Falleció la pedagoga Cecilia Braslavsky
Dirigía un órgano de la Unesco
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A los 53 años, víctima de un cáncer, falleció en Ginebra la investigadora argentina Cecilia Braslavsky, que se desempeñaba al frente de la Oficina Internacional de Educación (IBE, por sus siglas en inglés), el organismo de la Unesco dedicado al estudio de los contenidos de los planes de enseñanza.
Su destacada trayectoria y reconocida capacidad la ubican entre las personalidades más influyentes en el campo de la educación.
Hija de la prestigiosa pedagoga Berta Braslavsky, se graduó en Ciencias de la Educación en la Universidad de Buenos Aires y en 1975 obtuvo el doctorado en Filosofía en la Universidad de Leipzig, Alemania, con una tesis sobre historia de la educación en América latina.
Con el retorno de la democracia a la Argentina, el humanista Gregorio Weinberg la convocó en 1984 para asumir la cátedra de Historia General de Educación en la Universidad de Buenos Aires. Ese año se incorporó a la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) para coordinar el área de Educación y Sociedad. Allí creó una maestría y formó numerosos discípulos en ámbitos académicos y profesionales, muchos de los cuales tuvieron posterior participación en el diseño de las políticas educativas de nuestro país y de la región.
Firme en sus convicciones y coherente en todas sus actuaciones públicas, en 1993 acompañó a Susana Decibe en el Ministerio de Educación, al frente del programa de elaboración de los contenidos básicos comunes, pilar de la reforma educativa. Al año siguiente asumió como directora general de Investigación y Desarrollo y su pensamiento gravitó en el espíritu de la política del ministerio.
Su libro "La discriminación educativa en la Argentina" (1985) marcó un hito en el país, al comprobar que la desigualdad no afecta sólo a las poblaciones que quedan marginadas de la escuela, sino también a quienes acceden al aula pero reciben una enseñanza de segunda calidad. Entre una vasta producción, que constituye un valioso legado, se destacan los libros "Re-haciendo escuelas" (1999), donde analiza un nuevo paradigma en la educación latinoamericana y por el que recibió el Premio Andrés Bello al mejor ensayo en educación; "Cartas al presidente" (1987) y "La escuela secundaria: cambio o inmutabilidad" (2001), sobre las reformas en Europa y América latina.
Cercana al justicialismo, en la década del 80 participó en distintas instancias del Congreso Pedagógico convocado por el gobierno de Alfonsín. En noviembre de 1999, con 30 años de retraso, recibió su diploma de egresada del Colegio Nacional de Buenos Aires, al que no había podido acceder como extensión de las restricciones impuestas por "La noche de los bastones largos", producida en la universidad.
Sus restos serán cremados en Ginebra y llegarán en fecha próxima al país.



