ana María Shua maneja con soltura las convenciones y recursos del género. Y si en algunos casos el lector puede sentir que estos cuentos son diestros ejercicios de una escritora con oficio, la conmoción que producen algunos relatos, o las sutiles revelaciones de otros, los distancian de una simple práctica ingeniosa.
En su labor profesional, la autora es tan versátil como lo demuestra en este libro: trabajó como publicitaria y periodista, ha escrito novelas y guiones de cine, cuentos para niños y para adultos, y es responsable de varias antologías.





