
Murió Víctor Massuh, maestro del pensamiento
El filósofo, nacido en Tucumán, fue docente y embajador
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A los 84 años, falleció ayer Víctor Massuh, filósofo de sólido prestigio intelectual, maestro del pensamiento, que apreciaba el valor de la sensatez y de la mesura, en una actitud sencilla que ponderaba más el esfuerzo que la brillantez y rechazaba la tendencia a la irracionalidad.
Nacido en Tucumán en 1924, Massuh se doctoró en filosofía en esa ciudad con su tesis Nietzsche y el problema religioso y desplegó una valiosa labor docente en las universidades nacionales de Buenos Aires, de Córdoba y de Bahía Blanca.
Presidió el consejo ejecutivo de la Unesco entre 1980 y 1983, elegido por la conferencia general reunida en Belgrado en 1980 (fue el cuarto iberoamericano al que se le confió esa responsabilidad y el segundo argentino; el anterior había sido Atilio Dell´ Oro Maini).
Lúcido ensayista, obras clave de su pensamiento fueron La libertad y la violencia (1968) y Nihilismo y experiencia extrema (1975).
Entre sus numerosos libros y ensayos se destacan En torno a Rafael Barret , publicado en Tucumán en 1943; América, como inteligencia y pasión (México, 1955), El diálogo de las culturas (1956), Sentido y fin de la historia (1963), El rito y lo sagrado (1965), Nietzsche y el fin de la religión (1969), La Argentina como sentimiento (1982), El llamado de la Patria Grande (1983), La flecha del tiempo (1990), Agonías de la razón (1994), Cara y contracara ¿una civilización a la deriva? (1999).
En los años 50, publicó en LA NACION artículos sobre la filosofía de la historia de Karl Jaspers, la integración de las culturas de Oriente y Occidente, el activismo creador de José Martí y la visión cultural de Pedro Henríquez Ureña. También colaboró durante medio siglo en el suplemento cultural de La Gaceta , de Tucumán, dirigido por Daniel Dessein.
En 1956 fue decano de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba. Realizó estudios de posgrado en las universidades de Tubinga, Alemania (1957 y 1958), y Chicago, Estados Unidos (1964).
En ese año continuó como profesor titular por concurso a Vicente Fatone en la cátedra de Filosofía e Historia de las Religiones de la UBA, a la que infundió vida e interés.
Sostuvo una postura abierta, alejada tanto de la negación atea como del sectarismo confesional. Provenía de una familia árabe protestante y supo darle al diálogo entre cristianos, judíos e islámicos un peso decisivo en la comprensión de los problemas de este tiempo. Desde 1975 fue investigador miembro del Conicet.
Sus discípulos y ex alumnos lo recuerdan por su generosidad, como un promotor infatigable de las inquietudes filosóficas entre ellos, y un mentor que introdujo temas que no se trataban en la academia de aquel momento, como el nihilismo y, más tarde, la exploración de las ventajas y problemas de la tecnología, que abordó a partir de la década del 90.
Durante los años 70, sus reflexiones se orientaron a los problemas de la ideología y la utopía, y prefiguraron con claridad los tiempos turbulentos que el país atravesaría en los años siguientes.
Tuvo también una brillante carrera diplomática. En 1976, Massuh fue embajador argentino ante la Unesco y en 1978 en París fue elegido miembro de su consejo ejecutivo.
En 1983, la 22» conferencia general de la Unesco le expresó su profunda gratitud por "su sabiduría y su moderación, su sentido del diálogo y su autoridad". En 1989 fue nombrado embajador en Bélgica.
En el último tiempo estuvo muy enfermo y hace dos meses falleció su esposa, Mary Juri. Tenía una única hija, Gabriela.
El sepelio se efectuará hoy, a las 11, en Jardín de Paz, en Pilar.
Memorias
"Se tarde lo que se tarde en admitirlo, será reconocido como uno de los maestros del pensamiento argentino"
Santiago Kovadloff
"Con sus reflexiones sobre la utopía y la ideología en los 70, supo ver muy bien la catástrofe a la que iba el país. Introdujo temas que no se trataban y exploró el nihilismo cuando nadie se ocupaba de esoe_SDRq
Silvio Maresca
"Lo vi en París en 1978 y luego fue mi profesor en la facultad. Más allá de su fineza intelectual, mi experiencia personal con él es la de haber recibido su generosidad"
Enrique Valiente Noailles
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