Enrique Angelelli: vivió y murió como Pastor
Con este mensaje la Iglesia recordó al obispo de La Rioja monseñor, de cuyo asesinato se cumplen 25 años
1. Los Obispos argentinos queremos unirnos a la acción de gracias por la intensidad de la vida y la fidelidad a la misión de Monseñor Enrique Angelelli al cumplirse los 25 años de su muerte. Con motivo de este aniversario nuestro hermano Mons. Fabriciano Sigampa presidirá las celebraciones en su amada Diócesis de La Rioja.
2. Mons. Enrique Angelelli nació en la ciudad de Córdoba el 17 de julio de 1923. Fue ordenado sacerdote en Roma el 9 de octubre de 1949. El Papa Juan XXIII lo eligió como obispo auxiliar de Córdoba y fue consagrado el 12 de marzo de 1961. Luego el Papa Pablo VI lo designó Obispo de La Rioja y tomó posesión de esa diócesis el 20 de agosto de 1968.
3. El día 4 de agosto de 1976, volviendo de la parroquia de Chamical, después de acompañar a esta comunidad dolorida por la muerte de los Padres Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville, cruelmente asesinados, como lo fue el laico Wenceslao Pedernera, encuentra la muerte en la localidad de Punta de los Llanos.
4. Muchos de nosotros conocimos a Mons. Angelelli personalmente. Otros, sobre todo los más jóvenes, oímos hablar mucho de él. Sabemos que la vida de los Obispos es difícil. Como hombres tenemos virtudes y defectos. Es el Espíritu quien, valiéndose incluso de nuestras debilidades, inspira las grandes orientaciones que dan sentido a la vida.
5. Mons. Angelelli llevó a la vida del pueblo de La Rioja las enseñanzas del Concilio Vaticano II, de Medellín y del documento de San Miguel del Episcopado argentino. Su acción pastoral, inspirada por estos documentos, fue objeto de duras polémicas. Fue un hombre que se dejó tomar por el Espíritu y apasionar por el Evangelio. Más allá de su fortaleza y limitaciones humanas, se abrió a la acción del Espíritu que motivó, en él, fuertes deseos de santidad y una gran entrega en el servicio de los pobres. La muerte lo encontró cumpliendo una dificilísima misión. Acompañaba a las comunidades heridas por el asesinato de sus pastores. Vivió como pastor y murió como pastor.
6. Queremos unirnos a estas celebraciones, que trascienden el ámbito de la diócesis riojana, dando gracias a Dios y pidiendo al Señor poder continuar su testimonio de entrega y servicio a los más pobres y de renovar nuestro compromiso para construir una Patria más fraterna, solidaria y reconciliada. Anhelamos que la vida y la muerte de Mons. Angelelli sea prenda de unión y evangelización para todos los argentinos.