Inés Malinow: la escritora y periodista que habitó en el territorio de la libertad
Inés Malinow, que falleció el lunes en Buenos Aires, a los 94 años, fue una destacada escritora, periodista y crítica de ballet. Egresada de Letras, estudiante de danza, ardiente defensora de los ideales sarmientinos y de la democracia, estuvo en la cárcel en su juventud universitaria (década de 1940) por oponerse a los gobiernos militares y al incipiente peronismo. Parte de esa experiencia aparece recreada en su última novela, El ruido de la vida (2006).
Inés empezó su carrera docente en escuelas de la provincia de Catamarca. Creó un teatro de títeres en el que los alumnos, guiados por ella, escribían los libretos, hacían los muñecos y los manipulaban. De regreso en Buenos Aires, se inició en el periodismo, sobre todo en el campo cultural. Además, escribía cuentos para revistas femeninas y otros, de intención más literaria, que recogió en libros. Como crítica de danza, apoyó a los jóvenes coreógrafos de la época, entre ellos a Oscar Aráiz.
Malinow cultivó la poesía, el cuento, la novela y el ensayo periodístico. La niñez fue uno de los intereses principales de su vida, y a ella le dedicó numerosos cuentos infantiles. Creó personajes de historietas que se hicieron populares, como el simpático Inosito. Entre sus numerosos libros de poemas, están Las canciones de Anna' Sao, Canciones para mis nenas llenas de sol, Versitos para caramelos, Tiempo deshabitado y Máscara y transparencia. Inés fue, por otra parte, una de las pioneras en abrir talleres literarios. Mantuvo esa actividad desde fines de la década de 1950 hasta la de 1980.
Como toda su generación, admiraba a Jorge Luis Borges, a Juan Rulfo y a Cortázar (fue amiga de él y de su primera mujer, Aurora Bernárdez). El interés por América latina se ve reflejado en su novela más ambiciosa y lírica, Entrada libre, que transcurre en Cuzco y en la que se respira una atmósfera emparentada con la de Pedro Páramo. Entre sus libros de cuentos están Distancia fija, La tercera mitad y Puertas de la noche. También escribió Desarrollo del ballet en la Argentina y una notable biografía de la bailarina María Ruanova.
Después de los años de la dictadura, Malinow, que apoyó desde el comienzo la candidatura de Raúl Alfonsín, se desempeñó de 1984 a 1989 como agregada cultural en la embajada argentina en Bruselas, donde fue condecorada por la corona belga. Era una mujer poco convencional, de una gran libertad y elegancia, que sabía escuchar y leer. Dedicó sus últimos años precisamente a la lectura y al encuentro con amigos.
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