El Vaticano emitió un documento sobre los abusos en la misa
El texto señala la gravedad de que los fieles se pasen la hostia entre sí y la omisión del Papa o el obispo en la oración eucarística
Un extenso documento vaticano difundido hoy advirtió sobre una serie de "abusos graves" contra la Eucaristía que deben ser "denunciados" a los obispos, como celebrar misa vistiendo solamente la estola o pasarse el plato con la hostia o el cáliz con el vino.
Son acusados de "abuso" también los esposos que durante la celebración del matrimonio se pasen la hostia para la comunión.
El documento "Redemptoris sacramentum" sobre cuestiones que deben respetarse o evitarse sobre la Eucaristía, consideró "actos graves", entre otras cosas, la omisión de citar al Papa y al obispo en la oración eucarística.
El texto detalló que se puede recibir la hostia en la mano pero no se puede pasar la hostia entre los fieles, y aclaró que la comunión con el cáliz de vino debe ser evitada en las misas muy concurridas ante la imposibilidad de calcular cual será el consumo efectivo del vino consagrado.
El documento, ilustrado hoy en una conferencia de prensa en el Vaticano, tiene 70 páginas y fue redactado por la Congregación para el culto divino en aplicación de la encíclica de Juan Pablo II Ecclesia de Eucharistía.
Evitar confusiones
El nuevo documento vaticano recomendó que se eviten las confusiones entre el rito católico y el de otras confesiones cristianas, en particular advirtiendo que que no hay que olvidar el aspecto de "sacrificio" de la misa y no confundirlo con una "cena común" ("la cena del Señor", como la llaman algunas confesiones protestantes).
Aunque no la cita explícitamente, el documento alude a la intercomunión entre católicos y otros cristianos, ya prohibida por el Papa en su última encíclica, y prohibe a los sacerdotes católicos que celebren en templos no cristianos.
La Instrucción vaticana distingue los delitos graves de los abusos contra la Eucaristía. Delitos graves son sustancialmente las profanaciones eucarísticas como la substracción o retención de las hostias, la simulación del sacrificio litúrgico o la consagración con fines de sacrilegio.
También está considerado como delito grave "la concelebración prohibida del sacrificio eucarístico junto a ministros de comunidades eclesiales que no tienen la sucesión apostólica ni reconocen la dignidad sacramental de la ordenación sacerdotal".
En la práctica se puede concelebrar con sacerdotes ortodoxos pero no, por ejemplo, con pastores protestantes.
La lista de los abusos es muy minuciosa, y condena las prácticas eclesiales que considera demasiado creativas, con improvisaciones tanto de los sacerdotes como de los laicos.
Se precisa desde el tipo de pan, sin levadura, y el vino, siempre genuino, hasta el hecho de que las oraciones eucarísticas leídas en la misa pueden ser solamente las del misal romano, y que la lectura de la oración debe ser hecha solamente por el sacerdote.
"Adaptación inteligente"
En este caso el abuso sería que los laicos lean el Evangelio o pronuncien homilías.
Aún reconociendo la necesidad de "adaptar en modo inteligente" las misas a los fieles y aún admitiendo que los fieles no pueden ser reducidos a "la mera presencia, además pasiva", el documento quiere evitar que los laicos se sobrepongan a los sacerdotes y ejerzan roles que, para los católicos, deben ser propios solamente de quien ha recibido el orden sagrado, es decir sacerdotes.
El texto condena también el uso de lecturas o de oraciones no canónicas, debido a un "falso concepto de libertad", y advierte que la misa no debe ser tratada "con arbitrio personal".
También se subraya en el texto el derecho a la denuncia para los fieles que participen en misas que no estén perfectamente alineadas con las normas eclesiásticas.
Se subraya en particular que los fieles pueden informar al obispo o directamente a la Santa Sede por "abuso litúrgico".
Durante la conferencia de prensa de presentación el secretario de la Congregación para la doctrina de la fe, Angelo Amato, afirmó que el documento no manifiesta "nostalgias del pasado, sino solamente la voluntad de poner en práctica la reforma litúrgica y el Concilio Vaticano II y eliminar los abusos, que son contrarios a la doctrina católica".
A su vez el cardenal Francis Arinze, Prefecto de la Congregación que redactó el documento, evitó responder directamente a una pregunta con respecto al hecho que el candidato a la presidencia de Estados Unidos, John Kerry, vaya a tomar la comunión aunque tiene posiciones sobre el aborto contrarias a la moral católica.
"La doctrina de la Iglesia es clara, también en Estados Unidos está la Iglesia Católica, hay obispos católicos, dejemos que actúen los obispos", dijo Arinze.
El cardenal chileno Julián Herranz, presidente del Pontificio consejo para los textos legislativos, explicó por su parte que la norma que establece que los fieles puedan denunciar al obispo los "abusos" en la misa, nace "del derecho del fiel a recibir bienes espirituales del sacerdote: si el sacerdote no respeta las normas el fiel tiene derecho a protestar".
Fuente: ANSA