Estrella de Navidad
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LA NACIONDiana Fernández Irusta
En España las Fiestas son cosa seria. Y ni que hablar El Gordo de Navidad. Por eso Manoli Sevilla –no es la única– apronta sus mejores galas cuando se acerca diciembre y se anuncia el Sorteo de Navidad. Desde 2012 acude a la cita en el Teatro Real, cada año disfrazada con un motivo diferente. Y así fue por estos días, toda una señora estrella de tafeta, brillo y guirnaldas. Estrella navideña con barbijo y bastón; alegría infantil en el mejor de los sentidos posibles: por lo ingenua, lo dichosa, lo limpiamente lúdica. Manoli, esa niñita de canas y andar cuidadoso; los días que habrá pasado, meta que meta la aguja y el hilo, jornadas de tiza sobre la tela, tijeras y susurro de máquina de coser. En las agencias de noticias algún distraído calificó de freaks a Manoli y unos cuantos que la suelen acompañar, también disfrazados. Qué sabrán algunos de la alegría y los códigos secretos de cualquier fiesta.
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