La venta ilegal, sin controles
Los vendedores ambulantes en los trenes aumentan mes tras mes mientras que las empresas ferroviarias, el Gobierno de la Ciudad y el organismo que controla a los transportistas se atribuyen mutuamente la responsabilidad de un control que ninguna de las partes realiza.
Tanto los trenes de la empresa Transportes Metropolitanos Roca (TMR), que parten de la estación Constitución, como los de Trenes de Buenos Aires (TBA), con sede en la terminal de Retiro, se ven invadidos por los revendedores o “buscas”, que hacen su tarea sin rendir cuentas acerca de la procedencia y el estado de las mercaderías que ofrecen.
El comisario Carlos Kevorkian, titular de la división Mitre de la Policía Federal y responsable de la seguridad en los trenes de TBA, dijo a este medio que los agentes a su cargo levantan unas diez actas de infracción diarias a bordo de los vagones en el ámbito de la Capital Federal. Una vez que el tren pasa a territorio de la provincia de Buenos Aires, deben limitarse a “tratar de hacer descender” a estos vendedores. Allí la jurisdicción corresponde a la policía provincial, que no cuenta con efectivos que recorran los coches y las estaciones. La mayor parte del trayecto de los trenes de ambas empresas tiene lugar en territorio bonaerense.
Según Kevorkian, las actas de infracción labradas por la policía a bordo de los trenes son enviadas a la Dirección de Verificaciones y Habilitaciones del gobierno porteño. Pero en esa dependencia se ignora qué sucede con ellas. LN/UTDT realizó varios llamados a la dirección y todos los funcionarios consultados dijeron que ésta sólo se ocupa de los vendedores que se instalan en la vía pública, como los que venden productos en las veredas aledañas a Constitución y Retiro.
Gustavo Suárez, secretario del interventor en la dirección, Martín Schmucler, atribuyó a la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) la responsabilidad del control de la venta en los vagones.
Pero Paula Cusinato, del departamento de prensa de la CNRT, negó esa atribución. “No está en nuestras facultades realizar ese tipo de inspecciones”, dijo a LN/UTDT.
El comisario Kevorkian consideró que el control policial “debería desalentar” la venta ambulante, pero “no surte el efecto que uno desearía”. Admitió que “no hay la cantidad suficiente” de efectivos en la División para cubrir todas las formaciones; es decir, no en todos los trenes de TBA viaja un policía.
Además, la prioridad del personal a su cargo no es erradicar la venta ilegal sino “darles seguridad a las personas que viajan", argumentó.
“Imposible”
El jefe de prensa de TMR, Benjamín von der Becke, estimó que es “imposible” impedir la venta irregular a bordo de los trenes porque “tanto la voluntad política como la fuerza policial están concentradas en otros temas”, pero explicó que la compañía intenta “regularlo” permitiendo que algunos vendedores autorizados, nucleados en una empresa llamada Ferrovend e identificados por una credencial, trabajen sin problemas.
Dijo que no sabía qué controles realiza TMR para verificar la legalidad de las operaciones ni qué organismo estatal las inspecciona.
Sin embargo, Enrique Martínez, de Ferrovend, dijo que esa empresa sólo se dedica a la venta de gaseosas, golosinas y helados en los andenes y en los trenes detenidos, y que no tiene nada que ver con los “buscas” (unos 100 sólo en esa línea, según uno de sus proveedores) que ofrecen sus mercaderías cuando el tren está en marcha.