“La vuelta al mundo en 80 días” sigue de viaje a 150 años de su publicación y llega al formato de miniserie
Fue publicada por entregas en Francia entre noviembre y diciembre de 1872; tuvo adaptaciones al cine, la televisión, el teatro y el circo y este domingo estrena formato de miniserie con ocho capítulos
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La vuelta al mundo en 80 días, el célebre libro de Julio Verne que fue adaptado a múltiples versiones y, como toda obra universal, convirtió su título en metáfora tanto de hazañas de aventureros como de referencias al tiempo, los viajes y la globalización, cumple 150 años de su primera aparición y como homenaje se estrena una versión libre en formato serie de ocho capítulos, que podrá verse desde el próximo domingo en Universal Premiere.
Publicada por entregas en Le Temps entre el 7 de noviembre hasta el 22 de diciembre de 1872 (el mismo año en el que se desarrolla la historia), fue editada en un solo tomo el 30 de enero de 1873. Con más o menos fidelidad a la versión original, la novela tiene al menos seis adaptaciones al cine, otras seis a televisión -incluso a dibujos animados- y hasta fue llevada al teatro y al circo.
En sintonía con el aniversario, Universal presenta una reversión en formato serie de ochos capítulos para su primera temporada con una gran producción que recrea la estética de la época. Como en el libro, el protagonista es el aristócrata millonario Phileas Fogg (interpretado por David Tennant), pero en esta versión se suman personajes que revierten la permanente omisión de perspectiva de género de la trama. Un cambio acorde a las transformaciones y conquistas que han ocurrido en casi dos siglos de historia.
Eso es lo que ocurre con la incorporación de Abigail Fix (Leonie Benesch), una “periodista con una misión vital: demostrarle a ese mundo de hombres que gobernaba las salas de redacción de los periódicos en 1872, que las mujeres no solo pueden llevar registro de lo que sucede en el mundo, sino que son grandes cronistas en esa tarea”. El triángulo de personajes principales se completa con Passepartout (Ibrahim Koma), un hombre “tan misterioso como camaleónico”.
El guionista, director y creador de esta versión, Ashley Pharoah, ha señalado que la principal diferencia con la novela de Verne es que se trata “de una reinterpretación de ese libro más que una adaptación directa. Nuestra versión incluye todos los temas del libro sobre viajes, aventura y voluntad de experimentar, y los hemos hecho nuestros”.
En ese cruce del viaje y la aventura radica la eficacia de este libro que a 150 años de su primera aparición sigue abriendo relecturas y también apropiaciones que hacen de la hazaña una lucha solidaria, como cuando en 2016 un argentino se embarcó en el periplo de dar la vuelta al mundo en 80 días para concientizar e impulsar la investigación de tratamientos con células madres.
¿Pero cuántas adaptaciones y reversiones puede tener una obra? ¿Cuántas libertades le caben a una novela clásica? La vuelta al mundo en 80 días testifica la universalidad que puede tomar una historia cuando tiene como trasfondo los viajes, los encuentros culturales, la fantasía y, sobre todo, ese ingrediente mágico de Verne (1828-1905): la aventura.
Todavía hoy siguen convocando las peripecias del millonario Phileas Fogg, que junto a su ayudante y mayordomo Jean Passepartout -o Picaporte, en castellano- se embarcan en el desafío de recorrer el mundo en 80 días, combinando todas las formas de transporte posibles de la época, desde tren, trineo, elefante y barcos a vela. Aunque la imagen del globo aerostático es una postal famosa de Verne y que a veces se asocia la novela, lo cierto es que Fogg no subió a uno, simplemente lo pensó como opción cuando tenía que cruzar el Atlántico.
Además de La vuelta al mundo en 80 días, el escritor nacido en Nantes el 8 de febrero de 1828 legó otras novelas con el mismo incentivo para la imaginación entre las que destacan Cinco semanas en globo, Los hijos del capitán Grant, Dos mil leguas de viaje submarino y La isla misteriosa. Sus relatos nacieron al influjo del impulso industrial de la segunda mitad del siglo XlX y los descubrimientos científicos e inventos donde la ciencia y la tecnología dominaban el mundo. Y su obra fue el inicio de un nuevo género literario: la novela de ciencia ficción.
Son historias que cartografiaron territorios conocidos y al mismo tiempo se anticiparon a su época, ya que muchas de sus fantasías literarias se hicieron realidad. Por ejemplo, en 1955, el primer submarino atómico atravesó el Polo Norte, y en 2002, Steve Fossett fue el primer hombre en dar la vuelta al mundo en un globo sin nadie que lo acompañara.
Incluso, la Ciudad de La Plata también tiene una conexión con ese sueño literario de Verne: en 1879, el francés imaginó una “ciudad ideal” en Los quinientos millones de la Begum, de 1879, con avenidas arboladas cada seis cuadras, plazas en sus cruces y un trazado octogonal cruzado por diagonales. Tres años después así fue diseñada la capital de la provincia de Buenos Aires.
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