Envidia y deseos de destrucción, el "síndrome del David"
Reacciones de los turistas ante la escultura
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ROMA.- El David de Miguel Angel sigue dando que hablar. Según las primeras conclusiones de una nueva investigación, la obra puede perturbar a algunos turistas provocándoles celos, envidia, impulso a la destrucción y alteraciones en la libido, todas sensaciones y sentimientos agrupados bajo el nombre de "síndrome del David".
Así lo reveló Graziella Magherini, especialista en las relaciones entre el arte y la ansiedad , conocida por haber descubierto en 1979 el "síndrome de Stendhal". Ese malestar que algunos pueden llegar a experimentar cuando ven obras de arte demasiado bellas toma su nombre del escritor francés, que en 1817 describió las palpitaciones y la sensación de desmayo que sintió tras salir de una espectacular iglesia de Florencia.
A diferencia del "síndrome de Stendhal" -que afecta, con desmayos, palpitaciones y disminución de fuerzas, a unos cien turistas por año, sólo en Florencia-, el "síndrome del David" provoca una mezcla de reacciones emotivas "muchas veces oscuras", que puede dar lugar a impulsos de destrucción. "El David encanta por su belleza formal e intrínseca, pero no provoca solamente emociones de tranquila beatitud estética", explicó Magherini al Corriere della Sera.
"El David puede suscitar sentimientos perturbadores, porque uno mira esa obra de arte y puede sentirse al mismo tiempo fuerte y grande, pero también celoso y envidioso de ese joven que tiene un cuerpo perfecto", agregó. Al mirar la escultura, que el año último cumplió cinco siglos, en sus admiradores pueden nacer impulsos vandálicos. Así lo confirmaron estudios hechos sobre algunas personas, que demostraron el deseo de dañar la estatua, algo equivalente a un "gesto para reafirmar el propio yo, puesto en peligro por tanta opulencia estética", dijo la psiquiatra.
Pero esto no es todo. La estatua creada por Miguel Angel (1475-1564), recientemente restaurada y visitada por casi 5000 turistas por día, puede dar lugar a disturbios de naturaleza sexual porque promueve una "identificación erótica muy fuerte".
"Casi todos los visitantes consideran la estatua un emblema del varón perfecto, y en el David el sexo es ofrecido abiertamente, a través de una fusión entre libido y arte", destacó Magherini. Las reacciones emotivas del "síndrome del David" se traducen en ataques de pánico o sensación de pérdida de límites, que luego pueden derivar en impulsos vandálicos. Entre los daños sufridos por el David a lo largo de sus cinco siglos, se recuerda que el 14 de septiembre de 1991, un desequilibrado, Piero Cannata, le dio un martillazo a uno de los dedos del pie izquierdo.
"Junto a esta repulsión, hay una especie de ósmosis, casi un amor carnal hacia el David, el deseo de identificarse con esa obra maestra", señaló la experta. Se trata de sensaciones no tan distintas de las que se atribuyen al "síndrome de Stendhal", pero que, según la especialista, deben estudiarse en profundidad, ya que puede haber conclusiones nuevas.
Lo cierto es que Paolo Rossi Prodi, director del departamento de psiquiatría del hospital Santa María Nuova de Florencia, confirmó que internan por estos motivos a un promedio de tres turistas por mes. En su mayoría, norteamericanos golpeados por crisis de pánico, que se resuelven rápidamente con el suministro de fármacos antidepresivos.





